Prueba Voyah Free, muchas luces y alguna que otra sombra a tener en cuenta

Cada vez son más las marcas chinas que quieren plantar cara a las tradicionales compañías europeas. El segmento premium se está llenando de nuevos pretendientes como es el caso del Voyah Free que hemos probado.

Prueba Voyah Free, muchas luces y alguna que otra sombra a tener en cuenta
Probamos el Voyah Free comercializado en España a través de la red de Caetano Motor.

15 min. lectura

Publicado: 27/12/2024 18:00

Europa está recibiendo un aluvión de nuevos lanzamientos. Nuevas marcas y modelos procedentes de China que tratan de hacerse un hueco en el mercado más cerrado y exigente del mundo. Prácticamente cada mes o cada pocas semanas recibimos la noticia de que una nueva marca llega al Viejo Continente. Cuesta seguir el ritmo y si bien no son muchas las que ya han llegado a España, se merecen la misma consideración que las que todos conocemos. El Voyah Free es uno de esos modelos procedentes de China que están buscando suerte en nuestro país. Una apuesta eléctrica cargada de luces y también, por mal que suene, de sombras.

Los diseñadores de Voyah han hecho un buen trabajo. Un coche elegante y bastante discreto.

Lo primero de todo, ¿quién es Voyah? Como ya hemos dicho se trata de una marca china nacida en Wuhan en abril de 2019. Es una de las muchas nuevas marcas surgidas a raíz de la explosión eléctrica china. Su matriz es Dongfeng Motor Corporation, una de las más famosas marcas automovilísticas de China fundada en 1970 que comercializa otros productos bajo las marcas Mhero, Dongfeng y DFSK o Seres. Durante muchos años se ha centrado en la producción para otras marcas como Nissan, Peugeot y Honda.

Voyah es una de sus últimas incorporaciones y puede que la más importante desde el punto de vista europeo. Es la única de las marcas de Dongfeng apostada en el segmento premium. Sí, sé que es un térmico que cada vez está más devaluado, pero realmente debemos considerar a Voyah y al Free como un coche de semejante categoría. A simple vista llama la atención que su diseño tiene claros rasgos occidentales. No es un coche que enamore a simple vista, pero tampoco desentona. Es elegante, con líneas fluidas que evitan cualquier musculatura innecesaria. Hay zonas que me recuerdan mucho a algún coche europeo, como los faros traseros al más puro estilo Cayenne.

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El Free es el modelo más pequeño que Voyah ha puesto a la venta en nuestro mercado. El otro es el Voyah Dream, un enorme monovolumen eléctrico de 7 plazas y 5,13 metros de largo. Por sus dimensiones, el Free se ubica cómodamente en la categoría de los D-SUV con sus 4,9 metros de largo, 1,95 metros de ancho y 1,64 metros de alto. Su distancia entre ejes es de 2,96 metros. Por cierto, su plataforma de 400 voltios es única. Desarrollada por los ingenieros de Dongfeng y sin contar con el respaldo de ningún otro fabricante.

De puertas para dentro es donde el Voyah Free saca pecho a la hora de reconocerse como premium. Los materiales elegidos son buenos, agradables al tacto y con la sensación de que todo está bien hecho. Los paneles se ajustan perfectamente y no hay ningún tipo de rebaba o dentellada que sea molesta. Digo firmemente que nada tiene que envidiar a un producto europeo, al menos desde el punto de vista de calidad percibida. El habitáculo del Free es un sitio agradable en el que estar, aunque tiene algunos detalles técnicos que resultan un poco inútiles, como por ejemplo el salpicadero retráctil.

El Free se sitúa en el cada vez más numeroso segmento D-SUV eléctrico.

Pulsando un botón, o a la hora de apagar el coche, el salpicadero se 'oculta' unos centímetros, apenas 10. ¿Para qué? Pues en realidad para nada. No hay ninguna lógica para que lo haga. También se puede hacer mientras circulamos, pero lo único que conseguimos es reducir el tamaño de las pantallas. Hay tres, por cierto, todas ellas del mismo tamaño, 12,3 pulgadas. Si bien la instrumentación y el sistema multimedia tienen lógica, no la tiene tanto la pantalla del acompañante. Ni la del Free ni la de cualquier otro coche que la integre. Se ha puesto de moda entre los fabricantes, pero sinceramente no hace nada especial. Está y listo. Si molesta se apaga y fuera.

Como suele pasar con muchos coches exportados desde la lejana Asía, las posibilidades de personalización son justas y muy limitadas. Voyah sólo ofrece un nivel de equipamiento posible. Sólo se puede cambiar el color de la carrocería. Hay que reconocer que la dotación de serie es muy elevada, incluyendo elementos como los faros Full LED, acceso y arranque sin llave, techo panorámico electrocrómico, navegador, climatizador automático, cámaras de aparcamiento de 360 grados, un gran despliegue de asistentes a la conducción y muchos otros recursos que nos hacen la vida más cómoda, como los asientos eléctricos.

Excelentes materiales para el interior. La calidad es igual a la de una marca premium europea.

Como ya he dicho, el interior del Free es un sitio muy agradable y espacioso. Todos los ocupantes disfrutan de mucho espacio, incluyendo los de la segunda fila de asientos. Gracias a que el suelo es completamente plano y a que el coche es bastante ancho, tres adultos pueden viajar con mucha comodidad en las plazas traseras. Ocupantes de hasta 1,95 metros no tendrán problemas con el espacio disponible. A falta de un buen maletero el Free ofrece dos. El principal se ubica en la parte trasera y ofrece un mínimo de 560 litros, ampliables a un máximo de 1.320 litros. En la parte delantera se oculta un según baúl de 72 litros. Es más grande de lo habitual y permite guardar bastantes más cosas que los cables de carga.

Tampoco hay opciones a la hora de hablar de mecánica. El Free se ofrece siempre en la misma configuración de motor dual con 489 caballos de potencia máxima y 720 Nm de par motor. El motor trasero es más potente que el delantero, 272 caballos frente a 218. Todo el sistema se alimenta de una batería de iones de litio de grandes dimensiones, 100 kWh de capacidad neta. La ficha técnica anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos con una velocidad punta de 200 kilómetros por hora. La autonomía homologada en Europa es de 500 kilómetros con un consumo en ciclo combinado de 20,2 kWh por cada 100 kilómetros recorridos. Buenos datos, pero nada extraordinarios.

Por problemas de espacio no será. La segunda fila es muy habitable.

Al volante del Voyah Free

A la hora de conducir el Free hay varios detalles positivos que tengo que remarcar. Lo primero de todo es que resulta muy agradable. La puesta a punto es muy equilibrada ya que disfruta de grandes lujos como la suspensión neumática sobre la que se apoya la carrocería. El conductor puede cambiar la respuesta del equipo, pero sinceramente creo que las opciones ECO o Confort son las más correctas. También se puede programar el modo Individual para tener un mayor control de todos los elementos, incluyendo la regeneración. Por último, el modo Sport es prácticamente inútil. Sí, tensa un poco el coche y también baja el salpicadero innecesario que ya he comentado.

A pesar de tener una buena potencia, el conductor no la percibe. La entrega de potencia, al menos en esos modos más controlados, es muy lineal y suave. Se siente pesado y lo es, pues en la báscula anuncia un peso en vacío de 2.340 kilogramos. Todo tiende al confort y he de reconocer que esta es la parte que más me gusta del Free. Tanto que te diría que es uno de los coches más silenciosos en los que me he montado, y son unos cuantos. La rodadura apenas se deja notar, y cuando digo apenas es nada. De hecho es más notable el ruido aerodinámico, que también es extraordinariamente bajo para un coche que no cuenta con cristales con dos dedos de espesor.

Hay algunas funciones inútiles como la de bajar el salpicadero. No sirve para nada.

Me ha llamado mucho la atención la dedicación que los chinos le han puesto al apartado de comodidad. Es sin lugar a dudas lo mejor de este coche y diría que es igual o mejor que SUV similares de marcas premium europeas. Ahora bien, el resto de componentes no ofrecen el mismo tacto fino que los modelos europeos. El volante apenas transmite sensaciones al conductor y el pedal del acelerador es difícil de graduar. Requiere tiempo acostumbrarse a él. Sin lugar a dudas lo que más hecho en falta es poder gestionar la retención de una forma más sencilla. Si queremos variar el parámetro de regeneración hay que hacerlo a través de la pantalla central. Estamos obligados a hacer demasiados clicks. Ni es cómodo ni es seguro.

En su formato más agresivo ni siquiera actúa como un coche de pedal único. Casi se detiene pero no llega a hacerlo por completo. Creo que los chinos tienen que mejorar más este apartado para así optimizar el rendimiento del coche. Los consumos no son altos, pero tampoco son extraordinariamente bajos. La media ronda los 22 kWh por cada 100 kilómetros recorridos. Eso realizando una conducción completamente normal, incluyendo tramos de autopista a velocidad legal. Hay coches con más consumo y también con menos. La parte positiva es que la autonomía real es bastante certera. Algo que siempre valoro positivamente.

El consumo no es el mejor, pero el indicador muestra una autonomía muy real.

El cuadro de instrumentos muestra un alcance muy similar al que se puede obtener circulando con normalidad. El dato oficial es de 500 kilómetros y en nuestras pruebas hemos obtenido alcances aproximados de entre 430 y 450 kilómetros sin grandes preocupaciones. Siempre en condiciones reales. Esa similitud entre la teoría y la práctica arroja mucha seguridad a la hora de ponerse en carretera. Obviamente, todo consumo dependerá de muchos factores como la velocidad, el tipo de conducción, la geografía de la ruta, la carga y la ruta. Pero calcula que 400 kilómetros los puedes hacer sin despeinarte.

Llegado el momento de agotar la batería el Free echa de menos sistemas de alimentación rápidos. En corriente continua ofrece una potencia máxima de 100 kW, mientras que en corriente alterna la cifra es de 11 kW. Teniendo en cuenta el tamaño de la batería hubiese sido mejor instalar alimentadores de mayor rendimiento, al menos 200 kW en continua. En viajes largos el tiempo de espera será más alto de lo normal. Pasar del 10 al 80% de la capacidad de la batería supondrá, aproximadamente, 40 minutos de tranquila espera. En una toma doméstica reforzada de 7,6 kW también habrá que esperar más de 10 horas para recuperar el total de la autonomía.

Por lo que vale es difícil que el Free se convierta en una alternativa premium real.

Es un problema no hay duda, pero no lo destacaría como el mayor de todos los que podemos encontrar en el Voyah Free. Para mí el peor apartado de todos es el precio. En España está disponible desde los 77.800 euros, sin tener en cuenta descuentos o ayudas. Es una tarifa asequible teniendo en cuenta los acabados y el equipamiento de serie, además de la potencia ofrecida, pero se me hace demasiado si tenemos en cuenta que hablamos de una marca joven, prácticamente desconocida, además de los inconvenientes antes mencionados. En España se comercializa a través del Grupo Caetano, uno de los mayores grupos exportadores de Europa. Sinónimo de garantía.

Javier Gómara

La opinión de Javier Gómara

El Voyah Free presenta su candidatura europea cargado de importantes factores positivos como la calidad, el confort, la habitabilidad y la tecnología. Sin embargo, sintiéndolo mucho, creo que su llegada ha sido demasiado precipitada. Es una buena opción, pero no exenta de riesgos. Debe mejorar en algunos apartados clave como la usabilidad, los consumos y, sobre todo el precio. Voyah tiene un primer contacto positivo, pero todavía tiene mucho camino que recorrer si realmente quiere ser una alternativa. Como coche eléctrico no es malo y de ahí la buena nota que cosecha en nuestro análisis.

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