Prueba Volkswagen Touareg 2018, buque insignia con todas las de la ley
Tras 16 años a la venta el Volkswagen Touareg recibe su actualización más radical. Los cambios van desde la base hasta el diseño, pasando por la tecnología y la mecánica. Nosotros ya hemos tenido ocasión de probarlo en su presentación internacional.
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Publicado: 11/05/2018 20:00
Año 2002, el mundo vive sumergido en una etapa de esplendor y excesos. Los Cayenne, X5 y XC90 triunfan más que Los Chichos en las gasolineras, los SUV apenas tienen visibilidad en el mercado y no importa el precio pues hay que ser fieles a la filosofía de cuánto más grande, mejor. En ese mismo año Volkswagen lanza al mercado el Touareg, su todoterreno/SUV más imponente, caro y grande que inmediatamente se convierte en un éxito. Hoy, 16 años después, el mundo ha cambiado mucho, recesiones, guerras y desigualdades han provocado que los excesos solo estén permitidos para unos pocos. Y es en ese panorama cuando llega la tercera generación, el Volkswagen Touareg 2018 que ya he probado.
Está claro que el nuevo Volkswagen Touareg tiene que enfrentarse a un mundo completamente diferente. No solo han sido esas cosas las que han cambiado en 16 años, también lo han hecho muchas otras, como la tecnología o los coches en sí mismos. Ahora éstos no solo tienen que transportarnos de un lado a otro, sino que tienen que ser un escaparate de sistemas, asistentes y tecnología, además de por supuesto presentar otra serie de atributos, aunque en cierto modo estos han quedado algo diluidos por la aparición de los infotaiments.
Sin embargo Volkswagen sabe que su nuevo Touareg va a ser adquirido por gente que no tiene demasiados problemas de dinero, y este tipo de cliente demanda algo más que equipamiento. Demanda diseño, calidad y confort. En cuanto al primer término está claro que los alemanes han dado un paso importante. El antiguo Touareg llevaba tiempo achacando un exceso de años, se veía viejo por decirlo de alguna manera, y con esta nueva generación ese problema ya no existe.
Estamos ante un coche considerablemente más elegante y mejor preparado para envejecer. Aunque sigue los patrones de diseño del resto de productos de Volkswagen, la realidad es que el Touareg cuenta con un estilo más personal. Se parece en algo a su hermano pequeño el Volkswagen Tiguan, y a su primo lejano el Atlas, pero no llegan a ser dos gotas de agua. De hecho si lo miras con detenimiento se parece mucho a un Q7. Si me preguntas si a mí me gusta o no, te diría que sí, aunque quitaría algo de cromado al frontal y también que el acabado R Line me parece algo basto, sin lugar a dudas le sienta mejor el nivel Premium.
Otra cosa que hemos ganado con el paso del tiempo es en dotar de más importancia al tema de la pintura de un coche. Las marcas cada vez se alejan más de los tradicionales tonos y nos adentran en unos colores que si bien no son del gusto de los más conservadores, hacen que por lo menos veamos coches más diferentes por la calle. El nuevo Touareg cuenta con una paleta que, si bien no es excesivamente larga, resulta atractiva, sobre todo por ese dorado arena metalizado.
En líneas generales se puede decir que hay un Touareg para cada cliente. Los tres acabados: Pure, Premium y R Line así lo permiten. Y para acabar con el apartado estético, mencionar que los juegos de llantas han sido completamente rediseñados, ofreciendo unos tamaños que oscilan entre las 18 y las 21 pulgadas. Estas últimas suponen pagar un extra importante, ya no solo por el precio de las mismas, sino porque también acarrean el incorporar una suspensión neumática y unas gomas de 285/40 R21.
Saltando al interior, está claro que Volkswagen lo ha dado todo con el Touareg. Es su nuevo buque insignia en detrimento del Phaeton. Por ese motivo los alemanes han aportado un interior muy premium. Antiguamente Volkswagen no podía igualar a BMW, Mercedes, Audi, Jaguar/Land Rover o Porsche, en este caso sí que lo hace en su mayor parte. Los materiales empleados son excelentes al igual que los ajustes entre ellos. De verdad que en el interior no hay nada que desmerezca salvo por los plásticos de la parte baja del salpicadero.
Ni por calidad ni por equipamiento, porque es aquí donde sin lugar a dudas llega el cambio más radical de esta tercera generación. La lista de elementos que el Touareg 2018 es capaz de incorporar resulta apabullante, así que me voy a centrar en unos pocos aspectos destacados para que esta review no dure un día completo. En líneas generales encontramos los elementos que ya se han convertido en típicos, como los asistentes a la conducción, faros Matrix LED, el climatizador de hasta cuatro zonas, el control de crucero adaptativo, el Head-Up Display, y dada la categoría del coche, asientos delanteros ventilados, calefactados y con función masaje y la visión noctura denominada Volkswagen Night Vision.
Por ese lado, todo correcto, pero seguro que la mayoría estará deseoso de saber más acerca de la enorme pantalla que coloniza la consola central, de hecho la pantalla es la consola en sí. Son 15 pulgadas que resultan espectaculares nada más entrar en el coche, de hecho es uno de los paneles más grandes que se introducen en un modelo de serie. A través de él, mediante manejo táctil, podemos controlar la mayoría de funcionalidades del coche; navegación, climatización, equipo de sonido, y todo el sistema de infoentretenimiento y conectividad que por supuesto es de última generación.
Existen diferentes opciones de personalización a través de los paquetes de diseño Elegance, Atmosphere, R-Line y Black Style
Su gran tamaño le permite tener ventaja en ciertos aspectos. Manejar una pantalla táctil en marcha no resulta nada sencillo y puede provocar mucha desatención de la carretera, por ese motivo Volkswagen ha introducido botones digitales de gran tamaño y una interfaz fácil de manejar aunque lleva su tiempo aprenderla. Aun así es imposible que no provoque cierta desatención, aunque como repito tanto por la posición como por el tamaño lo intenta evitar. Por cierto, incomprensible que en un coche de esta magnitud no exista la cámara de 360º, incomprensible.
Y por si fuera poco con esta pantalla hay otra de 12 pulgadas que hace el trabajo del clásico cuadro de instrumentos. Es el mismo sistema, o al menos muy parecido en cuanto a funcionamiento y funcionalidades, al que podemos ver en otros modelos de la casa como el Volkswagen Passat o el Volkswagen Golf. En este caso lo único que cambia es el tamaño, descomunal, y la calidad de los gráficos.
Eso sí, todo este despliegue técnico y tecnológico no sale barato. El conjunto de paneles está incluido en un paquete que Volkswagen llama Innovision Cockpit cuyo precio es de 4.230 euros (según configurador), aunque llega de serie con el acabado R Line, que de hecho es el más alto de la gama. Es el opcional más caro de la lista, junto con los faros Matrix LED que tampoco salen baratos pues estamos hablando de otros casi 2.300 euros. El resto de elementos presentan unos precios más comedidos y ajustados. El coste de la tecnología al fin y al cabo.
Ya que estamos metidos en harina, hay que decir que hace unas semanas Volkswagen anunció los precios de venta del Volkswagen Touareg 2018 fijando el presupuesto de salida en 65.000 euros, sin descuentos ni campañas, para el nivel de acabado Pure. El acabado superior, el R Line sube el precio de partida hasta los 81.085 euros, pero obviamente supone contar con mucho más equipamiento, sobre todo el paquete Innovision Cockpit del que antes te he hablado.
Donde por el momento no va a haber problemas y dudas de decisión va a ser en el apartado mecánico. En el momento del lanzamiento solo estará disponible un único motor. Un bloque TDI V6 de tres litros que desarrolla una potencia de 286 caballos y 600 Nm de par máximo. Asociada va una caja de cambios automática de ocho velocidades, de tipo convertidor de par, que se hará extensible al resto de mecanizaciones que llegarán en un futuro. Esta unidad al igual que las que están por venir, equiparán de serie el sistema de tracción total de Volkswagen denominado 4Motion.
En cuanto a esas versiones que están por llegar, Volkswagen ya ha anunciado la presencia de dos bloques más que deberían llegar en este periodo 2018-2019. Uno será el mismo motor pero con una potencia limitada a 231 caballos. Por otro lado se incorporará una variante de gasolina TSI 3.0 con 340 caballos y otra más diésel con un motor V8 de cuatro litros y 421 caballos. Ésta última será la variante más potente, al menos de la que hay conocimiento hasta la fecha.
Prueba Volkswagen Touareg 2018
Como podrás imaginar el Touareg no solo ha cambiado en cuanto a diseño y tecnología se refiere. Todo ello en realidad viene provocado por un cambio más profundo, la plataforma. A partir de ahora incorpora la nueva estructura MLB, la misma que emplean el Audi Q7 y el Porsche Cayenne, o el Bentley Bentayga. Está fabricada en componentes más ligeros y rígidos que causan un crecimiento en longitud y anchura (7,7 centímetros más largo y 4,4 más ancho). A pesar de ello es más ligero que su predecesor, con 106 kilogramos menos en las unidades básicas.
Obviamente esto se traduce en una mejor habitabilidad interior a pesar de que la distancia entre ejes solo ha crecido un centímetro. El espacio para los ocupantes de la fila trasera es mayor para las piernas, aunque se ha reducido la altura del techo. El maletero por supuesto también se beneficia de las ventajas que te da el ser más grande, y por ese motivo el volumen mínimo pasa de los 697 litros a los 810, cifra que crece más si echamos a bajo la segunda fila de asientos que cuenta con una proporción 40:20:40.
Adentrándonos ya en la conducción pura y dura, todo buen buque insignia tiene que ser capaz de demostrar todo lo que una marca es capaz de conseguir. Habiendo quedado suficientemente claro la alta tecnología y la buena calidad del Touareg, es hora de hablar de su comportamiento en carretera. Dada su plataforma, peso y dimensiones esperaba obtener un alto grado de calidad de rodadura, y así ha sido. Es un coche tremendamente cómodo y silencioso.
La cabina está perfectamente aislada del exterior y apenas se filtran ruidos una vez estamos en marcha, ni siquiera a altas velocidades o en firmes irregulares. Eso por supuesto eleva la sensación de confort. Eso sumado al mejor aprovechamiento de la distancia entre ejes, hace que todos los ocupantes viajen con suma comodidad. La segunda fila de asientos también, al disponer de un mayor espacio para las piernas. Por cierto no habrá versión de siete asientos, ya que la línea del techo impide que así sea.
El Touareg se ha hecho más rutero con el paso de los años, pero gracias a la electrónica promete muchas capacidades offroad
Realmente Volkswagen lo ha dado todo en esta tercera generación del Touareg. Es un coche que esconde mucha técnica en su interior. Contamos con eje trasero direccionable y suspensión neumática, aunque no de serie, pero a eso debemos sumar unas barras estabilizadoras activas que integran su propio y particular sistema eléctrico de 48 voltios. Éstas lo que hacen es reducir las oscilaciones de la carrocería compensando el balanceo tirando hacia abajo del lado exterior del coche en el paso por curva, obteniendo con ello un giro más plano.
Los alemanes no son nada propensos a decir que el Touareg tiene un carácter deportivo, bien hecho, en su lugar se limitan a mencionar sus capacidades dinámicas. Está claro que deportivo este coche no es, pero teniendo en cuenta toda la masa que hay en movimiento se mueve con bastante soltura. En ese aspecto parece más pequeño de lo que realmente es, con cambios de dirección precisos y con giros bastante rápidos y cerrados. Pena de una dirección sobreasistida que no transmite tanta información como el resto de los componentes.
Insisto en que las leyes físicas son difíciles de salvar una vez te adentras en las casi dos toneladas de peso, y eso en vacío. Donde más se le nota el exceso de kilos es a la hora de pararlo. El confort y el silencio provocan que se pueda ir muy deprisa sin apenas inmutarte, te das cuenta cuando llegas a una curva y ves que ésta se aproxima más rápido de lo habitual, es ahí cuando los frenos tienen que trabajar a destajo. Ojo con esto porque puede provocar algún susto.
El carácter rutero es innegable. Es un coche pensado para recorrer largas distancias de la forma más cómoda que Volkswagen es capaz de conseguir. Existen nada más y nada menos que siete modos de conducción: Eco, Confort, Normal, Sport, Offroad, Snow e Individual. No hace falta mencionar para qué sirve cada uno porque está más que claro, pero es que adicionalmente hay otros dos si sumamos el paquete offroad: Gravel y Sand (gravilla y arena).
Primero decir que en cuanto a conducción, los modos pensados para carretera apenas cambian el comportamiento del coche. Sí que es cierto que el acelerador se vuelve más sensible y que la caja actúa más deprisa, pero realmente se puede circular en modo Eco o Normal el 95% del tiempo. Al menos es lo que yo haría. Otra cosa es si nos vamos a los modos más camperos.
Dado que monta una suspensión neumática, la altura de la carrocería es regulable, teniendo entre extremos nada más y nada menos que 11 centímetros de diferencia. La posición más alta gana siete centímetros y la posición más baja, la de carga, reduce la altura cuatro centímetros para así facilitar la maniobra. Nosotros podemos regular dicha altura sin importar el modo de conducción seleccionando, pero el coche bajará la altura por sí solo una vez superemos los 40 Km/h. Por supuesto las alturas más grandes se obtienen al poner los modos offroad, lo que a su vez otorga unos ángulos de ataque y salida más grandes, 31 grados en ambos casos.
Por si te lo estás preguntando, no, no hay reductora. Volkswagen tenía decidida su eliminación desde la segunda generación. Sinceramente entiendo este cambio porque a día de hoy las ayudas electrónicas resultan sumamente eficaces para andar por el campo haciendo tantas salvajadas como quieras. Hace un año tuve ocasión de probar un Porsche Cayenne en condiciones extremas, con la misma plataforma y los mismos programas de conducción, y ya te aseguro que como en aquel caso el límite campero vendrá más bien limitado por el tipo de neumáticos.
Como ya he dicho el grueso de la gama mecánica del Touareg vendrá marcada por bloques V6. Durante la presentación he tenido ocasión de probar la variante con 286 caballos, y te digo, sin haber probado el resto de opciones, que no se necesita más. Su comportamiento es justo lo que todo comprador tipo de un SUV grande puede necesitar. Patada y fuerza para aceleraciones y adelantamientos y eficiencia en desplazamientos largos y día a día. Si a eso le sumamos la caja automática de ocho relaciones, no se puede pedir más.
El resto de versiones que llegarán al mercado serán para aquellos que busquen tener las máximas prestaciones porque salvo por eso no les veo el sentido. Por cierto, Volkswagen ha asegurado que llegarán las variantes híbridas enchufables. Todavía no ha fijado la fecha y la forma, pero ya te adelanto que estando por ahí el Audi Q7 e-tron, que ya probamos, y el más reciente Porsche Cayenne E-Hybrid el planteamiento está bastante claro.
Obviamente esta, o estas, variantes híbridas serán las más eficientes de la gama, pero hay que decir que la unidad de 286 caballos se “conforma” de forma oficial con 6,9 litros de carburante a los 100 kilómetros. Durante la presentación no ha habido lugar a comprobar tales datos, pero sí que notamos que a velocidades sostenibles y legales en carreteras secundarias el ordenador de a bordo marca un consumo de 6,3 litros y una autonomía por encima de los 1.000 Kilómetros. Y eso en un coche de dos toneladas, impresionante.
Conclusiones
La conclusión es sencilla, el nuevo Volkswagen Touareg es un verdadero cochazo. Su cambio es espectacular, sobre todo en esas parcelas donde su predecesor se había quedado algo anticuado. Las pautas para esta generación han sido: espacio, confort y tecnología. Posiblemente sean sus puntos más fuertes, aunque también habría que sumar el comportamiento general, y, salvo por ciertos detalles, la calidad.
Sin embargo esa tecnología tan apabullante puede ser un arma de doble filo. La pantalla de 15 pulgadas es una verdadera virguería, pero puede causar mucha desatención de la conducción, y encima no es que tenga precios populares. Por detallar algún defecto más, la destacada ausencia de la cámara de 360º, incomprensible, y el precio de venta que se me antoja algo elevado. Esperemos que con campañas y promociones el precio final sea algo más bajo, pero fácilmente te plantas en los 70-75.000 euros, y eso es mucho dinero.