Prueba Volkswagen ID.5 GTX, ¿la nueva alternativa real a los clásicos GTI?

La gama de Volkswagen se está estructurando de una forma doble; por un lado, la familia de históricos vehículos con motores térmicos (Golf, Passat, T-Roc, etc…) y por otro la denominada gama ID. la cual se compone por entero de coches eléctricos. En esta última se encuentran vehículos como el ID.3, ID.4 o ID.Buzz, entre otros. Dentro de unos años, dicha gama ID. pasará a ser la que tome el relevo de los modelos originales, entre los que se encuentran los clásicos GTI, a los que la firma alemana ahora denomina como GTX para sus modelos "cero emisiones".

Los GTX, entonces, vienen a representar la alternativa deportiva dentro de cada uno de los modelos eléctricos que en ellos se incorporen. Pero, ¿realmente son la alternativa a los clásicos GTI de combustión? La lógica dice que sí. Que vienen darnos ese toque de potencia extra y picante sobre algunos de sus elementos, sin llegar a ser radicales o extremos. Esa es la receta “de siempre” de los GTI. ¿Se habrán reinventado bien? Veámoslo.

Las siglas GTX llegó por primera vez al ID.4, el modelo SUV que se espera que sea el modelo más vendido de la gama eléctrica actual, ya que es más polifacético y práctico. De esta manera, el ID.4 GTX alcanza los 299 CV de potencia y tracción total. Esta variante deportiva también se incluirá más adelante sobre el conocido Volkswagen ID.3 y ya ha hecho lo propio también sobre el Volkswagen ID.5, el SUV coupé recientemente llegado al mercado europeo.

Una imagen llamativa

El Volkswagen ID.5 es esencialmente un Volkswagen ID.4 coupé. De hecho, el frontal es prácticamente idéntico entre ambos modelos y sus diferencias principales empiezan a aparecer a partir del pilar B hacia atrás. En el ID.5 la caída del techo es mucho más pronunciada (al tratarse de un modelo de tipo coupé) y dicha caída se remata al final por un pequeño alerón insertado sobre el portón del maletero, aunque este no es exclusivo de la versión GTX, ya que se inserta en todas las motorizaciones.

En el resto de zonas es un modelo que muestra unas líneas ya conocidas. Sus faros son de generoso tamaño y tienen un gran protagonismo en la imagen frontal del eléctrico. Sendos faros se encuentran unidos por una tira LED cortada en su mitad por el nuevo logo de Volkswagen. En el caso de tratarse de la mecánica GTX el parachoques delantero tiene una mayor superficie pintada y una presencia más deportiva. Su pequeña parrilla se puede abrir o cerrar automáticamente en caso de que la mecánica se sobrecaliente y precise de ventilación exterior.

Los mencionados faros LED frontales toman una secuencia de iluminación al acercarnos al vehículo. Esta se podrá personalizar desde el sistema multimedia pudiendo escoger entre dos tipos o, directamente, eliminarlo. Dichos grupos ópticos pueden ser Matrix LED IQ.Light y cada uno de ellos tiene un total de 18 diodos; de este total, 11 de ellos se podrán apagar o encender dependiendo de la situación de la vía, como no deslumbrar a otros usuarios, por ejemplo.

El perfil del modelo es del todo contundente. Su superficie pintada es realmente grande, al igual que su parte acristalada, lo que crea un contraste muy aparente. Sus llantas pueden ser de entre 19 y 21 pulgadas y están diseñadas especialmente para crear una mejor penetración aerodinámica del coche. Esta condición también la crea la propia línea del vehículo, ya que el ID.5 tiene un coeficiente de penetración de 0,26 cx, aunque, irónicamente, este modelo deportivo empeora levemente esa cifra y se sitúa en 0,27 cx.

La carrocería siempre irá en combinación bitono, ya que la mitad superior del coche, donde se sitúa la zona acristalada, nunca irá pintada (sus pilares) y solamente se podrá escoger la tonalidad para su mitad inferior. Entre las posibilidades de decoración para el Volkswagen ID.5 GTX existen 5 alternativas bitono: Gris Ceres, Stonewashed Blue, Rojo Intenso, Blanco Glaciar o Scale Silver; por último, el único color con el que irá todo el coche de un mismo tono será con el Negro Granadilla.

Pasando a la trasera del modelo, es donde quizás menos diferenciación se muestra con respecto a un Volkswagen ID.5 “normal”. El GTX, como novedad, elimina la zona cromada inferior del parachoques y presenta un conjunto decorativo en un único tono negro. Por lo demás, la zaga es idéntica al modelo del que deriva. Sus faros traseros tienen un efecto tridimensional notablemente atractivo y que están unidos por una tira luminosa que cruza todo el ancho del coche. Esta iluminación viene de serie en el GTX y es opcional en el ID.5 “normal”.

Interior espacioso y minimalista

Accediendo al interior del Volkswagen ID.5 GTX nos daremos de bruces con un habitáculo muy espacioso y minimalista. El salpicadero está coronado por la pantalla táctil de 12 pulgadas que hará las veces de sistema de información y entretenimiento. Su fluidez es buena una vez el coche se lleve algunos minutos encendido, en caso contrario habrá que darle un poco de margen para que todo fluya con normalidad. La segunda pantalla que se inserta en dicho salpicadero es la de la instrumentación digital. Esta tiene apenas 5,3 pulgadas y su información es la justa y necesaria. Nada de personalización aquí.

En el mismo bloque donde se ubica la instrumentación, también se encuentra el selector de marchas, en el cual se podrá seleccionar si ir hacia adelante o hacia atrás con un pequeño movimiento circular. Aquí también se podrá insertar el modo B (freno regenerativo) cuando el coche esté en marcha. El volante del GTX es exclusivo de esta versión. Aunque inserta los mismos botones de función táctiles que en el ID.5 normal. Este tiene líneas decorativas en color rojo y las letras GTX pintadas en el brazo vertical inferior.

En la base del parabrisas frontal se sitúa la denominada ID. Light, lo cual es una banda LED que sirve para avisar al conductor y ocupantes de algún contratiempo o eventualidad, como un coche que se aproxime por un ángulo muerto, si nos acercamos al vehículo de delante, si recibimos una llamada o el nivel de carga que posee el coche una vez hemos quitado el enchufe. Los asientos delanteros no son exclusivos y su diseño de backet también los puede incluir el ID.5. Estos ofrecen una imagen muy atractiva y su comodidad también es notablemente buena.

En términos generales, la calidad percibida es bastante buena, salvo por algunos materiales acabados en plástico duro o el excesivo uso del poco agraciado negro piano. El resto de elementos (principalmente los tapizados) tienen un tacto bastante bueno y los diferentes componentes se sienten con una solidez muy buena. Para incrementar la comodidad a bordo, los asientos delanteros pueden incorporar unos reposabrazos abatibles que son realmente de agradecer y la función masaje; además de la conocida función de calefacción. También el número de huecos portaobjetos son bastante notables, ya que estos se ubican por doquier. No obstante, la mayor parte de elementos son compartidos con el ID.4.

Pasando a la segunda fila de asientos es donde podremos encontrar el principal cambio entre este modelo y el ID.4, y es en la altura libre al techo. La propia caída de este genera un menor espacio para la cabeza de sus ocupantes; pero aún así el espacio es bastante bueno para personas de hasta 1,80 metros de estatura o incluso más. Donde sí existe un enorme espacio es en la parte de las piernas, donde destaca por ser uno de los mejores coches del segmento. En cuanto a su anchura, no es mala, pero como suele ser habitual, tres personas irán algo justas aquí.

En la zona baja de los asientos, donde se ubica el túnel de transmisión central -apenas apreciable aquí- se sitúa el panel de climatización para la zona trasera, donde hay dos tomas de aireación y dos puertos USB-C. Los viajeros de las plazas posteriores podrán disfrutar de un techo panorámico acristalado muy llamativo -en caso de que la unidad lo equipe-.

Culminando con el maletero, el Volkswagen ID.5 GTX presenta una capacidad mínima de 549 litros y un espacio muy cuadrado y aprovechable. El piso se puede colocar a doble altura para poder alojar los cables de carga debajo. Su segunda fila de asientos se puede abatir en una proporción 40:60 para dejarnos así con un volumen máximo de 1.561 litros.

Una mecánica ¿deportiva?

Si bien el Volkswagen ID.5 GTX presume de ser la variante más deportiva de la gama, lo cierto es que este hace uso de la misma batería de 77 kWh que equipa el resto de integrantes de la familia ID.5. Adicionalmente, este cuenta con un motor eléctrico extra, lo que lo convierte instantáneamente en un coche de tracción total y 299 CV, siendo notablemente más potente que las otras dos alternativas mecánicas (174 y 204 CV).

Sendos motores eléctricos del GTX tienen una potencia individual de 109 CV y 204 CV en el eje delantero y trasero, respectivamente. Sin embargo, como suele ser habitual en los coches eléctricos, el peso del conjunto, el cual se sitúa en 2.242 kilos, puede mermar las buenas especificaciones técnicas del modelo o su inspiración más deportiva.

El Volkswagen ID.5 GTX conserva la misma arquitectura eléctrica que el resto de modelos eléctricos del Grupo Volkswagen. Su potencia de recarga podrá ser de 11 kW para corriente alterna y de hasta 135 kW en corriente continua. Con este nivel de potencia, en ambos casos, el coche podrá recargar su batería del 20 al 80 por ciento en 7,5 horas o en 36 minutos, respectivamente.

Prueba dinámica

Es posible que la pregunta más clásica sobre este modelo, y el resto de integrantes de la gama GTX, es si realmente son unos sustitutos espirituales de los GTI de antaño. Y la respuesta a esta pregunta es un rotundo “no”, pero porque tampoco están buscando eso, al menos en los dos únicos modelos que tienen estas siglas (ID.4 e ID.5), en el momento en el que el ID.3 haga uso de ellas, quizá su enfoque sí que pueda poner en aprietos al Volkswagen Golf GTI.

No obstante, como digo, su concepción no es la de los clásicos GTI por el mero hecho de que su puesta a punto no está hecha para ir un domingo a hacer tiempos a un circuito -aunque podría hacerlo, y a buen seguro que dejaría a muchos “deportivos” algo humillados-. Pero aunque sobre el papel sus capacidades son muchas, este coche está hecho más para darnos esas aceleraciones que todos esperamos de un coche eléctrico potente y esa sensación de ir en una montaña rusa; la cual a todos nos encanta.

Como digo, las prestaciones son muy dignas. El Volkswagen ID.5 GTX realiza el 0 a 100 km/h en apenas 6,3 segundos. Comparativamente, el Volkswagen Golf GTI de 245 CV demora una décima más en el mismo ejercicio. La velocidad máxima se encuentra limitada electrónicamente en el GTX y alcanza los 180 km/h.

El ID.5 GTX es un SUV, por lo que la posición de conducción en la que circularemos será elevada. Su corto morro y su gran superficie acristalada generará un campo de visión notable en todo el alrededor del coche, lo que, por supuesto, es de agradecer. Su dirección es suave y muy ligera, aunque esto será así siempre y cuando circulemos en el modo Normal o Eco seleccionado; el modo Sport endurece su tarado y la hace más firme (aunque tampoco demasiado).

Además de los modos de conducción mencionados, el ID.5 GTX tiene dos más, uno destinado a pistas resbaladizas y un cuarto dedicado a la personalización, en el que podremos seleccionar la rigidez de la dirección o de sus suspensiones, siempre que nuestra unidad haga uso de la suspensión adaptativa electrónica DCC, un extra que cuesta 1.205 euros adicionales por el llamado “Paquete Deportivo Plus”.

Pero yendo al quid de la cuestión. Tratándose de un modelo más enfocado en la deportividad, ¿qué tal se mueve por una carretera de curvas? Lo cierto es que esto dependerá de si la unidad en cuestión lleva incorporada la mencionada suspensión adaptativa, en cuyo caso, situando esta en su modo más firme podremos pasar con una mayor facilidad y agilidad entre las continuas curvas de una carretera de montaña. En caso contrario, esto variará notablemente y notaremos un balanceo mucho más notable de su carrocería. Al fin y al cabo, el ID.5 GTX pesa más de 2,2 toneladas. La física existe.

No obstante, el ID.5 GTX es un coche en el que se puede viajar cómodamente en cualquiera de sus asientos. El silencio a bordo es generalizado a velocidades de hasta 110 km/h, a partir de ahí se deja notar tímidamente el ruido aerodinámico, pero nada excesivo. También, a velocidades más moderadas, el alerón trasero emite un pequeño silbido que podrá pasar desapercibido en la mayoría de situaciones, pero que, al fin y al cabo, es audible. La rodadura, por su parte, apenas será perceptible, el aislamiento de la cabina es bastante bueno en este aspecto.

Por otra parte, me gustaría que el cuadro de instrumentos fuese más completo o que la información proyectada en él fuese algo más personalizable -o personalizable, a secas-. A cambio, el modelo obtiene un Head-Up Display de grandes dimensiones y con realidad aumentada. Este nos avisará de la ruta marcada en el navegador o cuando nos salimos del carril de la carretera.

En todo caso, este será un coche idóneo con el que circular por vías urbanas o en autovías que transiten alrededor de esta, ya que los consumos ahí serán realmente contenidos, marcando medias de 14 kWh/100 kms. No me entendáis mal, el ID.5 GTX es un coche perfecto para realizar grandes kilometradas, pero el autopista el consumo energético será más acusado, y por ende su autonomía disminuirá. En vías rápidas la media fue algo superior y marcó 17,7 kWh/100 kms, esto generará en la imperiosa necesidad de controlar la autonomía restante y, por ende, de contemplar la posibilidad de parar a recargar en más de una ocasión durante un largo trayecto.

Conclusión y precios

El Volkswagen ID.5 GTX me ha parecido que da en la tecla sobre el tipo de vehículo que presenta. Si buscas la deportividad de antaño, este eléctrico no es para ti. En cambio, si lo que buscas es comodidad y ese extra de potencia y diferenciación, es el coche ideal. Su aceleración es buena y su confort de marcha también lo es, así como su practicidad en el día a día o su espacio interior. Me ha parecido que algunos materiales interiores podrían ser mejores, como el uso extendido del negro piano o los plásticos duros; y me ha chocado más aún por lo que explico en el siguiente párrafo.

El Volkswagen ID.5 GTX no es un coche especialmente asequible, ya que su precio parte de los 59.250 euros, una cifra de por sí elevada que podrá incrementarse aún más en caso de acudir a siempre persuasivo catálogo de extras; lo cual nos puede llevar a tener un modelo de más de 70.000 euros en caso de incorporar todas las opciones.

Si la aceleración que mencionaba anteriormente es primordial para ti, no quieres renunciar a su diferenciación y el tema monetario no es un problema, perfecto, este es un cochazo. En caso contrario, el Volkswagen ID.5 de acceso empieza en 51.110 euros, un precio algo más apaciguado al que habría que añadir varios extras para hacerlo comparables, pero que siempre será más económico.

En otro orden de cosas y bajo mi propio criterio y opinión personal, es posible que denominar al ID.5 GTX como "la variante deportiva" posiblemente sea aventurarse demasiado en el propósito; quizás sería más acertado que fuese una versión "normal" (sin sonoros apellidos) y adicionalmente se crease una auténtica versión deportiva con unas suspensiones más rígidas, un aspecto más diferencial, mayor potencia y una puesta a punto más enfocada en las prestaciones. La receta y los ingredientes los tienen, pero quizás esté reservado para otro momento.