Prueba Volkswagen Tiguan eHybrid, el SUV híbrido enchufable perfecto para la mayoría
Para muchos, el Volkswagen Tiguan es el modelo ideal para su vida cotidiana. Sin embargo, dentro de su catálogo hay varias opciones mecánicas. Nosotros hemos podido poner a prueba su versión híbrida enchufable con 204 CV y 118 km de autonomía eléctrica.

Volkswagen siempre ha tenido modelos clave dentro de su gama. Como ejemplo se pueden mencionar al Golf, al Passat o al Tiguan. Precisamente, este último, ha sido el elegido por cientos de miles de personas para que sea su compañero de transportes en el día a día. Y es algo lógico: es bonito, espacioso y tiene unas especificaciones sobresalientes para todo tipo de usos.
Ahora, con la nueva generación del SUV alemán, la marca vuelve a apostar por varias opciones mecánicas dentro de su catálogo. No obstante, hay una que, para muchos casos, puede destacar por encima del resto: la variante híbrida enchufable. El Volkswagen Tiguan eHybrid se presenta como la elección perfecta para no gastar una gota de combustible en la práctica totalidad de desplazamientos cotidianos.

Así es el Volkswagen Tiguan más mirado
La nueva generación del Volkswagen Tiguan ha hecho borrón y cuenta nueva sobre el modelo, luciendo ahora una estética totalmente actualizada para el SUV. En materia de imagen, sus rasgos y líneas principales son propias de la compañía alemana. Entre otras cosas, el frontal es completamente nuevo, con unos faros más próximos a los que se pueden encontrar sobre otros modelos, como el Passat.
También es bastante llamativa la zona del parachoques, con unas aberturas realmente generosas, aunque la mayoría de estas son meramente decorativas. En términos generales, su diseño es más minimalista y mucho menos recargado que en generaciones anteriores.
En el perfil destacan sus formas musculosas. También llaman la atención sus llantas, que pueden ser de hasta 20 pulgadas, con diferentes diseños. No obstante, para el eHybrid la marca propone unas de estética más aerodinámica. En esta vista son más palpables las medidas del nuevo Tiguan, el cual presenta: 4.539 mm de longitud, 1.842 mm de anchura y 1.658 mm de altura. Su distancia entre ejes es de 2.677 mm.

Mirando ahora su zona posterior, se puede adivina también un importante cambio en sus formas, adaptándose, nuevamente, a modelos ya existentes dentro de la marca. Los grupos ópticos ocupan ahora todo el ancho del coche y tienen un diseño fino y estilizado. En el centro de la propia luz se ubica el emblema de la firma. Más abajo destaca el nombre del modelo, así como un voluminoso parachoques decorado con una moldura negra.
De puertas para adentro, el renovado Volkswagen Tiguan incluye un habitáculo más minimalista. Detrás del volante se acopla una instrumentación digital de 10,25 pulgadas, la cual ofrece una personalización de los datos que en ella se proyectan. En el centro del conjunto, una multimedia de 14,9 pulgadas que tiene un manejo realmente bueno y una visibilidad sobresaliente, aunque haya una fuerte luz diurna.
A decir verdad, el resto del conjunto presenta numerosos huecos donde guardar objetos, pero pocos -o casi ninguno- botones o módulos específicos. La marca ha apostado, como ya hemos mencionado, por un mayor minimalismo en sus formas. Esto se traduce en un manejo de casi todos los parámetros a través de su pantalla central.

No obstante, frente a otros modelos, como el Passat, el Tiguan sí incluye un dial sobre la consola central. Esta es muy similar a los «Smart Dials» de Skoda, pues incluye varias funcionalidades, como el volumen de la radio, los modos de conducción o los temas estéticos del sistema. Para cambiar entre uno y otro hay que pulsar dicha ruleta.
En términos de habitabilidad, el Tiguan, como suele ser costumbre, se gana un notable en todo esto. Los ocupantes de la fila delantera viajarán realmente cómodos, pero también sucederá esto en los pasajeros traseros, los cuales tendrán a su disposición unas salidas de aireación, un climatizador específico, un reposabrazos central o unas tomas USB-C donde cargar dispositivos.
Por último, el maletero del Volkswagen Tiguan es bastante generoso. En el caso del eHybrid, que hoy nos ocupa, presenta un volumen mínimo de 490 litros. Esto supone una pérdida de 40 litros con respecto a lo homologado en versiones más clásicas (como en el diésel, por ejemplo). Pese a este detalle, sus formas serán muy aprovechables y rara vez echaremos de menos un mayor espacio. En caso de necesidad, los asientos traseros se abaten para lograr así un máximo de 1.486 litros.

Mecánica y precios del Volkswagen Tiguan eHybrid en España
El Volkswagen Tiguan es un modelo que ofrece varios escalones mecánicos. No obstante, nuestro protagonista de hoy es la versión híbrida enchufable, por lo que nos centraremos en ella. Esta opción incluye un bloque motor de gasolina con 1.5 litros de cubicaje, cuatro cilindros y 150 CV de potencia. A este se une un sistema eléctrico formado por un motor eléctrico de 116 CV y 330 Nm y una batería de 25,7 kWh de capacidad.
El resultado de esta conjunción es un SUV híbrido enchufable con una potencia total conjunta de 204 CV y 350 Nm de par máximo. Sus prestaciones también están a la altura de lo esperado, pues logra homologar una autonomía máxima de 118 kilómetros. Su consumo medio es de apenas 0,4 litros a los 100 km y es capaz de ejecutar el 0 a 100 km/h en 8,2 segundos. Su velocidad máxima está limitada a 210 km/h.
Finalmente, el Volkswagen Tiguan eHybrid está disponible en España por un precio de partida de 48.415 euros, sin contar ayudas o descuentos y según el configurador oficial de la marca. Este precio se consigue de la mano del acabado «Más», el cual incluye un generoso equipamiento de serie.

Prueba al Volkswagen Tiguan híbrido enchufable
El Volkswagen Tiguan es uno de los coches más queridos por el gran público amante de este tipo de vehículos. Pero, ¿sigue siendo tan bueno como todos recordamos? La generación anterior, hay que admitir que fue realmente buena en la práctica totalidad de aspectos. No obstante, la marca, con esta renovación ha tenido a bien llevar al Tiguan un paso más allá, principalmente en el ámbito de la tecnología.
Nada más acomodarnos en el asiento del conductor llama poderosamente la atención lo alto que es su puesto de mandos. Aún en la posición más baja del asiento, el usuario irá bastante elevado, lo que resultará en una imagen más clara de lo que pasa más allá del capó. No obstante, para personas de baja estatura o que prefieran un puesto más bajo, hay que decir que la regulación en altura del volante no es demasiada generosa.
Con el Volkswagen Tiguan eHybrid, si se trabaja, es posible hacer más de 120 kilómetros en modo 100% eléctrico.
Por ello, aún en su posición más baja, esta es alta, lo que hace necesario tener que subir el asiento unos centímetros para conducir con mayor comodidad. Con poder regularlo un par de centímetros adicionales ganaría muchos enteros en términos de comodidad a los mandos.
También, en la propia posición de conducción más baja, hará que sevisualice realmente bien la pantalla central, la cual ahora se sitúa en una ubicación más alta, por lo que no habrá que desviar mucho la vista para captar toda la información necesaria. Punto a favor en este caso. Más aún cuando la práctica totalidad de funciones se guardan en los menús internos de esta y su manejo es prácticamente obligatorio para cualquier función.

Nuestra unidad, al incorporar la motorización híbrida enchufable, presenta una suavidad de marcha bastante alta. Según su homologación, este Tiguan es capaz de ejecutar hasta 118 km en modo 100% eléctrico. Después de probarlo durante varios días y en numerosas condiciones, considero que esta cifra puede llegar a quedarse incluso algo corta.
En tramos de ciudad donde se puede mimar mucho el uso del acelerador, así como responder con la frenada regenerativa, nuestra unidad pudo hacer un total de 124 kilómetros en modo eléctrico. Eso sí, como decimos, hay que cuidar mucho el uso que se le da al acelerador y saber también cuando soltarlo para dejar que el coche circule por inercia o que ejecute una frenada por sí mismo.
Una vez la batería ha agotado su carga, el motor térmico hará acto de presencia con bastante suavidad y sin apenas ser percibido más allá que por el propio aviso en el cuadro de instrumentos o por el sonido que puede emitir. Como suele ser habitual en los Volkswagen con esta motorización, el sistema velará la mayoría del tiempo por recargar la batería y poder continuar con su circulación sin gastar una gota de combustible.

Esta condición generará un mayor consumo de gasolina durante unos pocos minutos, pero después, con la entrada del sistema eléctrico, la media se compensa rápidamente. Con la batería totalmente descargada, su consumo medio se sitúa en 5,8 litros a los 100 km en tramos combinados de ciudad y autopistas.
Continuando con las cifras de consumo teniendo la batería a 0%, el resultado en ciudad se salda con una media de 7,2 litros a los 100 km. Por autopista esta se reduce a los 5,5 litros. Como hemos mencionado anteriormente, estas cifras podrán variar mucho dependiendo del uso que se le dé al acelerador y el tiempo que se le permita cargar la batería a raíz de las frenadas regenerativas o el modo vela.
También existe la opción de tener la batería completamente cargada y no seleccionar el modo 100% eléctrico, sino querer circular en modo híbrido. Con ello, por rutas mixtas, el consumo se situará por debajo de los 2 litros a los 100 km. Yo es el modo que más recomiendo usar (dependiendo de las situaciones) pues así se podrá estirar la carga de la batería, al compartir esfuerzos con el motor térmico y, a su vez, presentar unas cifras de consumo bastante ajustadas.

En otros puntos, el Volkswagen Tiguan eHybrid que hemos podido poner a prueba, a pesar de incluir el acabado R-Line, sus suspensiones no difieren de las de cualquier otra alternativa de gama. Esto supone que su rigidez será baja, por lo que se podrían considerar como algo blandas. Esto repercutirá en una mayor comodidad dinámica al cruzar una vía bacheada, pero también que en un tramo de curvas se notarán más los balanceos.
La dirección también es bastante suave, aunque transmite bien todo lo que pasa más allá del aro del volante. Pese a ello, te haces rápido a su tarado. Al tacto del freno costará algo más ya que, en un primer tramo, este será bastante esponjoso y dará la sensación de que «no pasa nada». Habrá que pisarlo con algo más de decisión para notar realmente su efecto. Esto es debido al propio sistema eléctrico que se recargará cuando pisemos el primer punto del pedal.
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Por último, antes de acabar, hay que incidir en el hecho de que los 204 CV funcionan magníficamente bien, y que estarán disponibles siempre y cuando la batería tenga carga. En el momento en el que esta marque 0%, el motor térmico tendrá muchas tareas que hacer con sus 150 CV y sí se notará algo más pesado de lo normal.
- Nueva estética
- Comodidad a bordo
- Consumos
- Eficiencia del sistema eléctrico
- Escasa regulación del volante en altura
- Los 150 CV del motor de gasolina pueden ser escasos cuando la batería está al 0%
