Prueba Volkswagen Golf 8 GTI, eternamente joven
El legendario Volkswagen Golf GTI suma una nueva generación, la octava, 45 años después de su nacimiento. Lo hemos conducido en el circuito del Jarama durante su presentación para examinar su puesta a punto y el avance respecto al modelo anterior.
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Publicado: 09/11/2020 18:00
En el Salón del Automóvil de Frankfurt de 1975 se presentó el primer Volkswagen Golf GTI, una versión de la que la marca alemana había planeado vender 5.000 unidades. Hoy en día ya van más de 2,3 millones de unidades en todo el mundo a su largo de sus siete primeras generaciones. Y ha llegado la octava.
Con el paso del tiempo el GTI, siglas que son sinónimo de compacto deportivo, ha ido encontrándose con una lista de rivales de lo más variada pero el modelo alemán siempre ha sido fiel a su fórmula: deportividad para la vida diaria. En la última generación que se presenta al mercado todo ha cambiado para que nada cambie.
En comparación con las versiones convencionales del Golf, el GTI añade más rendimiento y algunos detalles de estilo al tiempo que conserva la versatilidad del modelo estándar. Así de simple. Los faros led están acompañados de una tira roja en la parte inferior del capó. Si se encienden las luces una banda led da continuidad visual a esa línea roja en el propio faro.
La imagen frontal se complementa con un nuevo paragolpes con una gran entrada de aire sin divisiones y con la rejilla en forma de panal de abeja. Los faros antiniebla quedan integrados en los laterales, formando una X. Las llantas de aleación son de 17 pulgadas aunque opcionalmente se pueden equipar otras de 18 ó 19 pulgadas. Las pinzas de freno van siempre pintadas en rojo.
Un spoiler remata la zaga y la inscripción GTI toma protagonismo situándose en la parte central del capó, justo debajo del nuevo logo de Volkswagen, en lugar de estar ubicada en el lateral derecho. El paragolpes posterior cuenta con un difusor y a ambos lados se sitúa una doble salida de escape cromada. Sin duda una imagen elegante y dinámica a partes iguales.
De puertas para adentro el Golf GTI se ha digitalizado tomando los elementos de las versiones convencionales del Volkswagen Golf. El cuadro de instrumentos digital presenta unas nuevas grafías específicas para este modelo. Además el head-up display viene de serie para complementar la información al conductor y tampoco falta el sistema de infoentretenimiento con pantalla de 10 pulgadas.
La tradición manda y por ello los asientos envolventes llevan el clásico diseño a cuadros Scalepaper con costuras decorativas en color rojo. También tiene reminiscencias clásicas el pomo de la palanca de cambios manual y el volante deportivo de cuero con superficie táctil y diseño de tres radios plateados.
El nuevo Golf GTI esconde bajo el capó una mecánica de gasolina turbo TSI de cuatro cilindros y dos litros que desarrolla 245 CV entre las 5.000 y las 6.500 rpm. Mientras que la potencia llega en la parte alta del cuentarrevoluciones, la zona baja destaca por un generoso par de 370 Nm entregados desde las 1.600 a las 4.300 rpm. Unas cifras que reflejan una gran elasticidad.
Este motor es el mismo EA888 que tenía el Golf 7 Performance pero ha sido evolucionado aumentando la presión de inyección de 200 a 350 bar, se ha añadido un filtro de partículas, el catalizador tiene mayor volumen y se han realizado algunas mejoras en la fricción interna y la acústica. La respuesta del motor es lineal y las prestaciones están a buen nivel, siendo capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos.
Para la transmisión se puede elegir un cambio manual de seis marchas o uno automático de doble embrague y siete velocidades. Para aquellos que busquen más picante llegará dentro de poco el Golf GTI Clubsport que aumentará su caballería hasta los 300 CV e incluso un nuevo Golf R que superará esa barrera de potencia.
El Golf GTI en circuito
El primer contacto con este modelo ha sido en un escenario inmejorable, el asfalto del circuito del Jarama. Un trazado en el que el compacto alemán ha demostrado sus dotes especialmente por la puesta a punto de su chasis: allí donde esperas que aparezca el subviraje, este Golf 8 ha sabido encontrar un fantástico equilibrio regalando un comportamiento neutro y predecible. Es muy fácil ir rápido tanto en recta como en curva.
Para proporcionar esa efectividad y facilidad de manejo, el octavo GTI recurre a varios trucos. Estrena un nuevo subchasis frontal de aluminio que proporciona una mayor rigidez y hereda el bloqueo electrónico del diferencial (XDS) del eje delantero que ya montaban el Golf 7 GTI Performance y el Golf 7 GTI TCR, optimizando la tracción a la salida de las curvas.
La suspensión mantiene el esquema básico de las versiones más potentes del Golf 8 recurriendo a una suspensión delantera McPherson y suspensión trasera multibrazo, pero los amortiguadores han ganado en rigidez y la altura libre al suelo se ha reducido en 15 mm. Opcionalmente se puede disponer de una suspensión adaptativa DCC, muy recomendable, que reacciona al estado de la calzada, la dirección, la aceleración y el frenado para modificar su respuesta.
Además, a través de los perfiles de conducción puede seleccionarse hasta 15 niveles de dureza diferentes para la amortiguación. En busca de la simplicidad, Volkswagen también propone los programas de conducción fijos Eco, Confort y Sport. Además, el control de estabilidad propone un modo ESC Sport que aumenta los límites de deslizamiento de los controles de tracción y estabilidad.
Quizá no sea el compacto deportivo más rápido y tampoco debe importar. No se ha buscado radicalidad en ningún sentido para que el coche siga siendo tan práctico en el día a día como cualquier Golf. Cinco puertas, cinco plazas, un maletero de 380 litros y un amplio equipamiento de seguridad y confort. Un compacto aparentemente civilizado preparado para alcanzar los 250 km/h, una velocidad limitada electrónicamente.
El precio del Volkswagen Golf GTI 8 arranca en los 40.384 euros en su variante con cambio manual mientras que la versión con caja DSG7 aumenta el presupuesto en 1.900 euros. Un precio elevado por un automóvil que es un icono reconocible en todo el mundo y que ahora entra de lleno en la era digital.