PruebaSubaru Forester XT: comportamiento, conclusiones y valoración

He tenido la oportunidad de conducir durante unos días un Subaru Forester 2.0 XT. Reconozco que cuando me dirigía a recogerlo iba especulando con lo que me podía encontrar y el escenario no era muy optimista. Me explico. El Forester es uno de los SUV más interesantes del mercado por sus buenas capacidades fuera del asfalto, de los mejores en este aspecto. Un rasgo muy apreciado y que lo ha desmarcado de las propuestas de otras marcas, más preocupadas por el aspecto que por la funcionalidad.

Pero las versiones más "deportivas" (así, entre comillas) de estos modelos suelen perder buena parte de las capacidades offroad que pudieran tener para tratar de favorecer su lado más prestacional en carretera, brindando unas llantas de generosas dimensiones y suspensiones muy firmes. Si Subaru toma ese camino con el Forester sería uno más, perdería el factor diferencial que es su gran capacidad para moverse fuera del asfalto.

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El Forester tiene un diseño sobrio y distinguido. El poderoso XT cuenta con unos paragolpes específicos del paquete deportivo, llantas de aleación de 18 pulgadas, faros de xenón, salida de escape doble y cristales oscurecidos. Un toque más agresivo que le sienta muy bien, sin hacerle perder la elegancia.

Por dentro gozamos del equipamiento más completo, el Executive Plus, único acabado disponible para esta versión. Tenemos tapicería de cuero, asientos delanteros calefactados con regulaciones eléctricas, un gran techo solar, acceso sin llave, arranque por botón, portón trasero eléctrico -de accionamiento muy lento-, equipo de audio y navegación Harman/Kardon, climatizador bizona, pedalier de aluminio, cámara trasera… no se echa en falta nada.

La ergonomía del Forester ha sido muy cuidada

Hora de ponerse en marcha y ver qué transmite su motor bóxer de inyección directa de gasolina con 2,0 litros y turbocompresor que entrega 240 CV. En ciudad y carretera es todo suavidad, sin vibraciones. Las sensaciones deportivas no existen, la entrega de potencia es tremendamente lineal y hundiendo el pedal derecho ganamos velocidad rápidamente sin que apenas nos demos cuenta.

El cambio es el Lineartronic de tipo CVT. En Motor.es no somos muy amigos de las cajas CVT, para qué engañarnos, pero tuvimos una buena experiencia con esta transmisión tras probarla a fondo en el Subaru Outback y con el Forester Turbo confirmamos las buenas sensaciones. Puede simular la acción de un cambio tradicional de ocho marchas programadas que se accionan con las levas en el volante, pero trabaja tan bien en modo plenamente automático que no merece la pena complicarse la vida.

La transmisión continua variable Lineartronic garantiza una respuesta progresiva y suave

Decididamente el Forester Turbo es un coche con un carácter orientado al confort, como el resto de versiones. El aplomo circulando a velocidades elevadas es digno de mención. Podemos obtener un comportamiento más contundente jugando con el SI-Drive, que ofrece tres modos de conducción que modifican la respuesta del motor y de la transmisión.

Dispuesto a buscarle las cosquillas me dirijo a una carretera revirada y selecciono la configuración más dinámica del SI-Drive, denominada Sport Sharp. La caja Lineartronic se encarga de que la entrega de potencia sea uniforme y suave, restando algo de chispa al comportamiento del Forester. Donde debe pulirse un poco este cambio CVT es en las reducciones, no tan lineal como sería deseable.

El SI-Drive tiene tres modos de conducción que se seleccionan desde el volante

La comodidad siempre es patente incluso en este modo Sport Sharp, pero prodigiosamente la suspensión trabaja de manera excepcional. La suspensión -McPherson delante y multibrazo detrás- es el elemento del Forester que más me ha llamado la atención por su eficacia. Su configuración es una de las mejores del segmento: permite tomar los giros sin apenas balanceo y, a la vez, ofrece una elevada comodidad. El centro de gravedad bajo gracias al empleo del motor con cilindros opuestos aporte su granito de arena.

Lo más sorprendente llega cuando salimos del asfalto porque ahí, en caminos rotos, el Forester sigue siendo tremendamente cómodo ¿Cómo es posible conseguir una suspensión muy firme en curva y que a la vez sea confortable para los ocupantes? Subaru tiene la respuesta. Impecable.

El sistema de cuadro ruedas motrices Symmetrical-AWD garantiza la tracción

Se acaba la carretera de montaña y continúo por un camino, es hora de comprobar si esta versión más prestacional ha mermado las reconocidas virtudes del Forester fuera de las vías asfaltadas. Enseguida compruebo que no importa que vayamos con llantas de 18 pulgadas o con paragolpes más deportivos: el Forester XT puede meterse y salir de donde la mayoría de SUV no pueden.

Por supuesto, el modelo japonés está disponible exclusivamente con la eficaz tracción total simétrica, signo de identidad de Subaru. La altura libre al suelo es de 220 mm, la misma que el resto de versiones. Los ángulos tampoco cambian: 25º de ataque, 26º de salida y 23º de ángulo ventral, no está nada mal para un SUV.

Tan bueno en carretera como en el campo

El Forester no tiene reductoras pero sí cuenta con el sistema X-Mode que permite circular con más seguridad y eficacia por terrenos complicados. El sistema gestiona el motor, la transmisión, la tracción total y los frenos con sólo apretar un botón. Además, circulando cuesta abajo el X-Mode activa automáticamente el control de descenso en pendientes y cuesta arriba disfrutamos del asistente de arranque en cuesta (Hill Holder).

En carretera el consumo se sitúa entre los 8,5 y los 9 l/100 km si no nos preocupamos demasiado por ser eficientes. En ciudad se nota la ausencia de Start/Stop y es fácil rondar los 12 l/100 km. Es gastón pero nada fuera de lo normal para un SUV de gasolina con esta potencia, un peaje que hay que pagar con el alivio de ver que la esencia del Forester no se ha perdido con esta privilegiada versión.

El sistema X-Mode se acciona presionando este botón

Conclusiones

El Subaru Forester es uno de los grandes incomprendidos del mercado. Es muy discreto, no llama la atención y quizá por ello el público no se fije tanto en él como debería pero se trata de un SUV honesto, práctico y cumplidor. En los primeros compases resulta insípido pero con el paso de los días fui probando sus capacidades a fondo y nunca me decepcionó.

El diseño del Forester XT añade un plus de agresividad a su estilo gracias a las branquias de los paragolpes, las llantas de 18 pulgadas y la doble salida de escape pero sin perder su discreta elegancia. El interior parece duradero y ha ganado en calidad y diseño, aunque el sistema de infoentretenimiento no está integrado y su manejo es un tanto arcaico.

Su versatilidad es su gran baza: la habitabilidad es muy buena y el maletero es grande por lo que puede usarse como coche familiar y, además, con sus 240 CV da igual lo cargados que viajemos. Es suficientemente refinado como para acudir a una fiesta sin desentonar y también puede salir del asfalto sin preocupaciones, una dualidad difícil de conseguir. Y siempre, siempre, siempre garantizando un confort de marcha al alcance de muy pocos.

Es tan extremadamente racional que quizá ése sea uno de sus mayores hándicaps, la falta algo de chispa y emoción. También hay que tener en cuenta su consumo, algo elevado. Aun así, el Forester es uno de los SUV que siempre debe tenerse en cuenta a la hora de adquirir un coche de este segmento porque es un acierto seguro. El precio del Forester XT, 39.000 euros, se justifica por su polivalencia y un completo equipamiento.