Prueba Volkswagen Passat Variant 1.5 eTSI, la referencia 50 años después

Volkswagen recupera la esencia de las grandes berlinas alemanas, las de toda la vida, con la nueva generación del Passat. Grandes cambios y muchas novedades para la que sigue siendo la referencia de la categoría.

Prueba Volkswagen Passat Variant 1.5 eTSI, la referencia 50 años después

17 min. lectura

Publicado: 11/08/2024 12:00

Los más viejos del lugar andan, andamos, preocupados por el estado de salud de Volkswagen. Los alemanes llevan una temporada que no levantan cabeza. Los errores del pasado y las prisas del presente le han llevado a una situación que cuanto menos resulta extraña. Podría decirse que los de Wolfsburgo se han desviado de su camino del éxito. Un camino marcado por la lógica y la razón. La marca del pueblo ya no lo es tanto, pero el Volkswagen Passat Variant deja la puerta abierta a un retorno a lo clásico, a lo que les ha funcionado durante tantas décadas.

Por primera vez en su historia el Passat sólo está disponible en formato ranchera.

Sí, está claro que Volkswagen está pagando los platos rotos del Dieselgate. Fallo suyo que tienen y deben reconocer. Sin embargo, los errores de la era eléctrica son un malo paso que ha terminado afectando a toda la gama, incluyendo sus coches más clásicos. El Volkswagen Polo podría tener los días contados al casi no aportar ventas. El Volkswagen Golf ha perdido su identidad, aunque queda por ver cómo le han sentado los cambios del restyling. Y por último y no menos importante, el Passat. La berlina es la única que parece haber acertado con los cambios.

Hace ya unos cuantos que el Passat está con nosotros. Hay que retroceder hasta 1973 para datar sus orígenes. Aprovechando su 50 cumpleaños, Wolfsburgo celebró por todo lo alto la onomástica y lanzó una nueva edición, la novena. Eso sí, introdujo cambios de concepto importantes y poderosos. El primero de ellos es que no hay versión berlina, sólo ranchera. Variant se llama. Esta es una decisión importante porque al fin y al cabo el segmento D es preferiblemente berlina/sedán, pero puedo llegar a entenderlo. La segunda novedad resulta como consecuencia de esa primera idea. El tamaño ha crecido, mucho.

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Ya no hablamos de una berlina media. Con su nueva configuración el Passat crece hasta los 4,92 metros de largo. Una barbaridad si tenemos en cuenta de dónde venimos. Al fin y al cabo cada nueva generación es mayor que la anterior, pero ahora más que nunca el Passat se convierte en la berlina más grande de la casa. Nada de Arteon o Phaeton. Eso sí, el incremento de las proporciones viene acompañado de un cambio de diseño bastante acertado, o al menos así me lo parece. En Wolfsburgo han aplicado su nueva línea estética. Hay que reconocer que el paquete R-Line le sienta bien, aunque igual en blanco no saca lo mejor de sí.

El problema llega a la hora de ver las versiones de acceso, las más básicas que resultan excesivamente básicas. Y aquí viene el tercer cambio importante y, posiblemente, el más dramático para los clientes, el precio. Olvídate de la berlina generalista y popular que todos habíamos conocido. Hoy el Passat es caro, mucho más caro de lo que debería. Si coges la versión básica la tarifa no baja de los 42.500 euros, sin descuentos o promociones, pero si empiezas a sumar detalles y chucherías la factura empieza a subir a un ritmo vertiginoso. La unidad de la prueba cuesta 60.000 euros. Un seis y cuatro ceros, un Passat. Increíble.

Su tamaño ha crecido considerablemente. Hoy casi roza los cinco metros de largo.

Todos sabemos que el precio de las materias primas de la energía y de la vida han crecido mucho en los últimos años, pero semejante cantidad por una berlina generalista se antoja…complicada de entender cuanto menos, pero no desesperes ni renuncies a ella porque hay razones más que suficientes para que te pases por un concesionario a mirarla. Dejando a un lado estos tres factores de cambio, el Passat, gracias a Dios, mantiene la filosofía que tan famoso lo ha hecho. Es decir: familiar, cómodo y ahorrador. Todo lo que puedes y debes pedir a un coche de este estilo.

Dejando a un lado el diseño, en cuestión de estilo no hay nada definido, de puertas para dentro hay que reconocer que el Volkswagen Passat es un coche bien hecho (sólo faltaría por ese precio). Buenos materiales, buena disposición, tecnología, elementos de confort y mucho más. Todo está fabricado y ensamblado para durar. Resistente, como debe ser un Volkswagen. El habitáculo es un espacio muy agradable en el que estar. Acogedor. Un espacio que ya conoces y en el que te sabes manejar. No como los de la gama ID, que no terminas de conectar con ellos.

Volkswagen deja atrás las malas sensaciones de calidad de modelos anteriores.

La filosofía clásica ha sido muy bien recreada en un espacio moderno y tecnológico. Las pantallas, como no podían ser de otra manera, toman el control. Tras el volante se presenta un cuadro de instrumentos digital de 10,25 pulgadas de tamaño. Su diseño cambia a gusto del consumidor. Muestra mucha y muy variada información. No se puede pedir más. Se maneja a través del volante. Un volante que, gracias a Dios, Volkswagen ha corregido y mejorado…volviendo al anterior. Se han deshecho de los inútiles botones ápticos para volver al clásico, funcional y seguro botón analógico. No fallan. Son fáciles y mejoran enormemente la experiencia de usuario.

La otra pantalla, la de la consola central tiene un descomunal tamaño de 15,3 pulgadas. Es enorme. Llama muchísimo la atención. Una vez más, Volkswagen ha vuelto a la senda de lo práctico. Se ha dejado de inventos raros y nos deleita con un infotainment fácil de aprender y sencillo de manejar para cualquier usuario. Ya sea tu hermano el informático o tu padre el analógico van a saber manejarlo. Estos sistemas deben ser cuanto más fáciles mejor en aras de la seguridad vial. El tamaño y la posición elevada consiguen que no haya que desviar mucho la atención. Ni siquiera me molesta que la climatización haya que controlarla de forma digital.

La palanca de cambios se ubica en la columna de la dirección. Mejor y más cómodo.

Las pantallas son el pináculo de lo que el nuevo Passat es capaz de ofrecer. Elementos que ya le hubiese gustado al Phaeton lucir hace unos años. Me refiero a faros de LED matriciales, llave de proximidad, los ya mencionados displays, climatizador de tres zonas, iluminación ambiental de LED, techo solar panorámico, servicios multimedia remotos, asientos climatizados y con función masaje, portón del maletero eléctrico, conectividad inalámbrica para dispositivos móviles, carga inductiva y un sinfín de elementos y asistentes a la conducción. Ni que decir tiene que muchos de esos detalles no vienen de serie. Si los quieres vete abriendo la billetera.

La compra de un Passat siempre ha sido una compra más racional que pasional. Se compra por lógica y cabeza pensando en su espacio interior y en su capacidad de carga. El nuevo Passat no cambia este enfoque, lo mejora. El incremento de las proporciones le permite estirar la batalla hasta los 2,84 metros. Eso se traduce en una fila trasera inmensamente espaciosa. Se aprovecha al máximo cada centímetro y en cuanto a habitabilidad podemos ir tan anchos como si de un Clase S se tratase. Cinco plazas anchas, aunque la silla central sigue estando limitada por el túnel de transmisión. La carrocería Variant permite disfrutar de un volumen mínimo de maletero de 690 litros, ampliable a 1.920 si abatimos por completo la segunda fila de asientos. Escandalosamente grande.

Lo bueno de tanto tamaño es que el maletero es impresionantemente grande.

Hoy en día resulta difícil tomar una decisión sobre qué variante mecánica hay que comprar. Para este test en particular he decidido probar una de las unidades mecánicas de acceso, el 1.5 eTSI de 150 caballos. Un bloque de gasolina turboalimentado con cuatro cilindros y 1.5 litros que incorpora un sistema MHEV de 48 voltios que le permite ofrecer la ventajosa etiqueta ECO de la DGT. Asociado, al igual que al resto de la gama, encontramos un cambio automático de doble embrague de siete velocidades. No hay opciones de cambio manual ni las va a haber. Una modificación que ha elevado el precio, pero que sinceramente reconozco como positiva. El cambio automático le sienta como anillo al dedo.

Prueba del Volkswagen Passat 1.5 eTSI 150 CV

La gran pregunta ante esta versión es, ¿merece la pena optar por lo básico? Sí, totalmente. Si vas a hacer muchos kilómetros al año, más de 20.000, te recomiendo el diésel. La unidad más eficiente en cuanto a consumos, pero no creas que esta unidad le anda muy a la zaga. De hecho, lo que más me ha sorprendido es su consumo. Basta decir que la autonomía supera los 1.000 kilómetros. En ciudad el gasto medio será de 7,5-8 litros a los 100 kilómetros, pero si dejamos atrás las calles la cifra baja muy deprisa. Es posible rodar en cifras próximas a los 5 litros si somos delicados. La media durante mi semana de pruebas ha sido de 5,7 litros por cada 100 kilómetros recorridos. Un dato extraordinario se mire por donde se mire.

El acabado R Line incluye detalles concretos como la moldura del salpicadero.

Si bien el gasto es lo que más me ha sorprendido no ha sido lo único. El comportamiento en general también. Reconozco que tenía algo de miedo. Era escéptico teniendo en cuenta los últimos desvaríos de Volkswagen, pero no. Los alemanes no han arriesgado y han jugado sobre seguro. El Passat demuestra la misma buena calidad de rodadura y comportamiento general que todos esperamos y deseamos. Un coche ideal para todo tipo de usos y necesidades. Cómodo, refinado y ahorrador. No es un coche lógico para irse de tramo, pero ahí te das cuenta que el chasis está muy bien ajustado. Va muy fino, aunque el motor tiene sus limitaciones.

Hay varios programas dinámicos, desde uno Eco hasta uno Sport. Con ellos jugamos con la respuesta del coche, de más lento y blando a más reactivo y rápido. A diferencia de otros coches donde notas un descenso notable de las prestaciones, los ingenieros han sabido ajustar muy bien la respuesta en cada modo. La potencia es justa, con 250 Nm de par no se puede pedir mucho más. Gana velocidad con cierta solvencia, de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos. A la hora de adelantar en vía secundaria hay que jugar un poco con el cambio, pero no supone ningún problema. Tiene pegada suficiente para afrontar puertos de montaña, incluso cargado, y, como ya he dicho, me ha resultado de lo más equilibrado.

Como la pantalla es tan grande el sistema multimedia se maneja bastante bien.

Todo el conjunto tiende al confort, pero no resulta lo suficientemente blando como para arruinar la dinámica. A fin de cuentas es un coche familiar, ideal para los largos viajes con los que llegar al destino tan fresco como una lechuga. No defrauda. No decepciona y eso, por triste que suene, es lo mejor que se puede decir. Como ventaja añadida, gracias UE, el sistema MHEV le dota de la etiqueta ECO de la DGT, por lo que es posible saltarse a la torera muchas de las actuales limitaciones a la circulación planteadas por las cada vez más habituales Zonas de Bajas Emisiones. El Passat, valga la redundancia, pasa de largo por todas ellas sin problemas.

Conclusiones

Te puedes quedar tranquilo. Si tenías miedo que el Passat ya no fuese el que siempre ha sido, respira a gusto. La berlina alemana por excelencia sigue siendo la que todos conocíamos. Es más grande y cara, pero mantiene sus conceptos básicos ancestrales: confort, espacio, equipamiento y ahorro. Destaca en todas y cada una de esas facetas. Es súper recomendable incluso en su versión mecánica de acceso. Mucho equilibrio en todo tipo de usos. El problema es, como podrás imaginar, el precio. A día de hoy ya casi ha dado caza a las berlinas medias premium y ahí es difícil pelear. No me extrañaría que muchos potenciales clientes pensasen en comprar un Serie 3 porque, ya puestos, por un poco más tengo un BMW.

Volkswagen retoma la senda de lo clásico con una excelente, aunque cara, berlina familiar.
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