Motos¿Son las scooter la solución más práctica para la ciudad?
Nos subimos a bordo de una BMW C 650 GT para contaros, en primera persona, los pros y los contras que hemos encontrado a la hora de conducir esta moto en ciudad, sus cualidades y consideraciones a tener en cuenta.
9 min. lectura
Publicado: 27/04/2015 09:00
Lunes a las 08.00 horas. Si uno vive en una gran ciudad sabe que al coger las llaves del coche, le espera lo mismo de siempre: el atasco que le hará perder valioso tiempo. En algunos casos, el retraso puede suponer una hora entera de ida... y de vuelta. La desesperación es alta al volante en las retenciones de las grandes ciudades, y las maniobras, imprudentes. En el afán por librarse de tal maldición, unos lo intentan mediante el transporte público, otros colocan maniquíes para engañar a la autoridad por el BUS VAO, y otros, se animan con la moto.
Precisamente, en Motor.es nos hemos puesto en la piel de este tercer grupo con una de las scooter ejecutivas de referencia a día de hoy: la BMW C 650 GT. Quizá voluminosa para el día a día, pero con un gran espacio de carga que nos garantiza poder llevar hasta dos cascos integrales bajo su cofre, y potencia suficiente para hacer trayectos largos sin fatiga. Es verdad que la moda de las scooter no entró por el segmento más alto, sino más bien por el más bajo (con permiso de los ciclomotores). Desde que se permitiera conducir motos de hasta 125 CC y 15 CV de potencia con tres años de carné tipo B, se han multiplicado las ventas de scooter de dicha cilindrada que se usan para poder ahorrar algunos minutos cada día, y es que por 3.000 euros más o menos uno puede acceder a verdaderas máquinas preparadas para combatir el tráfico.
En nuestro caso partimos con cierta distinción, pues la BMW C 650 GT no cuesta 3.000 euros, sino más bien 11.600 euros aunque nada tiene que ver con las pequeñas 125, ni por calidad, ni estabilidad, ni potencia etc... Eminentemente práctica y con capacidad para poder hacer viajes largos, la BMW es un arma perfecta entre versatilidad y comodidad. Para un motero habitual, tener los pies dentro de la carrocería, posados en una plataforma, es una postura que limita la sensación de control. La alta estabilidad de la scooter y el ABS de serie en esta máquina nos contrarrestan esta primera impresión y lo cierto es que gracias a la carrocería, que envuelve nuestra piernas, el frío se aguanta muy bien (amen de los puños y el asiento calefactable).
Teóricamente, una moto debería llegar más o menos en el mismo tiempo que un coche al trabajo. Es cierto que es más ratonera a la hora de cambiar de carril, pero las normas son las mismas en dos y en cuatro ruedas y la circulación entre coches, por el arcén o el estacionamiento encima de las aceras, son prácticas prohibidas, aunque en algunas ciudades se persigan más que en otras. La sensación de volumen de esta moto hace que atreverse a adelantar entre coches se reserve para gente experimentada, sobre todo porque la scooter alemana es de talla L y da miedo golpear un espejo retrovisor, donde van integrados los intermitentes. En mi caso (1,70 metros), me cuesta llegar cómodamente al suelo con los pies sin tener que adelantarme mucho en el asiento. Hay un pequeño saliente para que el piloto apoye los lumbares, y una vez más, no puedo estirar completamente las piernas para alcanzar la posición adelantada de los pies si apoyo la espalda, pues no me llegan para reposarlos en plano. Sin embargo, una vez en marcha, todos los males desaparecen pues es fácil de conducir, y aunque no es la BMW C 600 Sport en el apartado dinámico, se aproxima vertiginosamente.
Es importante desmentir una frase que se escucha con frecuencia: ‘¡Ah! Como vas en moto, te libras del atasco’. Es cierto y no lo es en un 50%. Aunque es cierto que uno puede (aunque no debe) ‘zigzaguear’ con más o menos habilidad entre coches, en esta práctica no se circula con normalidad, y por tanto, se ahorran unos minutos pero no tanto como los demás quieren pensar. Además, ello implica un esfuerzo adicional en cuanto a reflejos, técnica y concentración, lo que incomoda el uso de la moto frente al coche. La ropa específica es menos cómoda, pero es recomendable ir bien equipado, con un casco decente, unos guantes (las manos son, por acto reflejo, uno de los puntos con los que trataremos de amortiguar una caída), chaqueta y pantalones con protecciones, y calzado específico a ser posible. En la BMW C 650 GT, el casco integral tiene un hueco específico bajo el cofre, y en lo que resta, podemos introducir la chaqueta o una bolsa de gimnasia, por ejemplo. Personalmente recomiendo equipar la moto con cofre, pues aunque la estética va en cuestión de gustos, hace más práctica una moto, cuya premisa es ser versátil. En la versión Edition disponemos del soporte para el cofre, pero el baúl se compra de forma adicional.
La capacidad de carga no acaba aquí, disponiendo de dos guanteras pequeñas, una de ellas con sistema de seguridad al bloquear el manillar. Es práctico, por ejemplo para guardar el mando del garaje o la cartera.
En mis trayectos habituales, a 24 kilómetros del trabajo y teniendo que cruzar numerosos puntos de conflicto, en coche tardo en torno a 45 minutos o una hora, pero siendo medianamente ágil, he reducido en 10-12 minutos esta marca aproximadamente. La ciudad se antoja un recreo para una scooter, y si por tamaño y precio a uno le encaja la BMW C 650 GT, no hay duda. El consumo supera por poco los 5l/100km, pero se justifica con un motor, que con 647 CC y 60 CV se presenta como una referencia en el sector. Por supuesto, puede limitarse para conducir con carné A2 (BMW lo ofrece de forma gratuita), y por tanto, una vez que se supere la barrera de los dos años y se obtenga el permiso de mayor cilindrada, el aumento de potencia será otro punto a favor del conductor.
En moto uno no podrá evitar mojarse, ni el asfalto en mal estado que puede condicionar la seguridad. Tampoco las imprudencias propias y de terceros donde el motorista siempre sale perdiendo, pero para ciertos momentos y épocas de año, si uno puede permitírselo, es más que práctica. Y en este caso es una perfecta compañera para hacer trayectos emocionales un fin de semana, con pareja, sin preocuparte por dónde alojar los cascos y bajo el sello de BMW, una premisa importante para muchos.