Prueba Volkswagen Golf R 20 Aniversario, el alto precio de la diversión

El Rey de los compactos ha escrito algunas de las páginas más ilustres de la historia de Volkswagen. Las siglas GTI son míticas, pero R es sinónimo de altas prestaciones. El Golf R cumple 20 años y en Alemania se han autoregalado algo muy especial.

Prueba Volkswagen Golf R 20 Aniversario, el alto precio de la diversión

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Publicado: 22/05/2023 19:00

Hablar del Golf no es hablar de un deporte exclusivo y caro sino que supone hablar de un Rey. En 1974 un alemán tuvo la brillante idea de crear un coche para movilizar al pueblo y que dejara obsoleto al Beetle. El trabajo no era sencillo, pero con esa mentalidad cuadriculada el concepto primario se basó en la sencillez. Cuatro líneas en un papel sirvieron para crear al ya legendario Volkswagen Golf. El año que viene cumple 50 años de vida, pero no hace tanto que una letra cambió el significado del compacto de masas; el Volkswagen Golf R.

Porque sí, todos conocemos las siglas GTI. Las hemos visto muchas veces impresas en modelos muy variopintos, pero fue el Golf el primero en acuñarlas. La primera generación dejó claro que se pueden unir los conceptos de deportividad y practicidad y sobre esos pilares la evolución ha sido constante a lo largo de las décadas y las generaciones. Sin embargo, hace 20 años, otro teutón tuvo la brillante idea de ir un paso más allá y crear la familia R, la más extrema y radical de Volkswagen.

Fue en la caja cuatro, en 2003, cuando el Golf introdujo una letra derivada del término Racing, pero en un principio no estaba sola. A su lado se acompañaba el número 32, R32, un término procedente de la cilindrada de un poderoso motor de seis cilindros, el más grande jamás instalado en un Golf. El Mk5 también se sumó a esa fiesta, pero fue el último. Hoy, esas unidades están tan solicitadas que las cotizaciones han ido al alza durante los últimos años. Algunos modelos en buen estado pueden costar más que un Golf nuevo, por encima de los 30.000 euros.

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Pero avancemos en el tiempo. Año 2009. En el Salón de Frankfurt de ese año el stand de Volkswagen debía contar con la imponente presencia del sustituto del R32. Era bien sabido que el bloque de 3.2 litros desaparecía en detrimento de un motor de cuatro cilindros y 2 litros. Todo el mundo daba por hecho que se llamaría Golf R20, pero en Alemania pensaron que lo mejor era dejarlo en R a secas y desde entonces nada se ha modificado, aunque algunas cosas sí lo han hecho.

Hoy, el Volkswagen Golf vive su octava generación. El lanzamiento de las versiones convencionales en el año 2019 dejó a todo el mundo con un sabor agridulce. Si bien los conceptos básicos estaban vigentes, la octava edición no contentó a muchos (entre los que me incluyo). Se dio un paso atrás en diseño y calidades, mientras que se subía un peldaño en la escalera de las tarifas. La aparentemente poca calidad del habitáculo se completaba con una tecnología revolucionaria, pero mal presentada. Los alemanes son sinónimo de practicidad y esa pantalla, que hoy sigue con nosotros, puede ser de todo menos práctica.

333 caballos para celebrar un hito muy especial en la historia de VW

El sistema multimedia de Volkswagen ha pasado de ser de los mejores a los peores. En Wolfsburgo son conscientes de su error y ya lo están enmendando, pero por ahora hay que conformarse con lo que hay. Sí, es cierto que estamos ante el Golf más avanzado de la historia, pero de poco sirve esa tecnología si no se presenta a los usuarios de una forma sencilla y clara. El Golf es un coche de masas. Lo compran desde jóvenes estudiantes a mayores y hay que pensar en todos. De todos modos la digitalización mal aplicada no es un problema exclusivo de Volkswagen, se podría decir que BMW también lo padece con síntomas más graves.

Pero vamos a dejar a un lado el factor tecnología y vamos a centrarnos en el Golf R que nos ocupa en esta ocasión. ¿Qué tiene de diferente con respecto a un Golf normal? Pues mucho. Estéticamente hablando es bastante más cañero. Parachoques modificados, alerón de un tamaño nada discreto, altura rebajada, llantas de diseño específico con 19 pulgadas y un difusor trasero que deja al aire cuatro bocas de escape de titanio firmadas por Akrapovic. Los eslovenos ponen la banda sonora a un coche que grita gamberradas por sus cuatro costados. Al ser esta la versión 20 Aniversario, Volkswagen introduce dos minúsculas molduras en los marcos de las puertas delanteras.

Cargado de chucherías, los escapes Akrapovic ponen una deliciosa banda sonora

De puertas para dentro el ambiente canalla y deportivo sigue vivo en los detalles y los acabados. Las molduras simulan al carbono mientras que por diversas zonas se coloca la letra R. En esta versión especial encontramos asientos forrados en cuero Nappa, incluyendo dos cómodos baquets deportivos en la parte delantera. Sujetan perfectamente el cuerpo a la vez que resultan muy cómodos en cualquier tipo de recorrido. En cuanto al resto de materiales seguimos topándonos con algunas zonas que no me convencen como la presentación de la doble pantalla del salpicadero.

Instrumentación digital + Sistema Discover Pro con navegación, mando fónico y conectividad inalámbrica para smartphones. Hay que reconocer que el Golf R 20 Aniversario no sólo es un compacto centrado en la deportividad, también es un compacto práctico y muy completo que ofrece todas las comodidades de cualquier coche moderno: faros IQ Light de LED, sistema de sonido Hardman Kardon, techo solar practicable, cargador inalámbrico, Head-Up Display, climatizador bizona y el típico espacio confortable de un Golf normal y corriente.

Salvo por los detalles, por dentro el Golf R es igual que cualquier otro Golf

En todo eso el R 20 Aniversario no cambia, pero sí que lo hace en la parte mecánica que se esconde bajo la carrocería. Los ingenieros más locos de Wolfsburgo le han metido mano a la plataforma MQB para que sea capaz de recibir el rendimiento extra. Entre las chucherías destaca una suspensión adaptativa DCC con varios formatos de ajustes, un sistema de reparto vectorial denominado R-Performance Torque Vectoring que distribuye la fuerza de forma independiente entre las cuatro ruedas, tracción total 4MOTION, un bloqueo de diferencial XDS y unos discos de freno perforados en el eje delantero con 357 milímetros de diámetro. Todo ello necesario para contener a un motor vitaminado y un peso en báscula de 1.555 kilogramos.

La caja de cambios DSG de doble embrague y siete marchas también se ha modificado para ser capaz de gestionar el incremento de potencia y de par. Bajo el capó encontramos un bloque turboalimentado de cuatro cilindros, doble árbol de levas y 1.984 centímetros cúbicos de cilindrada de hierro forjado que desarrolla 333 caballos de potencia y 420 Nm de par motor. Todas estas cifras nos dicen que estamos ante el Golf de serie más potente jamás fabricado. Lo que viene siendo un regalo de 20 cumpleaños por todo lo alto. Los alemanes saben cómo celebrar una fiesta. Quién lo diría.

Al volante del Volkswagen Golf R 20 Aniversario

Las primeras dos generaciones del Golf GTI redefinieron lo que un compacto era capaz de ofrecer en cuanto a sensaciones. Queridas e, incluso idolatradas, el paso de los años no ha sido tan benévolo. El GTI fue perdiendo ese toque especial para convertirse en un simple compacto con más potencia. Ya no transmitía las mismas sensaciones y si querías recuperar la esencia clásica Volkswagen te remitía a un R que llegaba a ser tan perfecto que incluso dejaba frío. Siempre ha corrido mucho, pero era tan bueno que daba la sensación de que tú no pintabas mucho en la ecuación.

Impresiona no por lo que corre, sino por cómo lo hace. Es muy divertido

Sin embargo, el R 20 Aniversario no me ha generado esa sensación. El último R que probé y que me encantó fue el Volkswagen Sirocco R. A pesar de llevar la misma estructura, era más juguetón. Tenías que esforzarte más con él y gracias a ello la experiencia de conducción era mucho más divertida. Este R de cumpleaños me recuerda mucho a él, pero con más potencia. Realmente me ha sorprendido el empuje que provoca el motor. Es un coche que en un trato normal va bien, es suave y hasta tranquilo, pero tienes la sensación de que está deseando salir corriendo y hacer el gamberro.

Sirva como ejemplo que siempre arranca en el modo Sport de los seis que tiene: Comfort, Sport, Race, Drift, Nürburgring e Individual. Ya con eso te puedes hacer una idea de esa predisposición para meterse en peleas. A medida que asciendes en esa escalera de programas el Golf se va tensando, poniendo los calzones, atando los guantes y enfundándose el mordedor. Todo el equipamiento necesario para salir al ring dispuesto a partirse la cara con cualquiera que ose a ponerle por delante.

Los frenos delanteros perforados también forman parte del paquete de mejoras

Cuando entras en el juego descubres un coche muy divertido y canalla. La dirección es dura, transmite mucha información y la falta de precisión en el giro a altas velocidades permite tener que luchar con él para incrementar la experiencia. Obviamente la electrónica mantiene la seguridad a ralla, pero en muchos momentos el coche empieza a ponerse nervioso en el eje trasero, intentando asomar un culo que desliza increíblemente bien en el programa Drift. El diferencial admite un mayor deslizamiento y el sobreviraje se viene de una forma muy intuitiva. Nunca un Golf había permitido semejante trato.

Uno no es consciente de la velocidad que puede alcanzar este juguetito. La ficha técnica indica que el límite está en los 270 Km/h y que es capaz de pasar de 0 a 100 Km/h en apenas 4,6 segundos. Para que te hagas una idea de ese registro, un Jaguar F-Type V8 de 450 caballos y un Porsche 718 Cayman GTS paran el cronómetro en el mismo instante. Gracias a los excelentes frenos delanteros el Golf R 20 Aniversario presenta una deceleración firme y segura, justo lo que se necesita cuando te adentras en un tramo de curvas en modo salvaje.

Los diferentes modos de conducción alteran el comportamiento del coche

Es muy muy divertido. No se siente pesado, es ágil y lo suficientemente nervioso como para no temer por tu vida y a la vez estar contento. El equilibrio es perfecto. Puede que la suspensión sea algo dura para el día a día, pero es totalmente soportable. Eso sí, aquí vienen las pegas, prepara la cartera porque este amigo te sacará todo lo que tengas en ella. Calcula que el consumo medio estará por encima de los 10 litros sin casi despeinarte y luego está el precio. El GTI nació para acercar la deportividad a las masas, pero la R se ha subido a la parra. Volkswagen pide por su regalo no menos de, agárrate a la mesa, 71.655 euros. Un disparate. Son 12.000 euros más que por un Golf R normal.

Conclusiones

Sinceramente no alcanzo a entender por qué los alemanes han puesto ese precio cuando no estamos hablando de un modelo de producción limitada. LA potencia tampoco lo justifica, apenas son 13 caballos más. ¿Los ajustes? ¿Los detalles? Puede ser, pero 71.655 euros por un compacto es muchísimo dinero, provenga de donde provenga o lo firme quien lo firme. El Golf R 20 Aniversario es el Volkswagen más divertido que he conducido desde el GTI Mk2 de mi primera novia. Es una bestia, un canalla, un gamberro de los suburbios y un coche tremendamente adictivo, pero por ese precio no hay duda: cómprate un R32 con motor V6 de segunda mano. Te puedes comprar incluso dos.

Nadie puede negar que es divertido, pero se les ha ido de las manos el precio
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