Prueba Volkswagen T-ROC 1.5 TSI Sport, la opción equilibrada y divertida de conducir

Nueve meses con el T-ROC, una prueba de larga duración en la que hemos hecho un uso personal del SUV alemán durante poco más de 12.000 kilómetros. Carretera nacional, autopista, ciudad, montaña, con equipaje y pasajeros o solo el conductor, y del que te contamos nuestras impresiones.

Prueba Volkswagen T-ROC 1.5 TSI Sport, la opción equilibrada y divertida de conducir
Prueba Volkswagen T-ROC 1.5 TSI Sport

13 min. lectura

Publicado: 31/12/2019 20:00

Sin duda, un auténtico "bestseller" en la marca alemana. El Volkswagen T-Roc ha supuesto un antes y un después en términos de ventas acumulando grandes cifras en todos los mercados europeos, a pesar de también largos retrasos en la entrega de algunas unidades. Y es que su fabricación exclusiva en Setúbal, Portugal, para toda Europa ha demostrado ser insuficiente.

¿Por qué tanto éxito? El Volkswagen T-Roc es el ansiado Golf SUV, considerado largamente en el tiempo por los responsables de la firma, y en contra de los que muchos piensan que este modelo es el Tiguan. Éste último juega en una categoría diferente y más elevada, mientras que el recién llegado viene casi a ocupar también el hueco dejado por el primer Tiguan.

El Volkswagen T-Roc es un SUV atractivo con un aire deportivo, posicionado entre el segmento B y el C

Con un diseño atractivo, conserva la imagen de la filosofía ADN de Volkswagen: unos finos faros que conectan visualmente con la parrilla de barras cromadas, mientras que una línea del techo que se extiende acabando en un portón trasero muy inclinado, un aire de coupé falseado por una forma más tendida de los pilares traseros confiriendo un estilo más deportivo. Los grupos ópticos traseros presentan tecnología LED y son perfectamente reconocibles como un modelo de la firma.

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Pero, a pesar de ser el considerado SUV del Golf, hay una gran diferencia con el compacto. Los faros delanteros cuentan con tecnología LED en cruce y carretera con la luz diurna separada e incluyendo los intermitentes en unos aros en el paragolpes, pero las luces antinieblas son halógenas, sin duda un importante defecto en un modelo de la categoría de precios de este coche.

El ansiado Golf SUV es una realidad pero su interior no está a la altura del compacto, al menos en calidad táctil

En el interior, todo está a la mano; los ajustes entre piezas son realmente buenos y no hay crujidos, si bien el acabado de las piezas de plástico del salpicadero y las de "Negro Piano" en la consola y túnel de transmisión, se rayan y ensucian con facilidad. Los asientos delanteros de esta versión "Sport" sujetan bien el cuerpo y su tela de serie es resistente. En la parte trasera, los asientos son realmente cómodos, pero la plaza central es dura e incómoda, como en la gran mayoría de modelos, por lo que su utilidad se limita a casos muy especiales.

Un detalle que se echa de menos es la iluminación ambiental en las puertas traseras y las manijas. Modelos de otras marcas o de gama inferior ofrecen estas soluciones... Y, al igual que en la parte delantera, los paneles de las puertas son de plástico duro, agradeciéndole que hubieran utilizado uno más blando y ligeramente mullido. Ni se inmuta con el dedo aplicando fuerza.... Una similitud más con el Polo y diferencia con el compacto.

El funcionamiento del cuadro de instrumentos digital y los menús del sistema de infoentretenimiento son claros y el navegador preciso. Ninguna de las dos pantallas digitales presenta reflejos con la incidencia de los rayos solares, aunque la del cuadro de instrumentos es difícil mantenerla completamente limpia.

El manejo del "Virtual Cockpit"es sencillo desde los mandos del volante, accediendo fácilmente a los servicios de telefonía y a la sección de medios musicales, prácticamente sin despegar la vista de la carretera, si bien se agradecería que el mando vocal no fuera un opcional de pago.

El cuadro de instrumentos digital y la pantalla del sistema de info-entretenimiento ofrecen buena calidad de visión, pero se ensucian con mucha facilidad

Todo funciona casi perfecto, excepto la calefacción. Con el sistema apagado, las trampillas internas no cierran correctamente y dejan pasar calor del motor, lo cual se agradece en invierno pero no en verano. Es casi el único punto débil que le hemos encontrado. Entre otras cosas, también se echa en falta un mando para abrir el maletero.

Que, por cierto, goza de una muy buena capacidad en esta versión de tracción delantera y con formas muy regulares, lo que le hace francamente muy aprovechable. Con 445 litros y un máximo de 1.290 litros abatiendo los respaldos de los asientos posteriores, queda un piso completamente plano. Un detalle que no nos ha gustado es que al bajar el nivel a ras del hueco de la rueda de repuesto, el fondo se queda en ángulo y no completamente plano, por lo que ya no es tan aprovechable.

En el plano mecánico, la opción de 150 CV es la más acertada para una familia en la que las prestaciones no sean una de las condiciones principales. El peso de la unidad de pruebas es considerable, por lo que cargado y con el climatizador se mueve con soltura y agilidad, no así la versión de 115 CV, muy justa, por lo que esta versión es la más equilibrada.

Al volante del Volkswagen T-ROC

La unidad probada corresponde al 1.5 litros TSI EVO con cambio manual de 6 velocidades, un cambio que es muy suave en funcionamiento y en el engrane, con mucha facilidad, aunque en algunas reducciones tiende a quedar en punto muerto. Con esto hay que tener cuidado y no quedarte sin cambio.

El funcionamiento del motor es muy suave, pudiendo alcanzar elevadas velocidades de crucero a un bajo régimen del motor, si bien dispone de un modo de dos cilindros que entra automáticamente en función de las condiciones de carga del motor, y del que es bastante fácil "provocar" su activación. No hace falta soltar el pedal del acelerador para que se conecte, sino que simplemente con pisar el pedal muy ligeramente, casi posado sobre él, se conecta.

En el volante multifunción, se accede al sistema de info-entretenimiento sin distracciones

Con un selector de modos de conducción -"ECO", "Normal" y "Sport", además de un personalizado, las diferencias son apreciables pero no suponen una mejora de calado. Hay que asumir que es un SUV y con unas pretensiones más cívicas desde la concepción, aunque sí es cierto que las mejoras que ofrecen los modos de conducción se pueden combinar con algo más de pericia y, entonces, por ejemplo, se puede obtener una conducción más deportiva, o sumamente eficiente rodando en los 4,0 l/100 km.

Si en el modo "ECO" se busca una elevada eficiencia y, por tanto, no puedes esperar reacciones rápidas, en el "Sport" se endurece la dirección y cambia un poquito la configuración del acelerador y caja de cambios, pero no afecta al tren de rodaje ni a las suspensiones, ni tampoco los frenos que se quedan algo escasos en un funcionamiento más exigente de lo habitual.

Divertido de conducir en curva, pero el consumo de combustible sube con la misma alegría que pisamos el acelerador

En carreteras reviradas y enlazando una curva con otra, no hemos percibido balanceos de la carrocería, algo muy conseguido por los técnicos de la marca, y a los que contribuyen también las contenidas dimensiones, como tampoco hemos apreciado que el sistema de control de estabilidad y tracción sea muy intrusivo, más bien lo contrario, por lo que hay que hacer auténticas diabluras para que corrija mínimamente un "desliz".

En autopista, con climatizador y equipaje, hemos logrado consumos medios de 5,5 l/100 km cumpliendo estrictamente los límites marcados en las vías y con el modo "Normal" activado. Incluso, alternando los tres modos de conducción, el consumo medio que hemos venido marcando ha oscilado entre los 6,2 l/100 y los 6,4 l/100, si decidimos abusar algo del pedal de acelerador en algunas ocasiones.

Los asientos son deportivos y sujetan bien el cuerpo, tapizados en tela de buena calidad

Todo lo contrario si activamos los modos "normal" o "ECO" y encima, también el control de velocidad de crucero, con los que la desconexión de cilindros también se conecta, logrando cifras por debajo de los 5,5 l/100 km, con cuatro personas a bordo y equipaje. Cifras realmente buenas para un modelo que también recupera muy bien desde baja velocidad y que, rara vez, necesita reducir de 6ª a 5ª o incluso a cuarta para remontar.

El confort a bordo es realmente bueno, con un muy bajo nivel de rumorosidad incluso a alta velocidad, no apreciándose ruidos aerodinámicos, si bien los de rodadura sí son especialmente notables en asfaltos rotos. La suspensión deportiva filtra bien las imperfecciones del terreno, al igual que la dirección, pero los tramos bacheados se aprecian muy fácilmente, incluso a baja velocidad.

En los sistemas de asistencia a la conducción hemos percibido los mismos problemas que otros modelos de la competencia en determinados asistentes de la conducción como el reconocimiento de señales, que lo hace también con las indicaciones de velocidad de los carriles de salida en carretera o autopista, mientras que reconoce algunas de obras pintadas en amarillo. En el guiado automático de la trazada de algunas curvas, también hemos sentido que puede ser algo más intrusivo, pero solamente en situaciones muy especiales.

Conclusiones

En general, el Volkswagen T-Roc es un buen producto y así lo demuestran las cifras de ventas de un modelo que ya mismo será actualizado estéticamente, un SUV con una amplia oferta de elección incluyendo el nuevo T-Roc Cabrio y el más salvaje T-Roc R. Pero adolece en algunas cuestiones, aparte de los plásticos interiores.

Por ejemplo, se echan en falta algunos parpadeos más de los intermitentes, los tres que vienen de serie son insuficientes en los cambios de carril obligando a un segundo toque de la palanca o a una activación completa, detalles que aumentan la seguridad, o que elementos como el detector del ángulo muerto sean opcionales en un modelo del precio de este T-Roc Sport que parte desde 28.495 Euros.

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