Prueba Volkswagen T-Cross 2024, ¿Mejor que un T-Roc?
El Volkswagen T-Cross, el SUV más asequible de la marca alemana, ha recibido un restyling que le permite mejorar sus encantos. A su gran practicidad y espacio interior, añade un toque de estilo, más equipamiento y una notable mejora de calidad interior.
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Publicado: 27/02/2024 13:30
El Volkswagen T-Cross ha recibido una actualización y he tenido la ocasión de conocerlo en detalle. Es un restyling más sustancial de lo que parece ya que trae consigo un diseño renovado, un nuevo sistema de infoentretenimiento, una mejora de la calidad de los materiales y más equipamiento.
Se trata de un lavado de cara de mitad de ciclo de un modelo urbano que se ha convertido en un auténtico súper ventas. En solo cuatro años, del T-Cross se han vendido 1,2 millones de unidades en todo el mundo. Fuera de Europa también se vende, bajo las denominaciones Taigun y Tacqua.
Su éxito es aún más meritorio si tenemos en cuenta que este crossover tiene los enemigos en su propia casa ya que Volkswagen comercializa otros dos B-SUV: el T-Roc y el Taigo. Cada uno enfocado a un público, sí, pero no dejan de ser tres modelos con mucho en común. Tampoco hay que olvidar otros huesos duros de roer como el SEAT Arona, el Hyundai Bayon, el Opel Mokka o el Nissan Juke.
Un lavado de cara que se complementa con faros Matrix LED
Centrándome en el T-Cross 2024, hay que reconocer que la renovación de su diseño ha sido sutil. En el mercado español la gama está compuesta por los niveles de equipamiento base, Life y R-Line además de la edición especial Más. Pues bien, el B-SUV ahora añade unos nuevos faros LED que son de serie en toda la gama a diferencia del modelo anterior, el cual en la versión básica utilizaba luces halógenas.
El tope de gama R-Line incluye los faros LED matriciales IQ.Light que se ofrecen por primera vez en el T-Cross, los cuales además se acompañan de una firma lumínica horizontal que llega hasta el logotipo de la parrilla. En este acabado los faros antiniebla dejan de ser cuadrados para mostrarse como una línea vertical.
Otras modificaciones se muestran en el rediseño del paragolpes, con una estética que subraya el carácter crossover con una protección en acabado plateado. Como de costumbre, lleva barras de techo en negro o plata pero una característica que se ha incorporado y que puede pasar desapercibida es que los retrovisores exteriores incorporan proyección de luz.
Los grupos ópticos traseros LED también se han renovado. En el T-Cross R-Line muestra una nueva firma lumínica en forma de «X» con intermitentes dinámicos y, por encima de ésta, una fina tira LED recorre la anchura del vehículo al igual que ocurría con la parte delantera. Le queda muy bien, lástima que solo se equipa en el acabado más completo.
La marca alemana ha incluido cinco modelos de las llantas de aleación de hasta 18 pulgadas para elegir. Se ha ampliado la gama de colores para la carrocería con tres nuevas tonalidades con nombres divertidos para mostrar el carácter desenfadado del coche. El SUV ahora puede vestirse en el amarillo sólido «Amarillo Chillooón», el rojo metalizado «Rojo, Rojo» y el azul metalizado «Azul Azulillo».
Sus dimensiones no varían para seguir siendo un SUV de carácter urbanita: tiene 4.127 mm de longitud, 1.760 mm de anchura y 1.573 mm de altura. Es moderadamente alto para tener una buena visibilidad y compacto para gozar de buena maniobrabilidad así que me parece un tamaño ideal para un coche de orientación ciudadana.
Nada más abrir las puertas y acceder al interior se percibe un ambiente de mayor calidad. El anterior T-Cross abusaba de los plásticos duros pero en esta actualización el salpicadero se ha rediseñado y se han añadido materiales de tacto blando y nuevas molduras. Los acabados altos también han mejorado los guarnecidos de las puertas delanteras. También hay nuevas tapicerías y en general la atmósfera es más acogedora, me ha causado buena impresión.
Todas las versiones están equipadas de serie con instrumentación digital Digital Cockpit con una pantalla de 8 pulgadas que crece hasta las 10,25 pulgadas en el acabado R-Line. En el T-Cross 2024 el aire acondicionado manual se ofrece en el acabado base mientras que el resto de versiones tienen el sistema de climatización bizona Air Care Climatronic. Aunque se puede operar desde la pantalla multimedia, también tiene su propio módulo con controles táctiles.
El elemento protagonista del interior es el renovado sistema multimedia. La pantalla táctil mide 8 pulgadas mientras que la versión tope de gama tiene una pantalla de 9,2 pulgadas. Ha actualizado su sistema operativo así que el sistema de infoentretenimiento es más fluido y fácil de manejar. Por supuesto, tiene conectividad con Apple CarPlay y Android Auto.
Detrás no hay novedades evidentes. El nuevo T-Cross sigue siendo unos del crossover urbanos que más espacio ofrece en las plazas traseras por lo que, a pesar de su longitud compacta, es funcional para uso familiar. Un detalle fantástico que ya tenía su predecesor es que la banqueta trasera es desplazable en 140 mm.
Además, la capacidad de transporte es grande. El maletero ofrece entre 385 y 455 litros de volumen, dependiendo de la posición de la banqueta deslizante, y la carga se puede colocar a dos alturas. Los asientos posteriores se pueden abatir en una proporción 60/40 para ampliar el volumen de almacenamiento hasta los 1.281 litros.
Pero la practicidad este coche no termina ahí. El asiento del acompañante se puede plegar dejando una superficie de carga plana desde la parte trasera hasta la delantera de 2.398 mm de longitud. Por cierto, bajo el asiento delantero derecho también puede ir un cajón portaobjetos. Una modularidad magnífica en el segmento B-SUV.
Ya que estoy hablando de carga, hay que mencionar también que el nuevo T-Cross ha aumentado la carga máxima del enganche de remolque desmontable opcional, pasando de 55 a 75 kg. Esos 20 kg adicionales pueden ser muy útiles para transportar e-bikes en un portabicicletas montado directamente en el gancho de remolque.
Mirando bajo el capó no hay sorpresas. El SUV de Volkswagen está propulsado por los conocidos motores de gasolina que ya estaban disponibles en su predecesor. El punto negativo de esto es que no hay ninguna opción de electrificación así que no hay posibilidad de disfrutar de la etiqueta medioambiental Eco que tan conveniente puede resultar en un automóvil destinado a un uso principalmente urbano.
Sin etiqueta Eco: el T-Cross no apuesta por la electrificación
La mecánica principal es el bloque 1.0 TSI de tres cilindros con dos niveles de potencia. En una versión de acceso dispone de 95 caballos vinculado a un cambio manual de cinco marchas aunque la mayor parte de las ventas recaerá en la variante de 115 caballos. Ésta puede elegirse con una caja de cambios manual de seis marchas o la transmisión automática DSG de doble embrague y siete velocidades.
El tope de gama es un motor 1.5 TSI de cuatro cilindros y 150 caballos, siempre asociado al cambio DSG7. Desde luego es la elección más apetecible, no solo por sus mayores prestaciones sino porque resulta más refinado que el tricilíndrico pero cuesta 2.100 euros más que el 1.0 TSI 115 DSG.
La mayoría de los clientes se decantará por la opción de 115 caballos como ocurría en el modelo anterior. Es normal porque ya expone unas prestaciones más que suficientes para un coche de este tipo con un consumo moderado que estará entre los 6 y los 6,5 l/100 km reales. Es cómodo y práctico, combinación ideal en esta categoría. En cualquier versión el T-Cross se siente bien aplomado, tiene unas reacciones predecibles y da confianza al conductor.
El equipamiento de seguridad incluido de serie desde la versión de acceso incluye airbags frontales, lateras y de cortina, asistente de frenada de emergencia (Front Assist), sistema de detección de peatones, sistema de detección del cansancio y de distracciones, sistema de reconocimiento de señales de tráfico o asistente de aviso de mantenimiento de carril (Lane Assist).
El número de asistentes a la conducción también es interesante para un coche de este segmento. El T-Cross puede equipar el asistente de aparcamiento Park Assist con el que el conductor opera los pedales y el cambio de marchas pero el coche se encarga del resto de maniobras. También puede llevar un asistente de aviso de ángulo muerto o un asistente de salida de aparcamiento trasero.
Como novedad se introduce el sistema de asistencia opcional Travel Assist que permite una conducción semiautónoma. El Travel Assist controla la velocidad del vehículo, acelerando o frenando dependiendo de la presencia de otros vehículos en la vía y teniendo en cuenta los límites de velocidad, curvas y rotondas, y también actúa conjuntamente con el Lane Assist. En las versiones con cambio DSG también puede realizar automáticamente operaciones de parada y arranque.
Respecto al modelo que sustituye, el Volkswagen T-Cross 2024 deja un muy buen sabor de boca. Es un coche más completo, con una evidente mejora de calidad interior y un sistema multimedia más moderno. A esto se suma su excelente versatilidad de uso y flexibilidad interior, aunque se sigue echando en falta motores mild hybrid.
Otro inconveniente puede ser su precio. El T-Cross es el SUV más accesible de Volkswagen pero hace tiempo que «accesible» dejó de significar «barato» en la marca alemana. Está a la venta desde 23.970 euros en su versión básica, que es un valor por encima de la media. Al menos, en el periodo de lanzamiento hay una campaña con descuentos que rebajan el precio a 21.950 euros que suenan algo mejor.
La mejor relación precio/equipamiento la propone el acabado Más porque por 200 euros más que el Life añade equipamiento por valor de 2.300 euros. Si se quiere optar por una unidad muy equipada con el acabado R-Line se supera con holgura la barrera de los 30.000 euros. Con esas tarifas, ¿quizá merezca la pena dar el salto al Volkswagen T-Roc?