PruebaSubaru WRX STi: Exterior e interior (II)
Es hora de analizar cómo es este Subaru en su exterior e interior. Hay detalles clásicos que no pueden pasar por alto, como el alerón o la entrada de aire del capó. En el interior encontramos asientos deportivos, tonalidades rojizas y anagramas STi por todas partes. Las similitudes son altas respecto al Subaru XV, aunque la estética deportiva es innegable en este WRX.
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Publicado: 02/09/2014 10:00
No quiero empezar este nuevo capítulo sin un apunte. La estética del coche es discutible (según la experiencia que hemos recogido de quienes han visto el coche, que bien se enamoraban o bien lo tachaban de excesivo), sobre todo dependiendo de los entornos en los que uno se mueve, pero si no nos quedamos en la superficie, encontramos ingeniería que va a garantizar un éxito al volante y unas sensaciones sin precedentes. Si te gusta lo que te cuento, olvídate de todo, salvo de pasarlo bien con el WRX STi. Y ahora sí, comenzamos con el exterior, con unas medidas de 4.595 mm de longitud, 1.795 mm de anchura y 1.475 mm de altura. La distancia entre ejes se sitúa en 2.650 mm. En el fondo, estamos hablando de una berlina y un peso de 1.507 kilos, porque nuestra unidad tiene el característico alerón. También tenemos un maletero con un espacio muy generoso de 460 litros.
Sin el alerón, el coche perdería parte de su alma y quizá retocaría las cifras aerodinámicas, aunque la marca no ha podido facilitarnos tales datos. Lo que sí sabemos es que es en torno a 10% mejor que su predecesor, y por supuesto, nosotros apostamos por mantener el diseño y la esencia intacta. El frontal es agresivo, como lo eran sus predecesores, pero ahora es más moderno, con unos faros con luces LED donde no hay espacio para intermitentes, que se sitúan prácticamente a la altura de los antinieblas. El primer fallo lo encontramos en la luz diurna que no aprovecha las posibilidades del diseño del faro y opta por una pequeña bombilla en la parte inferior del vehículo. Sin embargo, al caer la noche, la verdadera estética sale a la luz con una luz de posición LED (insuficiente para actuar con luz diurna) y el faro de cruce de la misma tecnología, escondido tras un proyector. La iluminación de carretera corre a cargo de halógenos.
En el capó encontramos la entrada de aire que corresponde a la correcta refrigeración del intercooler. En modelos antiguos, se dibujaba una joroba que incluso algunos aficionados al tuning pintaban con motivos de cómic. En esta ocasión, la entrada de aire se conforma casi como un escalón en el capó y no como un saliente. Estéticamente es más armonioso y a medida que van saliendo nuevas generaciones, este ‘aplanamiento’ es más acusado. En los faros hay otra novedad y es que ya no están unidos a la parrilla central.
En el lateral llama la atención el musculoso desnivel que hay tras el paso de rueda delantero. El equipo de diseño ha trabajado para que no parezca una simple berlina y se vea al vehículo como lo que es: puro músculo japonés. Las llantas son de 18 pulgadas con neumáticos de generosas dimensiones 245/40; perfectos para los 300 CV de potencia máxima. Los frenos son Brembo y los discos son ventilados. Son un buen aliado para el coche como veremos en el próximo capítulo de la prueba. En la pinza se puede leer STi.
En la zaga asusta en alerón de enormes dimensiones y 4 salidas de escape que prometen un sonido atronador. ¿Lo tendrá realmente?
Interior
Viajando al interior encontramos unos asientos deportivos
que mezclan cuero y alcántara con la nomenclatura STi grabada en los
reposacabezas. La sujeción es buena en todos los niveles, e incluso en los
hombros. Generalmente un asiento de este tipo y de serie promete emociones
fuertes. El volante es deportivo con el plano inferior achatado. También tiene
el anagrama STi marcado en rojo en el radio inferior. El coche es manual de 6
velocidades y la palanca tiene detalles en rojo. A decir verdad, el rojo es un
color que este interior usa mucho, por ejemplo en los mandos del climatizador,
costuras en las puertas y volante, cuadro de instrumentos y asientos. Todo nos
lleva a pensar en deportividad.
Por la noche, junto a la palanca de cambios se retroilumina otro anagrama de STi. Ya nos había quedado claro en un principio, pero el coche nos lo recuerda constantemente: estamos subidos en el pura sangre de la marca. Hay molduras que simulan la fibra de carbono, tanto en el salpicadero como en el panel central. Los pedales son de aluminio y entre otros materiales encontramos plásticos blandos y duros. No encontramos en la zona delantera un estilo aburrido, sino todo lo contrario.
En las plazas traseras el efecto deportivo de las plazas delanteras continúa en cuanto a uso de materiales y cromatismo. Sin embargo, los asientos no tienen una orientación tan deportiva, con una banqueta que admite a tres pasajeros. Un detalle curioso es el equipo de sonido firmado por harman/kardon, que posiciona un único altavoz tras los pasajeros traseros.
Sentado en el puesto principal del vehículo y mirando por el retrovisor es un alivio que el alerón no sea un impedimento para la visibilidad por su excesiva altura. Todos los mandos están bastante accesibles salvo el reposabrazos delantero cuya función es llanamente una tapa a un hueco de carga donde además se alojan la entrada USB y la auxiliar. Este Subaru está lleno de sorpresas porque es bastante permisivo a la hora de alojar objetos en el interior, con bastantes espacios. No hay que olvidar que tiene formato de berlina y por tanto es amable a la hora de usarlo para recorridos largos por carretera.
Los dos displays, tanto el del cuadro de instrumentos como el que queda sobre elevado sobre la consola central tienen una resolución bastante buena. No tanto su pantalla central, que por ejemplo podemos encontrar en el Subaru XV. A decir verdad, las similitudes interiores entre el Subaru XV y el WRX STi son muy altas. Precisamente por esta semejanza llama la atención que en el todocamino hayan situado la visualización de la cámara en la pantalla central y en el deportivo en el display superior (como en los primeros XV). Creo que es mejor la visualización pequeña con mayor resolución que la de la pantalla central, que sin duda es un punto a mejorar.
Es hora de ponernos el casco, agarrarnos bien al volante y poner a prueba las aptitudes de toda una leyenda como el Subaru WRX STi.