Prueba Volvo XC90 D5, entre tú y yo: no se puede pedir más

El XC90 es la apuesta de Volvo en el segmento SUV más grande y premium del mercado. Una apuesta que se ha renovado con interesantes cambios. En esta ocasión os traemos la prueba del Volvo XC90 D5, una variante que no deja insatisfecho.

Prueba Volvo XC90 D5, entre tú y yo: no se puede pedir más

19 min. lectura

Publicado: 11/07/2016 09:00

El XC90 regresa con más fuerza que nunca, para plantar cara a sus principales rivales alemanes

Corren nuevos tiempos en Volvo. Tras años de, no voy a decir abandono, pero sí olvido, el XC90 vuelve a la carga. Y no lo hace de cualquier manera, sino a lo grande. En esta ocasión he tenido la ocasión de poner a prueba el Volvo XC90 D5 AWD. Es decir la variante diésel más potente de todas las que hay, la que Volvo espera vender en mayor número.

Antes de nada, hay que hablar del pasado XC90 para comprender un poco mejor al nuevo. El 7 de enero de 2002, cual regalo de reyes, Volvo presentó en el Salón de Detroit a su primer gran SUV. Inicialmente se pensaba que los suecos habían aterrizado tarde a un segmento que ya empezaba a despuntar. Sin embargo los datos acabaron por darles la razón, y la anterior generación consiguió vender 636.143 unidades en todo el mundo.

En 2014 dicha generación desapareció, y tras ella una larga estela de buenas críticas y premios mundiales. Volvo no llegó tarde, solo tardó en crear un producto excelente en base a las necesidades de todo el mundo, algo que ha vuelto a repetir. No solo se han servido de los datos recabados por la anterior generación, sino que los han mejorado adaptándose a las necesidades modernas y tecnológicas.

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Pasando ya al nuevo Volvo XC90, y empezando por el exterior, fácilmente reconocemos el diseño sueco por toda la carrocería. Todo es cuestión de gustos, pero quepa decir que no conozco a nadie que no le guste el aspecto del nuevo XC90. Es un diseño sencillo a la vez que completo, limpio y vanguardista a la vez que clásico y complicado.

Detalles como los faros de LED ya forman parte de la filosofía de diseño de Volvo

El trabajo ha corrido a cargo de Thomas Ingenlath, el cual ha introducido detalles que ya forman parte de la nueva filosofía de diseño de Volvo, como los faros diurnos de LED con la forma del martillo de Thor. Son curiosidades como estas las que hacen al XC90 uno de los SUV más bonitos del momento, posiblemente el más bonito. Muchos podrían tacharlo de clásico o poco deportivo, a diferencia de sus rivales alemanes, pero para aquellos que busquen ese toque, está a su disposición el acabado R-Design, que le queda igual de bien.

Volvo es una marca premium, de lujo, al igual que sus rivales de Audi, BMW, Jaguar, Mercedes y Porsche. Es por ello que el delicado trabajo de carrocería se completa con un interior a la altura. Tan solo hace falta abrir la puerta y situarte ante su umbral para darte cuenta de la categoría de este coche. Una vez más de la escuela sueca de diseño que tantas glorias ha cosechado por todo el mundo.

Volvo se ha olvidado casi por completo de los botones físicos. El volante es el que más tiene

Vivimos en una época donde los coches no solo tienen que ser tecnológicos y avanzados, sino también parecerlo. Vivimos en una época donde grandes pantallas copan el centro de atención. Cuanto más grandes mejor. Volvo reconoce esa tendencia, pero no sucumbe a la idea de hacerlo descontrolado o exagerado, quiere conservar esa clase y elegancia que transmite el exterior.

En el interior Volvo ha decidido mostrarnos la tecnología de una manera bastante discreta

No te engañes a la hora de echar un vistazo al habitáculo del XC90. No dispondrá de enormes pantallas o impresionantes botoneras y superficies táctiles, aquí se aplica el concepto de lo sencillo, de lo minimalista. Llama la atención la ausencia de elementos. Los ingenieros han reunido todo lo necesario en una pantalla en la consola central que actúa a modo de Tablet. Con un manejo táctil, ésta reúne todos los sistemas y funciones que el coche es capaz de disponer, y no son pocos.

Si te soy sincero en un primer momento pensé que recoger tanto sistema en un solo dispositivo era arriesgado, pues la cantidad de menús y submenús podría resultar complejo de manejar, pero nada más lejos de la realidad. El otro día, durante la presentación del Volvo S90, tuve ocasión de hablar con el ingeniero jefe de sistemas de Volvo, al cual le pregunté por el riesgo de incluirlo todo en una pantalla.

Éste me comentó que el sistema ha tardado tanto en desarrollarse como el propio coche. Han sido muchas horas de pruebas, de manejo y comprobaciones para llegar a este resultado. Volvo emplea a clientes y a personas ajenas para analizar el comportamiento de los mismos y la facilidad con la que éstos son capaces de manejar el intrincado equipo. Y la verdad es que no puedo ponerle un solo pero. Es fácil e intuitivo. Con apenas unos gestos y unos toques se logra acceder a lo que necesitamos. Mucho deberían aprender otros fabricantes que se complican la vida a la hora de crear sistemas semejantes. Volvo ha dado en el clavo.

Los materiales son de primera, así como su fabricación. Sensación de duración eterna

Por supuesto la pantalla central se ha completado con un cuadro de instrumentos digital, y un Head-Up Display que se encarga de mostrarnos toda la información de forma clara y precisa para que no tengamos que desatender la vista de la carretera. Un ejemplo: el navegador puede verse a través de las tres pantallas, puede parecer repetitivo, pero es de una gran ayuda, pues como he dicho no hay desviar la atención de la carretera en ningún momento.

Y entro a hablar en otro apartado donde Volvo siempre ha destacado; la seguridad. Ni que decir tiene que estamos ante uno de los coches más seguros del mundo. El despliegue de sistemas y asistentes del XC90 llega a impresionar. Volvo se ha marcado una meta para el 2020, ni un solo muerto en accidentes de tráfico donde uno de sus coches esté implicado. Mucho objetivo, pero teniendo en cuenta lo que hay presente en el XC90, me lo creo.

Soy de la opinión que es muy difícil tener un accidente con un XC90. Estrena la tecnología Intellisafe, donde un equipo de cámaras y sensores, además de un radar, escanean todo lo relacionado con la periferia del coche. El equipo puede llegar a actuar de forma autónoma, frenando y redireccionando el coche si el conductor no toma las medidas oportunas. Hay que decir que es un sistema muy semejante al de sus competidores, pero me ha llamado la atención el grado de seguridad que tiene. Tanto que hasta en ocasiones puede resultar demasiado intrusivo. Es el único pero que le pongo, pero uno pequeño, porque la seguridad que aporta es brutal.

Las plazas traseras son muy grandes y cómodas, aunque no así el acceso a la tercera fila abatible

Pasando al apartado de habitabilidad, hay que decir que el XC90 es un coche muy grande, y que es así para que sus ocupantes tengan el máximo espacio y confort posible. Por supuesto serán las plazas delanteras las que más disfruten de este confort, pero no menos las traseras. Como es lógico, serán los ocupantes de la tercera fila de asientos los que más angostos realizarán los viajes. El acceso no es nada sencillo ni espacioso, hay que salvar la gran altura del XC90 y un paso bastante estrecho. Son plazas poco prácticas para un uso habitual, además de estar restringidas para niños, o para adultos en viajes cortos.

La altura puede suponer un problema, pero gracias a ella la segunda fila de asientos dispone de suelo totalmente plano

Como ya he dicho el espacio es más que de sobra. Bien lo indica su enorme maletero. Como mínimo disponemos de 692 litros, que se amplían a 1.868 si abatimos la segunda fila por completo. Más que un maletero es un cofre, pues su enorme boca de carga, y su rectangulares dimensiones permiten una cómoda entrada y salida de bártulos. Eso sí, es un coche alto, y eso implica que tendremos que hacer algún que otro esfuerzo, pero en gran medida ayuda la apertura sin manos del portón.

Seguro que te habrás dado cuenta que no he mencionado nada de calidades. Creo que tú y yo damos por hecho que el XC90 presenta excelentes materiales. Toques donde toques la suavidad y la calidad es más que notable. Todo está perfectamente ajustado y fabricado. Será un coche de lujo con materiales de lujo, pero está pensado para el día a día, para un uso continuado y duro. El diseño sueco al servicio de las necesidades familiares.

El maletero es enorme, y dadas sus dimensiones res muy aprovechable

Prueba Volvo XC90 D5

Dejando ya a un lado todo el tema de diseño, tecnología e interior, es hora de adentrarme en el terreno de lo dinámico. Como ya he dicho he tenido la ocasión de probar la variante diésel más potente de todas, el D5, que hace gala de un bloque de dos litros turbo con cuatro cilindros y dos litros de cilindrada. En total son 225 caballos de potencia y 470 Nm de par que se asocian, siempre, a un cambio automático de ocho velocidades y a un sistema de tracción a las cuatro ruedas.

El XC90 es completamente nuevo, y cuando digo nuevo es nuevo. Emplea una plataforma nueva, denominada SPA. Se trata de una estructura escalable fabricada en materiales ligeros y resistentes que será utilizada tanto para el XC90 como para el Volvo S90 y el Volvo V90. Los suecos han invertido grandes cantidades de dinero y cuatro años en su desarrollo. Esto se nota a la hora de conducir un XC90, el que a pesar de haber perdido peso, sigue desprendiendo un peso de 2.130 kilogramos.

Si tuviera que resumir el comportamiento del XC90 en una palabra, diría confort. Todo está pensado y configurado para que nos desplacemos del punto A al punto B de la manera más cómoda, tranquila y relajada del mundo. El XC90 no está concebido para correr o afrontar tramos revirados de forma agresiva, su peso y dimensiones impiden tal cosa, pero no será por lo bien que puede llegar a comportarse.

El D5 siempre está asociado a un cambio automático de ocho velocidades

Su terreno natural son las autopistas y las carreteras rápidas. Es ahí donde disfrutaremos de todo el lujo que el XC90 es capaz de darnos. La unidad de pruebas equipaba una suspensión normal. En el apartado de extras hay una suspensión neumática que lleva asociado unos modos de conducción. En su favor tengo que decir que en un primer momento pensé que ésta venía equipada, pues tal es el confort que recibí que así me lo hizo pensar. Pero no.

Y es que es eso, confortable. A pesar que la suspensión neumática siempre gana a una convencional, hay que decir que me ha parecido tremendamente cómodo. Los baches u obstáculos no son tal, pues el XC90 los aplasta y apenas te filtra nada. Es como viajar en una alfombra voladora. Tan sencillo como arrancar, poner tu música favorita, el control de crucero y disfrutar de los cientos de kilómetros que se pongan ante ti.

Como ya he dicho las autopistas son su paraje natural, pero también me ha sorprendido lo que es capaz de hacer en tramos menos ventajosos. No es un deportivo al uso, sus cifras de aceleración apenas importan, pero sí que soporta, dentro de un rango aceptable, el maltrato, los giros bruscos y rápidos. Es pesado y se nota en estos entornos, pero la suspensión balancea mucho menos de lo esperado sujetando al coche en todo momento.

La palanca de serie puede ser sustituida por otra fabricada en cristal

Los 225 caballos empujan de manera excelente el XC90. Sinceramente, los hay más potentes, pero no creo que se necesite ni un solo caballo más. Está perfectamente equilibrado en cuanto a respuesta del motor. La caja de cambios por su parte no es la más rápida del mundo, pero es mucho más rápida de lo que esperaba, rápidamente encuentra la marcha correcta para que el XC90 tenga el empuje necesario. Un pero, no hay levas, pronto las habrá, pero por el momento no están disponibles. No son algo esencial, claro está, pero no vendrían mal la verdad.

La suspensión neumática trae consigo asociada un selector de modos de conducción: Eco, Confort, Dymanic e Individual

En cuanto a consumos, hay que decir que la nueva gama de motores es excelente. Han trabajado para hacerlo mucho más ecológico, y lo han logrado. Me ha resultado increíble que una mole de cinco metros, más de dos toneladas y semejante altura consuma tan poco. En autopista, circulando a un ritmo normal, bastante despreocupado, es fácil rondar los seis litros. En el cómputo general de la semana, donde el uso mayoritario ha sido en carretera, el ordenador marcaba 7,3 litros a los 100 kilómetros. Un dato sensacional lo cojas por donde lo cojas.

Conclusión

En definitiva, Volvo ha tardado más de lo esperado en renovar a su gran SUV, pero la espera ha merecido la pena. El resultado salta a la vista. Un coche con un diseño sensacional, que transmite una clase que muy pocos logran igualar. Su calidad de diseño se completa con un acabado de alta escuela, con mucha tecnología y materiales de primera. Es espacioso, salvo la tercera fila. Sin embargo todos ellos disfrutarán de un gran confort, pues el XC90 está planteado para ser lo más cómodo posible.

Un gran coche, un líder en su segmento y un espejo donde deben mirarse sus rivales

A todo esto hay que sumar una variante mecánica que se encarga de mover a las mil maravillas el XC90. No es el coche más rápido del mundo, pero tampoco lo pretende. A mi juicio el D5 es el que hay que comprarse, pues sus 225 CV son el justo equilibrio a este gran SUV. Además no supone una locura de gasto en carburante, pues es muy eficiente. Puede que los rivales alemanes se hubieran olvidado del XC90, pero a partir de ahora tendrán que tenerlo muy presente, pues considero que es el mejor de todos los grandes SUV que actualmente encontramos en el mercado. No se puede pedir más a un coche.

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