Prueba Volvo V90 D4, todo lo que una berlina familiar tiene que ser

En plena segunda juventud Volvo retoma la senda de las grandes berlinas. Vuelve la serie 90, y como ya hiciera su antecesora, la nueva es la viva imagen del lujo y el diseño. He tenido ocasión comprobarlo, poniendo a prueba el Volvo V90 D4.

Prueba Volvo V90 D4, todo lo que una berlina familiar tiene que ser

22 min. lectura

Publicado: 31/05/2017 09:00

Saluda al modelo con el que Volvo regresa al segmento de las berlinas familiares; el V90

En 2016 el informe World Happines ubicó a Suecia como el 10º país más feliz del mundo (España quedó en el puesto 34). Y eso a pesar de no tener un buen clima, poca fiesta, playas frías y todo lo que en éste, nuestro país, estamos acostumbrados a sacar pecho. Y es que la base de la felicidad no está en tener grandes cosas, sino que con unas pocas buenas, basta. Cosas tan buenas como el Volvo V90 D4 que esta semana he tenido ocasión de probar. Una berlina que es todo lo que tiene que ser.

Volviendo a Suecia, hay que reconocer que no son un país reconocido por su amplia variedad de productos. Seguro que el que primero te viene a la cabeza es Ikea, y después Nokia, y por supuesto Volvo. Es el gran fabricante sueco, y de él depende gran parte de la balanza económica del país. En la partida de exportaciones, el 4,5% de las mismas corresponden a turismos, terreno donde la marca apenas tiene rivalidad.

Seguro que te estarás preguntando que ¿a qué se debe este informe económico sueco en una prueba del Volvo V90? Muy sencillo, a que pienso que se deberían vender muchos más V90, muchos más. Con esto ya te harás una breve idea de lo que me ha parecido este sueco. Un producto brillante que representa a la perfección porqué Suecia es uno de los mejores países del mundo. A pesar de no tener ni terracitas, solecito, tapas ni cañas.

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La serie 90 siempre ha representado la más alta capacidad de producción de Volvo. Es por ello que siempre la vemos asociada a los productos más grandes de la firma, tales como el Volvo XC90 o este V90. Sin embargo en los últimos años, solo el más grande de sus SUV mantenía viva la llama ante el retroceso del mercado de las berlinas en el mundo. El público demanda SUV, y es por ello que la marca apuesta claramente por ellos. No solo está el 90, sino que el Volvo XC60 acaba de ser actualizado y todavía queda por llegar el Volvo XC40.

Con casi cinco metros de largo el diseño del V90 no resulta ni anodino. Todo lo contrario

Las berlinas, las grandes berlinas, han caído en el ostracismo. Pero todavía queda un pequeño reducto que sobrevive; el segmento premium. BMW Serie 5, Audi A6 y Mercedes Clase E copan entre los tres casi el 100% de las ventas que a pesar de reducir el número de unidades, está sobreviviendo con cierta dignidad. Volvo durante casi 20 años ha dado por olvidado este segmento, pero han vuelto, y con mucha fuerza. Los nuevos Volvo S90 y V90 se apoyan en una nueva filosofía de marca, y en las firmes bases de un segmento que se está olvidando.

La experiencia de Volvo con los Station Wagon data de hace más de 60 años. Seis décadas en los que ha demostrado que si hay algo que bordan estos suecos son las berlinas familiares. El nuevo V90 no rompe con esa tradición y es todo lo que podemos esperar. Exteriormente entra por los ojos de una forma poco común para una ranchera. Me ha sorprendido que mucha gente se queda mirando al coche. Sobre todo cuando ibas circulando por detrás de la persona y te pones a su altura. Y es que visto por delante no puede ser más imponente.

El V90, al igual que sus hermano de marca, luce con orgullo el martillo de Thor en su firma lumínica diurna

No sé si lo ha diseñado los de Ikea o qué, pero realmente han conseguido que un familiar sea tan atractivo como un compacto. El estilo es rompedor, elegante y bonito. Pero no solo es la parte delantera, sino todo el coche en general. Incluso la trasera, que acostumbra a estar mal rematada, es vistosa con esos grandes faros alargados. Si a eso le sumamos una paleta de colores interesante, y unos juegos de llantas de hasta 21 pulgadas, el resultado es el que es. Para mí, la berlina familiar más bonita del momento, salvo por mi querido Audi RS6. Pero eso es otro cantar.

Aunque en gustos no hay nada escrito, lo que nadie me negará es que de puertas para dentro el V90, al igual que todos los Volvo modernos y caros, resulta imponente. Diseño sueco en su máximo esplendor. Los orígenes de este movimiento tenían una idea principal: funcionalidad ante todo. Y eso es lo que ha conseguido Volvo con estos nuevos interiores que ya nos estamos acostumbrando a ver. Minimalismo en cuanto a estructura, pero máxima usabilidad. Y todo esto rematado con una calidad tremenda, tanto por materiales como por ejecución.

Sí, la calidad que transmite es la misma que se ve en la foto. Premium con todas las letras

Soy de los que piensan que actualmente Audi y BMW fabrican los mejores interiores, pero Volvo es la gran olvidada, porque en muchos momentos es capaz no solo de igualar a sus contendientes alemanes, sino que los supera. Te aseguro que los materiales son de primera, al igual que el proceso de ensamblaje. Puede que mucha gente se siga quedando con los alemanes por temas de estilo, pero en cuanto a sensación premium, está ahí ahí con Audi y BMW, y muchísimo mejor que Mercedes.

Donde tampoco se quedan cortos es en el campo de la tecnología. A día de hoy cuantos más sistemas, gadgets y avances tenga un coche, mejor. Es lo que se busca, y en cierto modo es un signo de estatus y nivel. Lo que más me gusta de este apartado es que Volvo no hace alarde de sus adelantos tecnológicos. Si te digo que el V90 es un coche semi-autónomo, pensarás que estoy chalado, o que no lo sabías. Pero sí, los nuevo S90 y V90 estrenan un sistema de conducción semiasistida que nada tiene que envidiar a los AutoPilot de Tesla o al Intelligent Drive de Mercedes. El de Volvo no es tan avanzado como el americano, pero créeme que es mejor que el alemán. Y no hay porqué alardear de ello.

Pero el Pilot Assit solo es la punta del iceberg, bajo el nivel del mar encontramos cámaras de 360º, conectividad de última generación, navegador, iluminación LED, Head-Up Display, cuadro de instrumentos digital...y un largo etcétera que por supuesto hará las delicias de todo aficionado a la tecnología. Eso sí, hay un problema. Y es que todo se maneja a través de la pantalla de 9 pulgadas de la consola. En realidad es una tablet, y eso nos obliga a avanzar por demasiados menús para realizar cualquier variación, como por ejemplo hacer tres clics, con el despiste que eso conlleva, para subir o bajar la temperatura. ¿Tan difícil era poner la típica ruedecita?

El control de crucero tiene tres modos, Pilot Assist, adaptativo y normal. El único coche que lo tiene

Así que imagina un coche con tecnología de vanguardia, que casi se conduce solo, con un estilo imponente y con una calidad tremenda. Con eso ya lo podíamos tener todo, pero falta un detalle esencial; el espacio. No podemos olvidarnos que el estilo sueco predomina por encima de todo la funcionalidad, y aunque Volvo ha sabido darle una carcasa impresionante, el espacio es el verdadero alma del V90. Sobra por todos lados. Es un coche de casi cinco metros, también es verdad, pero hemos visto coches de igual tamaño con mucho menos espacio.

Todos y cada uno de los ocupantes viajarán en primera clase. Los asientos delanteros son de una comodidad pasmosa, y los traseros también. Encima estos tienen un espacio para las piernas que roza lo ordinario. Da igual cuanto midas, detrás puedes ir como en el sofá de tu casa. Eso sí, tanto espacio se les ha dejado a los ocupantes, que se han olvidado un poco del maletero. No es que el V90 ande corto de portamaletas, pero sí que es cierto que se podían haber sacado unos litros más. Como ejemplo el Mercedes Clase E Estate. Es casi igual de largo pero tiene 80 litros más de capacidad. Aunque ya digo que hay espacio de sobra. Como mínimo se disponen de 560 litros, y como máximo de 1.526. Un barco.

Hay tres niveles de acabado: Momentum, Inscription y R-Design. Este último aporta un toque visual más deportivo

Y ¿cómo se mueve este buque de cinco metros y 1.825 kilogramos? Pues para descubrirlo he decidido probar la que he considerado como la variante más equilibrada por potencia, precio y consumo. El D4 diésel de 190 caballos. Un motor que ha sido asociado a un cambio automático de ocho velocidades y que destaca por tener un empuje consistente, 400 Nm de par, a partir de un rango de revoluciones muy bajo. Además hay que sumar un consumo medio oficial de 4,5 litros a los 100 kilómetros. Ahora bien, ¿es esta realmente la opción más correcta?

Prueba Volvo V90 D4

Sí, lo es. El bloque de cuatro cilindros y dos litros le sienta como un guante. Es todo lo que se puede pedir a una mecánica y a un coche así. El motor ofrece lo mejor de sí mismo en un pronto rango de revoluciones, y sigue empujando de forma progresiva y contundente hasta bien avanzados en el cuentarrevoluciones. Bien es cierto que con los 235 caballos del D5 todo será más solvente, pero teniendo en cuenta que hay una variación de casi 10.000 euros entre uno y otro, sigo quedándome con el D4.

Nadie se podrá quejar de espacio. Viajar en primera en todas las plazas, salvo la central claro

Es que de verdad que no necesitas más. De 0 a 100 en 8,5 segundos, y velocidad punta de 225 kilómetros por hora. Ninguna familia en su sano juicio va a viajar a tales ritmos, pero eso quiere decir que el V90 D4 es capaz de realizar adelantamientos y aceleraciones sin problemas. Si de verdad te preocupan tales temas, no hay porqué, porque de hecho se mueve bastante mejor que alguno de sus rivales con una estrella en el frontal.

Parte del secreto es la correcta configuración del motor, y parte del cambio. Volvo ha optado por incluir un total de ocho relaciones en esta caja automática. Pueden parecer excesivas, pero están escalonadas de tal manera que a medida se gana velocidad y se suben marchas la relación se va alargando para así consumir menos. Es por ello que circulando en autopista a ritmos legales, estaremos viajando cómodamente en octava y por debajo de las 2.000 rpm. Eso sí, en una carretera más escarpada el coche tenderá a abusar más de las marchas intermedias. Lógico por otra parte.

Pero si por algo destaca este V90 no es por rendimiento, es por confort. Y punto. Es un coche pensado, diseñado y creado para ir de A a B de la forma más cómoda y relajada posible. Una vez te pones al volante te sientes más tranquilo. Las prisas ya no importan y empiezas a dejarte llevar. El coche te va meciendo todo el rato gracias a una suspensión que peca de blanda, pero que sabe filtrar perfectamente los obstáculos que puedan aparecer en la carretera. Además tengo que mencionar lo bien aislado que está el interior. Es cerrar las puertas y olvidarte el mundanal ruido.

Varios modos de conducción, seleccionables a través de ese selector del túnel central

Como rodador pocos coches son capaces de igualarle. Creo que Volvo lo ha desarrollado para viajes largos, donde pones el Pilot Assit a 120 Km/h y hasta donde te alcance la gasolina. Es impresionante. Los kilómetros se suceden sin que uno se entere. Entre el silencio que hay, lo cómodo que resulta, y lo suelto que va el coche, resulta hasta peligroso porque puede aparecer una modorra que cuesta evitar. Es así de cómodo y así de suave. Es como una alfombra voladora.

Aun así Volvo, no sé para qué, ha dispuesto de tres modos de conducción: Eco, Confort y Dynamic. Vamos a obviar este último porque hacer, hace, pero nunca o casi nunca lo vas a necesitar. Los otros dos modos sí que actúan de forma diferente. El modo ECO, como su nombre bien indica, configura el coche para ser lo más ahorrador posible. Incluso cambia el cuadro de instrumentos. El confort no cambia, ni la dirección...solo las relaciones de cambio se alargan, pero muy poco. Así que es éste el modo en el que hay que ir todo el tiempo.

Las potencias del V90 oscilan entre los 150 y los 407 caballos. Esta última corresponde a la única variante híbrida, el T8

De hecho a lo largo de la semana de pruebas fue éste el que más tiempo usé, porque no veía necesario utilizar los otros dos, aunque sí que los probé. Me centré más en conducir de forma normal y eficiente con la intención de saber cómo de ahorrador se podía mostrar el V90 D4. Al concluir la semana, y tras 1.000 kilómetros de prueba, el ordenador de viaje desprendió un consumo medio de 6,5 litros a los 100 kilómetros. Son dos litros más de lo oficial, pero aun así resulta un dato muy bueno dada la potencia y el peso del coche. Imagino que un BMW 520d Touring puede bajar ese dato en algunas décimas, pero la verdad es que con lo obtenido estoy más que satisfecho.

Debo reconocer que Volvo ha decidido priorizar el confort y el ahorro sobre el puro y duro dinamismo. La suspensión blanda no favorece la conducción alegre en tramos revirados, pero como ya he dicho antes, el coche no te incita a correr. Eso sí, si quieres, corre, y aún en un terreno nada favorable, sorprende lo bien que se comporta. En entornos más estrechos el V90 achaca esos cinco metros de largo. Eso sí, Volvo ha dispuesto una dirección muy asistida y con un buen radio de giro. No es el coche más ágil para la ciudad, pero no hay mayor problema si entras con él.

El cuadro de instrumentos digital incluye el navegador y una gran cantidad de información

Por supuesto no puedo despedir esta prueba sin mencionar la seguridad a la que Volvo nos tiene acostumbrados. En realidad cuando conduces el V90 da la sensación de estar conduciendo un tanque. Un coche grande y pesado cargado de tecnología centrada en la seguridad de los ocupantes. Tiene todo tipo de sistemas que se encargan de vigilar todo cuanto acontece en el perímetro del coche. Un 10 en este aspecto, porque no solo el coche es seguro, porque realmente da una sensación de seguridad impresionante. Por supuesto obtiene todas las estrellas posibles en los test de choque EuroNCAP.

Ahora bien, ¿qué precio tiene este diseño, calidad, tecnología, espacio y confort? Pues uno alto, pero todo depende del ángulo con el que lo miremos. El precio del Volvo V90 arranca en los 47.714 euros. Es mucho dinero, pero hay que echar un vistazo a sus rivales para ver si está en precio. Así tenemos que el nuevo Serie 5 Touring parte de los 52.400 euros, el Clase E Estate de los 50.700, y el Audi A6 resulta ser el más barato, con 45.000 euros como presupuesto de salida, pero claro tiene unos años a sus espaldas y no puede igualar la tecnología de los otros tres. Así que visto así el Volvo es de los más baratos de su nicho.

Conclusiones

Volvo ha conseguido resucitar una gama que todos ya dábamos por olvidada. Pero no solo ha logrado eso, sino que encima, inmediatamente, se ha puesto en los puestos de cabeza de un segmento premium muy detallista y especial. El Volvo V90 es un coche soberbio. A su diseño imponente hay que sumar un interior de calidad, confortable y muy espacioso. Mecánica y dinámicamente puede que pierda puntos con respecto a su competencia, pero la verdad es que apenas importa en un segmento tan familiar como este.

Un familiar como debe. El V90 pone el listón muy alto para sus rivales alemanes

Hay muchas cosas que me gustan del V90, y hay pocas que no lo hagan. Y si me preguntas si es mejor que sus rivales alemanes te diría que todo es cuestión de gustos, pero yo prefiero el Volvo antes que el Mercedes por ejemplo. Considero que el BMW está en la cabeza por tecnología vanguardista y conducción, y que el Audi ya está viejo, aunque se sigue vendiendo bien. He repetido muchas veces a lo largo de esta prueba que el V90 es todo lo que se puede esperar de un coche de este segmento. Si te decides por él, verás como no te arrepientes.

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