Prueba Volkswagen Golf 1.5 TSI EVO, los gasolina vuelven a la carga (con vídeo)
El Golf es una leyenda viva, una referencia del segmento de los compactos por su experiencia y número de unidades vendidas. Con siete generaciones tras sus espaldas siempre está en constante cambio, y uno de los últimas unidades en llegar es la de la prueba de hoy, el Volkswagen Golf 1.5 TSI EVO.
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Publicado: 07/01/2018 20:00
Año 1974, España sigue bajo el gobierno de una dictadura pero en Alemania está sumergida en plena recuperación. En ese ambiente de desarrollo industrial nace el Volkswagen Golf, y desde entonces ese compacto ha formado parte de los libros de historia del mundo de la automoción. Se dice rápido pero muchas cosas han pasado en 44 años, y no todos soportan igual paso del tiempo. Pero este no es el caso, pues aunque la forma y el tamaño hayan cambiado, el concepto sigue siendo el mismo, pero evolucionado. Una muestra es la prueba que hoy te presento, la de una apuesta al alza en tiempos de constante cambio: el Volkswagen Golf 1.5 TSI EVO.
Pero déjame, antes de meternos en harina, hacer un breve repaso a la historia del modelo más exitoso de Volkswagen. Como ya he dicho la primera generación salió al mercado en el año 1974, y tras ella se han acumulado un total de siete hasta el día de hoy, dejando por el camino más de 33 millones de unidades vendidas en todo el mundo. Eso supone la población total de países como Portugal, Bélgica y Grecia, ¡juntos! Para que te hagas una idea, en estos más de cuarenta años a la venta se ha vendido un Golf cada 40 segundos.
Estamos en la época de séptima generación, aparecida en el año 2012. Bueno en realidad este es el restyling de media vida de esa séptima generación que fue introducido hace menos de un año. Con él llegaron pequeños cambios estéticos que si bien no alteraron mucho lo presente sí que consiguieron crear el efecto pretendido, un rejuvenecimiento (de ahí el nombre). En la carrocería todo se basa en los detalles, así como en la integración de diferentes paquetes que alteran la estética del coche en función del cliente.
Hay que tener en cuenta que la unidad probada equipaba el paquete R-Line, que sumado al acabado Sport hace que el Golf luzca más deportivo. Teniendo esto en cuenta hay que fijarse en unos pocos puntos para darte cuenta de la evolución. Por ejemplo en la parte frontal destacan los faros, que a pesar de mantener la forma y el tamaño de su predecesor presentan un nuevo diseño, con una nueva firma lumínica que se hace coincidir con una estrecha barra cromada instalada en la parrilla.
Puede parecer una chorrada, pero si sumamos ese detalle y nuevos parachoques el Golf parece nuevo. En la parte trasera ocurre tres cuartas partes de lo mismo, los cambios se centran en los faros, ojo los de la unidad de pruebas son de LED gracias a un elemento opcional, y en los parachoques, que por una dichosa y estúpida costumbre actual oculta los escapes a la vista sustituyéndolos por unas falsas salidas de plástico con borde cromado.
Donde sí que no se produce ningún cambio es en el lateral pues al no cambiar de tamaño o de forma no hay nada que sustituir. Eso sí hay nuevos juegos de llantas que oscilan entre las 15 y las 18 pulgadas. Algo a tener en cuenta, sí eres de los que gustan de un Golf de tres puertas, date prisa por ir al concesionario pues a buen seguro esta será la última generación en disponer dicha opción. Es algo que ya se ha tomado como habitual en el mercado, ahorra costes de producción.
Por mucho que le pese a la gente uno se da cuenta de cómo tiene que ser un compacto una vez entras en un Golf. Lo siento pero es así. Da igual que sea la primera o la enésima vez que entras en uno, te sientes como en casa. La atmósfera que se transmite es la correcta, con una excelente combinación entre calidad y durabilidad. Todo está donde tiene que estar y hacerte al habitáculo es tan sencillo como entrar, sentarte y cerrar la puerta. En temas de ergonomía los alemanes no tienen rival.
La elección de los materiales es buena, la parte delantera mezcla materiales blandos, tela y plásticos de forma equilibrada. No hay nada que esté mal ajustado o que parezca que se vaya a romper. Es como se suele decir, un producto garantizado. Con el restyling el interior tampoco recibió muchas novedades, no al menos en el apartado de estructura y diseño, sigue siendo como se recordaba y salvo por unos pocos elementos es el mismo salpicadero que conocimos en el 2012. Eso sí, lo poco que ha cambiado se nota mucho.
Por supuesto todos los ojos se van a la pantalla central. Llega de serie para todas las versiones y su tamaño oscila entre las ocho y las nueve pulgadas. La unidad de pruebas incluía la versión básica, la de ocho pulgadas, y tengo que decir que con ella, al menos a mí, me vale y me sobra. Su funcionalidad es muy buena, al igual que su manejo, no se le puede poner ningún pero. La superior incluye, además de la pulgada extra, una chuchería que será esencial para los amantes de los gadgets, el control gestual. A mi modo de ver es una pijada que no justifica el pago de casi 2.000 euros más. Así de claro.
El año que viene Volkswagen estrenará la octava generación del Golf, y en ella llegarán importantes cambios y novedades
La otra gran novedad de tecnología va a la zona de conducción, el cuadro de instrumentos digital, que llega de serie a partir del acabado Sport. Una vez más una pantalla, de 12,3 pulgadas, ocupa el lugar de las tradicionales esferas analógicas. El diseño es el mismo que ya conocimos en el Volkswagen Polo que probamos hace poco. El cuentarrevoluciones y el velocímetro siempre están fijos, y lo único que podemos cambiar es la información que se encuentra entre o dentro de ambos marcadores. Es muy fácil de leer aunque presenta tanta información que puede llegar a distraer. Eso sí, gracias a esto no se echa de menos el Head-Up Display.
Por supuesto, como manda la obligación, el restyling ha servido para introducir una gran carga de tecnología, además de la que ya hemos visto. La conectividad con dispositivos móviles ha sido puesta a punto tanto para Android Auto, como Apple CarPlay y Mirror Link. La seguridad activa y pasiva ha sido el otro foco de atención, incluyendo asistentes de última generación que Volkswagen llega a tachar de conducción semiautónoma y que por supuesto supone abrir un poco más la cartera, aunque funcionan realmente bien y son muy cómodos para el día a día.
Y hasta aquí el apartado de novedades estéticas y tecnológicas del habitáculo del Golf de 2017. Como ya he dicho, pocas pero interesantes. En cuanto al resto, pues más de lo mismo. Buena sensación de calidad y buen espacio. El Golf no achaca los años ni en la habitabilidad. A pesar de no contar con la más moderna y evolucionada plataforma MQB sigue presentando uno de los habitáculos más grandes de la categoría, solo superado en ciertos aspectos por el nuevo Hyundai i30 y por el Honda Civic, que como todos sabemos sufre de gigantismo en esta generación.
Conductor y copiloto disfrutarán de las plazas más cómodas de todas, con unas butacas mullidas y que están pensadas para hacer muchos kilómetros del tirón, incluidas las de la unidad de pruebas que presentaban un corte más deportivo dado que el paquete R-Line también llega al interior. La segunda fila dispone de mucho espacio tanto para las piernas como para la cabeza. En cuanto a maletero se dispone de un espacio muy rectangular que presenta un volumen que oscila entre los 380 y los 1.270 litros de capacidad.
El mercado está en constante cambio y las tendencias no paran. Los motores de gasolina vuelven a estar de moda y más en un segmento como el compacto. Por este motivo en esta ocasión he puesto a prueba una variante que está al alza y a la que llevaba un tiempo queriendo echar el guante. Se trata de un bloque de cuatro cilindros TSI que presenta 150 caballos y que lleva acompañado el apelativo de EVO, pues se trata de una versión renovada y mejorada del motor 1.4 TSI que ya es de por sí de lo mejorcito del Grupo VAG.
Prueba Volkswagen Golf 1.5 TSI EVO
El Golf siempre ha destacado por una conducción muy equilibrada. Su gama está conformada para contentar a todos los clientes. Por una parte tenemos a las versiones que podemos considerar "normales", con potencias bajas pensadas principalmente para un uso cotidiano. Si se busca algo más ahí están los clásicos GTI y GTD, si te mueve la conciencia medioambiental los GTE y e-Golf y si lo tuyo es lo extremo los R con sus 300 caballos.
Obviamente este 1.5 TSI EVO se encuentra en ese primer escalón de gama, pero sus 150 caballos bien pueden contentar a aquellos que busquen un correcto equilibrio entre rendimiento, confort y eficiencia. Y es que la evolución de los motores de gasolina ha sido notable de un tiempo a esta parte, y ya no está tan justificado el comprarse un diésel. La tendencia se está revertiendo y a día de hoy los gasolina vuelven a ocupar puestos destacados en las ventas.
Y se debe principalmente a motores como este. El viejo 1.4 TSI ya me parecía, y me sigue pareciendo, de lo mejor en el Grupo VAG, pero este 1.5 TSI EVO es incluso mejor. Por supuesto que aporta un mayor refinamiento que un diésel, mucho más de hecho, tanto que al ralentí no sabes si está encendido o apagado de lo suave que es. La misma suavidad se extiende a la conducción donde apenas se filtran ruidos al habitáculo, lo que a su vez genera una mayor sensación de calidad y confort.
Comodidad no es algo de lo que vaya escaso, lo mismo que cualquier Golf de la escala básica. Los compactos están pensados para poder ser el único coche de una familia, y por ello cuentan con un desarrollo que en su mayor parte prioriza el confort sobre el rendimiento. La suspensión por ejemplo es correcta, ni muy dura ni muy blanda, aunque si de algo peca es de esto segundo pero no llega a lastrar al coche en una conducción dinámica. Sus 150 caballos rinden y rinden muy bien.
Se disponen de 250 Nm de par máximo disponibles en un amplio rango de revoluciones, desde las 1.500 hasta las 3.500. Esto quiere decir que en una conducción cotidiana siempre encontramos un buen empuje. Si ya alzamos el ritmo también, pues la pérdida de par no es muy acusada una vez superamos el rango óptimo de revoluciones. La gestión de la caja de cambios resulta esencial para tales menesteres, aunque me he encontrado luces y sombras.
Con 150 caballos el 1.5 TSI EVO puede satisfacer los gustos de muchos clientes, tanto a los ahorradores como a los deportivos
La caja DSG es una de las mejores del mercado, eso nadie lo va a negar, es muy rápida cuando tiene que serlo, pero pierde mucha calidad si queremos hacer una conducción sosegada. Donde más se nota es en ciudad, a baja velocidad. En las salidas de los semáforos cuesta salir suavemente, y una vez alcanzados los 16-17 kilómetros el coche empieza a dar tirones acusados al no saber si meter segunda o mantener primera. Si a eso le sumamos que el gasto extra es de casi 2.000 euros...
Pero más allá de eso, como ya digo, su comportamiento es intachable además de variable gracias a los cuatro modos de conducción disponibles: Eco, Normal, Sport e Individual. La transición entre uno y otros no es excesivamente notable, pero existe. Según avanzamos en la escala diversos componentes cambian su configuración haciendo que el coche se vuelva más directo, más rápido y menos eficiente. Repito que no son saltos brutales, no como en el caso del Hyundai i30 N que hace poco probé, pero sí que dan un buen punto.
Obviamente si queremos una conducción más alegre hay que seleccionar el modo Sport. Hay que tener en cuenta que la suspensión no cambia su comportamiento, pero sí el peso de la dirección, la velocidad del cambio y la respuesta del acelerador. El Golf 1.5 TSI EVO es un coche muy alegre, y para nada se encuentra incómodo en un tramo de curvas. Soporta muy bien un trato duro, con constantes cambios de dirección, donde fácilmente te alegrará el día. Eso sí, mucho cuidado con elevar el ritmo mucho tiempo, pues los frenos agotan pronto su respuesta óptima.
También debes tener en cuenta que es un coche que no quiere arruinarte. Antes he hablado de lo eficientes que se han vuelto los motores de gasolina, y este es buen ejemplo. Gracias a tecnologías de ahorro como el Start&Stop o el sistema de desconexión de cilindros, que capa dos de los cuatro cuando la carga de trabajo es baja, se consiguen cifras realmente buenas. Para que te hagas una idea durante la semana de pruebas, que incluyó ciudad, autopista y conducción deportiva, el ordenador de a bordo desprendió un dato final de seis litros. Una cifra excelente.
El comprarse un diésel o un gasolina se ha tornado en un ejercicio de números, siempre lo ha sido, pero ahora más. Con esos datos de consumo cuesta defender a los gasoil, y solo si eres una persona que haces muchos kilómetros al año te va a compensar. Es cuestión de sentarte en la mesa del salón, empezar a contar los kilómetros que haces en un año, y ver si te compensa gastarte el dinero.
Aunque puede que en este caso no estemos ante el mejor ejemplo. Por aquí viene el otro defecto del Golf, el precio. Sí, vale que sea la referencia, y que su compra te garantice años de experiencia y sobrada resistencia pero la competencia empuja cada vez más fuerte. El Volkswagen Golf tiene un precio de salida, sin descuentos, de 20.405 euros. Bien si hablamos del 1.5 TSI EVO DSG en particular, solo disponible a partir del acabado Sport, la factura se eleva hasta los 30.155 euros.
Una pasada. De hecho el 1.5 TSI EVO es más caro que su variante correspondiente diésel, algo que resulta poco habitual en la industria. ¿Compensa? Pues bueno, está claro que el Golf con este motor es sensacional, pero a mi modo de ver es muy caro. Si encima le quieres meter chucherías como los de la unidad de pruebas el precio ya sí que acaba por matarte, pues la unidad en cuestión se acercaba a los 38.000 euros, mucho dinero a desembolsar por un Golf, las cosas como son.
Conclusiones
Pues la verdad es que al igual que el restyling de la séptima generación del Golf, la prueba se salda sin una gran revolución. El Golf sigue siendo el espejo donde mirarse en el segmento de los compactos, por mucho que alguno le duela y le moleste. Sí que es cierto que su precio no ayuda, y unos euritos menos le sentarían mejor, pero es una compra garantizada. De eso no hay duda.
El motor 1.5 TSI EVO le sienta como un guante a este coche. Hay que reconocer que los bloques de gasolina han evolucionado de tal manera que hacen replantearse la compra de un diésel. El Golf asociado con este motor se sitúa en un punto medio entre deportividad y confort. Si a eso le sumamos su estilo inconfundible y una mayor carga tecnológica poco más se puede pedir. Veremos qué hace Volkswagen para mejorarlo de cara a su próxima generación.