Prueba Volkswagen T-Roc Cabrio, ante la duda techo fuera
El Volkswagen T-Roc se ha convertido en un modelo muy querido dentro del catálogo de la marca alemana por muchos motivos, y uno de ellos no es otro que la leve esperanza de la resurrección de los descapotables para todos los públicos gracias a la incorporación de la variante Cabrio de este SUV. El Volkswagen T-Roc Cabrio no deja indiferente a nadie.
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Publicado: 31/05/2021 20:00
El Volkswagen T-Roc es un modelo que en esta nuestra casa, hemos probado en múltiples ocasiones, con la mayoría de sus diferentes mecánicas e incluso comparándolo con su hermano pequeño el Volkswagen T-Cross. Pero probablemente, lo que no podríamos imaginar, es que cuatro años después de conocer al modelo por primera vez, íbamos a estar conduciendo una versión descapotable de este SUV. Sí, has leído bien. ¡Es Cabrio!.
Aunque más que no poder imaginar que tendríamos una versión a cielo descubierto del T-Roc, lo que no podríamos llegar a pensar hace algunos años más, es que los SUV nos invadirían de tal forma que tendríamos incluso modelos con carrocería descapotable, ¡qué locura!. El primer SUV en llegar al mercado con este tipo de alternativa, fue el mítico Nissan Murano CrossCabriolet, un modelo que no pudimos conocer en nuestro país y que desapareció tan rápido como llegó. Después llegó el Range Rover Evoque Cabrio, un coche que sí tuvo bastante más aceptación pero del que Land Rover decidió no renovar en una segunda generación. Ahora el nuevo intento de capitalizar este particular segmento se lo lleva Volkswagen con su T-Roc, un modelo que puede ser mejor de lo que todos pensamos.
El Volkswagen T-Roc Cabrio es un modelo que la marca nos presentó públicamente hace un par de años y ciertamente tuvo un buen recibimiento entre la prensa y los propios usuarios, tanto es así que no es muy difícil encontrarse con alguna unidad por nuestras calles. ¿Habrá dado en el clavo Volkswagen con este modelo?. En la década de los 90 y principios de los 2000, las marcas presumían de lanzar al mercado versiones descapotables de sus compactos clásicos, como el Ford Focus Cabrio, el Opel Astra Twin Top, el Renault Megane Cabrio o incluso el Peugeot 207 CC, modelo que aún se deja ver muchísimo por nuestras ciudades. Esta tendencia cambió radicalmente y ahora los modelos con techos escamoteables cada vez están más relegados a pertenecer al sector más premium. Volkswagen en cambio ha dado un puñetazo sobre la mesa lanzando un modelo realmente popular con este tipo de techo. Gracias Volkswagen.
Estética chic con o sin techo
La imagen del T-Roc Cabrio cambia considerablemente si lo comparamos con su modelo principal. En el frontal no encontramos prácticamente ningún elemento novedoso, pero a partir del pilar A la cosa cambia. Este mismo pilar ha sido levemente abatido, para crear un ángulo menos recto y poder así ejercer menos pantalla para el viento frontal y a su vez liberar a los ocupantes de la corriente aerodinámica.
Por supuesto, el mayor cambio que encontramos aquí es la desaparición de las puertas traseras, adoptando ahora el cuerpo de un coche con tan sólo 2 puertas de acceso. Estas son considerablemente más grandes para facilitar la entrada a los ocupantes de las plazas traseras. En cuanto al propio tamaño del coche, este no varía demasiado, de hecho es algo más grande que el modelo del que deriva. Tiene unas dimensiones de 4.268 mm de longitud, 1.522 mm de altura y 1.811 mm en su anchura, la batalla también gana algunos centímetros, quedándose en unos 2.630 mm. Esto significa que tiene una distancia entre ejes 3 centímetros mayor y una altura total 5 centímetros más baja.
El T-Roc Cabrio ha sufrido numerosos refuerzos estructurales en el chasis y en la propia carrocería, haciéndolo considerablemente más rígido que el modelo de 5 puertas en puntos estratégicos de su fisionomía. Esto ha provocado que la zona inferior del coche tenga una mayor solidez y por consecuencia una mejor pisada en curvas gracias a un centro de gravedad más bajo. Todos ganamos en esta ecuación.
Pero poniendo ya el acento en lo que más se diferencia del modelo normal, su techo escamoteable es de tejido de lona, nada de techos duros retráctiles que redundan en un mayor peso total y, como consecuencia, al recogerlos, la trasera tiende a ser bastante más pesada y el reparto de pesos se va al garete. Es cierto que este T-Roc Cabrio ha ganado algunos kilos de más. Es lógico, al final el mecanismo y la propia rigidez extra provocan que el peso sobre la báscula se vea incrementado; aunque en este caso, no es nada excesivo. El modelo convencional tiene un peso de 1.414 kilos y la variante descapotable 1.487 kilos, es decir, algo más de 70 kilos.
El techo podremos abatirlo en un tiempo de apenas 9 segundos (es bastante rápido) y podremos hacerlo a una velocidad máxima de hasta 30 kilómetros por hora. Una vez el techo “está puesto” veremos que ha variado considerablemente la fisionomía del coche, dejándonos con un T-Roc algo más coupé de lo que estamos acostumbrados pero con una altura de techo bastante generosa. Esto ha generado directamente un mejor espacio habitable para sus 2 pasajeros de la segunda fila, especialmente en el espacio para la cabeza.
Metiéndonos en el interior, en la primera fila encontraremos un espacio idéntico al del modelo de 5 puertas, salvo por la introducción de dos botones vitales para esta variante: el de accionar la capota, y el de subir o bajar las cuatro ventanas del coche al mismo tiempo. En las plazas traseras, como he dicho antes, sus ocupantes ganan en espacio para la cabeza, pero pierden con respecto a las piernas. Esta zona ha sido homologada para sólo 2 ocupantes, ya que se ha estrechado mínimamente el conjunto. Si tuviese que pedir algo para esta segunda fila sería la incorporación de un reposabrazos central. Por contrapartida, también encontramos los acabados con plásticos duros por doquier que vemos en la versión original del T-Roc.
Y por último, pasando al maletero, este también ha visto mermado su volumen, algo lógico si pensamos que estamos ante un espacio que ahora debe albergar también un techo plegado. Su volumen es ahora de 284 litros. Una cifra considerablemente buena si tenemos en cuenta que algunos coches actuales no gozan de este espacio aún teniendo un techo corriente. En caso de necesidad es posible abatir sus dos asientos traseros, dejando un pequeño hueco en el centro del maletero para así poder cargar objetos de grandes longitudes.
Motores y acabados
Dentro del catálogo del T-Roc “normal” encontramos hasta 4 acabados y varios niveles de potenciación. Esto no sucede en el T-Roc Cabrio, el cual nos deja únicamente con dos acabados a escoger: Style y R-Line. El primero es el de acceso y nos deja con una imagen mucho más sencilla, con unas llantas de 17 pulgadas, unos acabados exteriores de plástico negro o una luz diurna LED sin las característica forma redonda bajo los faros. En resumen, una imagen mucho más simplista y sencilla.
En el acabado R-Line se nota que Volkswagen ha puesto toda la carne en el asador y nos deja con un exterior más trabajado, con unas llantas de serie de 18 pulgadas en color negro brillante, unas protecciones en el mismo color de la carrocería y unos LED diurnos más estilizados. Por supuesto, la factura se eleva considerablemente de un acabado a otro, aunque de esto hablaremos al final del artículo. Las llantas en opción van desde las 17 a las 19 pulgadas, y la paleta de colores nos deja con hasta 8 colores, de los cuales 7 tendrán un coste extra. También podremos escoger tapicería de tela o cuero-tela, ambas en color negro.
Por último, las mecánicas disponibles son dos: el bloque tricilíndrico de 1.0 litros de cubicaje con 110 CV de potencia (únicamente reservada para el acabado de acceso) y un tetracilíndrico de 1.5 litros y 150 CV. Tanto para el de 110 como para el de 150 CV existe la posibilidad de escoger un cambio manual de 6 velocidades o, unicamente para el bloque más potente, una caja automática DSG de 7 relaciones. Ambas mecánicas vienen de la mano de la tracción delantera, para este modelo se ha prescindido de la tracción total que sí puede montar el modelo de 5 puertas.
Prueba de conducción
Los madrugones son menos madrugones cuando puedes ir al trabajo con el cielo como techo y una apacible temperatura primaveral. Todo se ve y se siente distinto cuando decidimos meter el techo en el maletero y disfrutar del sol y el cielo abierto. Es una auténtica pena como las marcas han ido renegando de los modelos descapotables dejándolos únicamente en manos de bolsillos holgados. Volkswagen por su parte aquí nos entrega un modelo mucho más común y a un precio relativamente asequible. Conozcamos la dinámica del T-Roc Cabrio en la vida real.
Para empezar, decir que nuestra unidad monta el acabado R-Line con el bloque motor de gasolina de 1.5 litros y 150 CV. La caja de cambios es la automática DSG de 7 relaciones. Una conjunción que ciertamente le sienta a este coche como anillo al dedo en todos los aspectos. Exteriormente está decorado con el color Rojo Intenso Metalizado y las llantas son las “San Marino” de 19 pulgadas. Una preciosidad, todo sea dicho. Pero llega el momento de arrancar y ver qué tal se mueve este desenfadado cochecito.
En primer lugar, nada más situarnos en el asiento del conductor, tenemos la impresión de estar en un coche cuantiosamente más pequeño de lo que en realidad es. Ya hemos dicho que mide algunos centímetros más que el modelo de 5 puertas, pero esto no se hace notar para nada. Su ángulo de giro es bastante bueno y eso nos da la sensación de manejabilidad y ligereza en lugares angostos como un parking, por ejemplo. La comodidad también es un grado, y de eso ciertamente va bastante sobrado.
La dirección es sumamente suave en todo momento, principalmente cuando circulamos en un modo de conducción no deportivo. Este incluye varios modos que podremos seleccionar: Eco, Confort, Normal, Sport e Individual. En los tres primeros la suavidad de los elementos priman sobre todo, más intensificado aún en el Eco donde todos los apartados optan por reducir al máximo el consumo de combustible. También en estos tres primeros (en el Individual también si así lo queremos) el coche activará automáticamente el modo 2 cilindros cuando pidamos un mínimo esfuerzo al bloque motor, incluido el “desplazamiento por inercia” que llevará a cabo cuando soltemos el pedal derecho.
En el modo Sport, el coche cambiará lo justo para darnos unas prestaciones algo más a la altura. Dirección más firme, una mayor sensibilidad del acelerador, así como unos cambios de marchas que apuran todo o en mayor medida, el cuentavueltas. Y ya que hablamos de sus cambios, mencionar el buen trabajo que hace la caja automática DSG de 7 relaciones. Esta tiene la posibilidad de manejo de varias maneras:
- E: para el modo Eco.
- D: Modo normal y confort.
- S: Modo sport. Este podremos seleccionarlo desde el propio cambio sin necesidad de cambiar el modo de conducción del vehículo.
- M: Manual. Al igual que el Sport, este también podremos seleccionarlo en la propia palanca o realizando un cambio a través de las levas situadas tras el volante.
En general su desenvolvimiento es muy suave en todos los aspectos, dejándonos con unos cambios prácticamente imperceptibles, en cualquiera de los modos.
Sin movernos mucho del apartado mecánico, nos vamos con el corazón de este bonito descapotable. El motor de gasolina de 1.5 litros y 4 cilindros, rinde clamorosamente bien en todo momento. Su funcionamiento es muy suave. La aceleración es bastante proporcionada, nada de bruscas subidas en el tacómetro ni nada parecido, todo es muy tranquilo y sosegado. También lo es en cuanto a sus consumos, ya que estos difícilmente subirán de una media de 7 litros, y al que podremos sacar sin trabajarlo mucho, medias por debajo de los 5,5 litros.
Este bloque motor nos deja con una potencia máxima de hasta 150 CV. Sobre el papel se intuye un buen número de caballos bajo el acelerador, capaces de ofrecernos unas sensaciones mínimamente deportivas o, al menos, divertidas. No es exactamente el caso. Aunque circulemos en modo Sport, la potencia no se dejará notar en exceso y la tónica general será sentir que tenemos algunas decenas menos de caballos a nuestra disposición.
Es una pena que las marcas generalistas estén renegando de los descapotables, dejándolos únicamente en manos de bolsillos más holgados. Por ello: gracias Volkswagen
Culminando con esta prueba dinámica, decir que una vez circulamos con la capota puesta, la insonorización en el interior es muy buena, únicamente dejándose oír el ruido de rodadura cuando circulamos a altas velocidades. Si guardamos la capota y viajamos a cielo abierto, la sensación no será muy distinta, ya que podremos circular incluso por autopista manteniendo una charla con nuestro compañero de viaje sin tener que elevar mucho la voz. Eso sí, si queremos hacer un viaje por vías rápidas sin techo, lo mejor será pensar que este coche es un biplaza ya que los pasajeros de la segunda fila llegarán al destino sobradamente aireados.
Conclusión y precios
En ámbitos generales este no es un coche con el que irnos de tramo o meternos en un circuito para disfrutar, ya que este no un deportivo ni aspira a serlo. Sus miras están mucho más encaminadas a disfrutar a cielo abierto de un bonito paseo bajo el sol a bordo de un coche tranquilo, práctico, cómodo y con un consumo muy contenido; y por supuesto muy bonito. Al T-Roc Cabrio podríamos sacarle alguna que otra pega, principalmente en el terreno de los acabados, pero es un coche que te alienta a olvidarte por completo de estos “peros” y limitarte a disfrutar del paseo.
A título personal es un coche que me ha sorprendido en todos los sentidos. El T-Roc de 5 puertas es un coche que es práctico y se mueve muy bien, pero en líneas generales, algo anodino. En cambio, a este Cabrio se añadimos ese toque tan personal como quitarle el techo y transformarlo por completo. Tanto la mecánica como el aspecto del coche juegan un papel fundamental y hacen que te enamores bastante rápido de todo lo que te ofrece.
Y uno de esos grandes “peros” que mencionaba antes es su precio. Este parte de los 29.185 euros de la versión de acceso con motor 1.0 de 115 CV. Un modelo que viene particularmente escueto de “chuches” y al que más que probablemente queramos completar con el catálogo de extras, con la consecuente subida en la factura final. El modelo que hoy probamos aquí, es el más recomendable, ya que su motor de 150 CV es una delicia. Nuestra unidad supera holgadamente los 45.000 euros, un precio que se nos antoja, a todas luces, excesivo.