Toyota IQ 1.0 VVTi. Rompiendo moldes
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Publicado: 09/07/2012 17:32
Tan pequeño por fuera como grande en su ingenio. Así es el Toyota IQ, un encantador utilitario que destaca por su reducido tamaño. Su calidad de terminación y equipamiento está por encima de la mayoría de utilitarios del mercado y pese a su exigua longitud ofrece sitio para cuatro. Estas características convierten al modelo de Toyota en un coche innovador que rompe los moldes habituales del segmento.
En el mercado español, sólo el Smart Fortwo ofrece una longitud menor aunque el IQ cuenta con la ventaja de homologar cuatro plazas por las dos del Smart ¿Cuatro plazas en un coche de menos de tres metros de longitud? Veremos cuánto hay de cierto.
La prueba que mostramos aquí corresponde al Toyota IQ 1.0 VVTi de 68 CV y con cambio manual, que tiene un precio de 13.350 euros. Es el modelo más económico de la gama y además el único que dispone de transmisión manual. El resto de versiones se ofrecen con el cambio de variador continuo Multidrive.
El motor tricilíndrico 1.0 VVTi asociado al Multidrive sólo está disponible con el nivel de equipamiento más bajo, al igual que ocurre en el caso del IQ con cambio manual. Los dos niveles superiores se denominan IQ-S e IQ2 Zan Shin y se acogen exclusivamente para los IQ con motor 1.33 Dual VVTi de cuatro cilindros, que es sensiblemente más potente al presentar 98 CV.
Por fuera
No se puede hablar del IQ sin hacer referencia en primer lugar a su tamaño. Con sus 2,99 metros de largo es el coche más pequeño del mercado, sólo por detrás del Smart Fortwo que es 29 centímetros más corto. Un Toyota Aygo presenta 3,43 metros de largo y un Toyota Yaris ya parece un gigantón con sus 3,88 metros.
Pero el IQ no sólo es especial por su longitud. Su anchura de 1,68 metros también llama la atención ya que es claramente mayor que la del resto de utilitarios -es nada menos que 12 centímetros más ancho que el Smart-. Su altura, 1,50 metros, lo sitúa a medio camino entre el resto de utilitarios y el Smart Fortwo.
Además de sus dimensiones, su diseño conjuga un carácter juvenil, atrevido y robusto. Enamora a primera vista. Su simpático frontal parece sacado de algún personaje de la película "Cars" y muestra unas ópticas que se alargan casi hasta el pilar A, una pequeña entrada de aire y unos pasos de rueda muy marcados.
En la vista lateral destacan las ruedas situadas en los extremos del coche -la distancia entre ejes es de 2,00 metros-, con unos voladizos extremadamente cortos. A pesar de tratarse del acabado más básico de serie se ofrece con llantas de aleación de 15 pulgadas. La puerta lateral de gran tamaño ocupa buena parte de la carrocería y los retrovisores exteriores son eléctricos e integran las luces intermitentes. La ventanilla trasera presenta una forma ondulada y crea el efecto óptico de unirse con la luneta posterior. Tanto esta ventanilla como la luneta están tintadas de serie.
Atrás las formas son más simples. El paragolpes trasero tiene un generoso tamaño y al igual que sucedía en el frontal deja entrever unos generosos pasos de rueda.
Por dentro
Todo es pequeño en el Toyota IQ salvo su precio. Los 13.350 euros de partida del utilitario japonés hacen plantearse seriamente su compra ¿Realmente vale lo que cuesta? Al entrar en su habitáculo descubriremos que su coste se justifica, al menos en parte, por un buen equipamiento y una calidad general por encima de otros utilitarios.
En esta versión básica ya encontramos aire acondicionado, volante y pomo del cambio de marchas de cuero, indicador cambio de marcha recomendada, control de estabilidad, elevalunas eléctricos, radio CD (compatible con MP3, con seis altavoces y conexión USB), llantas de aleación de 15 pulgadas, volante con mandos de audio, lunas traseras tintadas y retrovisores eléctricos, entre otros elementos. Un equipamiento muy amplio con el que no suelen contra las versiones de acceso de otros utilitarios.
El IQ es pequeño pero seguro y así lo demuestra las cinco estrellas obtenidas en el test de EuroNCAP. Cabe mencionar que lleva control de estabilidad y nueve airbags de serie. Hay bolsas de aire frontales, laterales y de cortina, un airbag anti-deslizamiento en la banqueta del pasajero delantero y de rodilla para el conductor, además de un novedoso airbag de cortina para la luneta trasera.
Nuestra unidad además contaba con algunos elementos opcionales incluidos en el Pack Confort -500 euros-, que incluye asientos mixtos de tela/cuero, asientos delanteros calefactables y retrovisores exteriores calefactados. También disponía delnavegador TNS410 con Bluetooth, que tiene un frontal extraíble.
El interior del Toyota IQ está homologado para cuatro plazas pero ¿caben cuatro adultos? La respuesta es sencilla: No.
Vayamos por partes y examinemos primero las plazas delanteras, donde disfrutaremos de mucho más espacio del esperado. Buena parte de la culpa la tiene la generosa anchura del IQ, lo cual transmite una agradable sensación de amplitud. El espacio para las piernas también es muy adecuado gracias a la amplia regulación longitudinal de los asientos. De lo que sí carecemos es de regulación en altura de los asientos y de reglaje en profundidad del volante, aunque encontrar una postura adecuada de conducción es sencillo. También cabe mencionar que los asientos delanteros no guardan memoria de su posición y hay que regularlos cada vez que se abaten para acceder a las plazas traseras.
Así que pasemos a la parte posterior, donde encontramos dos plazas. La que queda detrás del asiento del conductor es inutilizable para un adulto porque apenas hay espacio para las piernas. En el mejor de los casos este lugar lo podría ocupar un niño aunque tampoco gozará de mucho espacio a poco que el conductor tenga una estatura media-alta. Por eso este asiento nos será de más utilidad si se utiliza para alojar algo de equipaje.
La plaza trasera derecha es mucho más útil. Esto se debe a que el salpicadero es asimétrico y en lugar de una guantera tradicional Toyota ha recurrido a una guantera tipo estuche -y se puede quitar con facilidad-. Esta solución ahorra mucho espacio para las piernas del acompañante delantero, lo que permite que su asiento esté más desplazado hacia delante sin perder apenas confort y dejando más espacio detrás. Por tanto, a pesar de sus cuatro asientos, el Toyota IQ es un coche con tres plazas útiles, lo cual no es moco de pavo para un coche de tres metros de largo.
Y ya que hablamos de espacio, toca hablar del maletero. No tiene. Bueno, sí tiene pero su espacio es ínfimo, 32 litros, así que no podremos meter nada en él porque no caben maletas, ni mochilas, ni bolsos, ni nada que sea más ancho que una pelota de tenis. Bajo el piso hay un compartimento útil para guardar los triángulos de emergencia y las luces de repuesto. Este compartimento se extrae fácilmente para acceder al kit de reparación de pinchazos.
Para ganar espacio en el maletero es posible abatir los asientos traseros -los respaldos se abaten en dos partes iguales- lo cual deja una superficie plana de 292 litros. Es una buena cifra pero tiene el inconveniente de que todo lo que llevemos cargado queda expuesto al sol y a las miradas ajenas.
Hay muy pocos huecos para dejar cosas. La guantera es minúscula y en ella sólo podremos meter papeles así que los objetos habrá que dejarlos en los bolsillos de las puertas o en el portalatas que hay entre los dos asientos -hay dos portalatas más en las plazas traseras-.
En general, los ajustes y materiales aparentan ser de buena calidad. Las molduras tienen un color plata mate aunque el diseño de la consola central en forma de "V" y del panel de instrumentos es muy anguloso por lo que es fácil que se llenen de polvo y sean complicados de limpiar. Todos los mandos son muy sencillos de utilizar y quedan a mano del conductor.
En marcha
El Toyota IQ de nuestra prueba disponía de un motor tricilíndrico 1.0 VVTi asociado a un cambio manual de cinco relaciones. Con 68 CV a 6.000 rpm y sólo 91 Nm de par máximo no se trata de un coche prestacional, como podrás suponer: Pasa de 0 a 100 km/h en 14,7 segundos y la velocidad máxima se alcanza a los 150 km/h. Su peso se sitúa en torno a los 900 kilos.
Sus prestaciones son suficientes para moverse por un entorno urbano, su hábitat principal. Fuera de la ciudad hay que tomarse las cosas con calma ya que al pequeño IQ le cuesta coger ritmos altos. Eso sí, una vez alcanzada una buena velocidad de crucero es capaz de mantenerlo sin grandes dificultades, aunque para ello habrá que jugar con cierta frecuencia con el cambio de marchas.
El IQ sorprende por su aplomo. Los coches pequeños con una batalla tan corta suelen mostrar un comportamiento nervioso, especialmente a la hora de rodar rápido. Sin embargo, el modelo de Toyota muestra un gran comportamiento incluso en curvas rápidas con el firme irregular, dando mucha confianza al conductor. También es muy ágil, la dirección es muy directa y puede hacer un cambio de sentido necesitando un espacio de sólo 7,8 metros.
El utilitario japonés es un coche muy agradable de conducir. La suspensión tiene un tarado que está claramente enfocado hacia la comodidad y la respuesta del motor es suave y bastante silenciosa.
Los consumos oficiales son muy difíciles de conseguir, sólo se pueden obtener en recorridos o circunstancias muy concretas y puntuales. A modo de ejemplo podemos citar que el consumo combinado del IQ, según los datos oficiales, es de 4,4 l/100 km pero en nuestros recorridos habituales fue de 6,2 l/100 km, una gran diferencia.
En resumen
El Toyota IQ es un pequeño coche con grandes virtudes y un único inconveniente: Su precio. Nuestra prueba se ha realizado con el modelo más asequible y ya cuesta 13.350 euros, una cantidad notable puesto que por mucho menos se pueden adquirir utilitarios muy cumplidores en el tráfico urbano.
Los coches pequeños no tienen por qué ser baratos, Smart y Mini lo saben bien y Toyota sitúa al IQ como un interesante punto medio entre los modelos de estos dos fabricantes. Es por ello que a la hora de plantearse un IQ como opción de compra hay que tener en cuenta que no tiene nada que ver con los utilitarios económicos porque además de practicidad el IQ aporta una dosis extra de calidad interior, equipamiento, confort, dotación de seguridad y sobre todo un diseño vanguardista y diferenciador que justifican su precio final.
A favor:
- Diseño exterior
- Confort de marcha y equipamiento de serie
- Habitabilidad de las plazas delanteras
En contra:
- Precio
- Consumo elevado
- Tamaño de maletero y pocos huecos en el habitáculo donde dejar objetos
Datos y equipamiento
DATOS TÉCNICOS del Toyota IQ 1.0 VVTi manual
- MOTOR
Número de cilindros: 3 en línea
Distribución: 12 válvulas DOHC VVT-i
Transmisión: por cadena
Sistema de inyección: Inyección electrónica
Cilindrada: 998 cc
Diámetro por carrera: 71,0 x 83,9 mm
Relación de compresión: 10,5:1
Potencia máxima: 68 CV (50 kW) a 6.000 rpm
Par máximo: 91 Nm a 4.800 rpm
- PRESTACIONES
Velocidad máxima: 150 km/h
Aceleración 0-100 km/h: 14,7 segundos
- CONSUMO
Consumo combinado: 4,4 l/100 km
Consumo urbano: 5,1 l/100 km
Consumo extraurbano: 4,0 l/100 km
Capacidad depósito combustible: 32 litros
Emisiones de CO2 combinado: 99 g/km
Emisiones de CO2 urbano: 117 g/km
Emisiones de CO2 extraurbano: 90 g/km
- DIMENSIONES
Longitud: 2.985 mm
Anchura: 1.680 mm
Altura: 1.500 mm
Distancia entre ejes: 2.000 mm
Vía delantera: 1.480 mm
Vía trasera: 1.460 mm
Voladizo delantero: 530 mm
Voladizo trasero: 455 mm
Radio de giro: 3,9 m
Coeficiente aerodinámico: 0,299
Capacidad de maletero: 32 litros (292 litros con asientos traseros plegados)
Peso en orden de marcha: 845-905 kg
- FRENOS
Delanteros: Frenos de disco ventilados (diámetro 255 mm)
Traseros: Frenos de disco (diámetro 259 mm)
- SUSPENSIÓN
Delantera: Montantes McPherson con barra estabilizadora
Trasera: Eje torsional con sistema de corrección convergencia
NIVELES DE EQUIPAMIENTO del Toyota IQ
- IQ
Neumáticos 175/65R15 con llantas de aleación de 15 pulgadas
Espejos exteriores eléctricos, pintados color carrocería y con intermitente integrado
Paragolpes pintados color carrocería
Aire acondicionado
Volante de cuero con controles de audio
Pomo de cambio en cuero
Columna de dirección ajustable en altura
Indicador cambio de marcha recomendada
VSC+ (ABS + EBD + BA + TRC)
9 airbags
Anclajes ISOFIX en plazas traseras
Elevalunas eléctricos
Sistema de audio TAS 200:
Radio CD con 6 altavoces, capacidad de lectura MP3,
WMA, conexión auxiliar 3,5 mm y USB compatible con iPod
Asientos traseros abatibles independientemente
- IQ-S (añade al acabado IQ)
Interior gris claro y negro
Transmisión MultiDrive S con 7 velocidades y modo automático
Tapicería mixta de tela gris/cuero negro
Retrovisores exteriores eléctricos y calefactables
Neumáticos 175/60R16 con llantas de aleación de 16 pulgadas
Asientos delanteros calefactados
Inserciones color negro piano en salpicadero y puertas
Consola central negra con detalles en rojo
Visor del tablero de instrumentos negro piano
Volante de cuero con pespuntes rojos
- iQ2 Zan Shin (añade al acabado IQ)
Tapicería de cuero bi-tono
Asientos delanteros calefactados
Transmisión MultiDrive
Anagrama exterior cromado Zan Shin
Neumáticos 175/60R16 con llantas de aleación de 16 pulgadas
Climatizador automático
Sistema de entrada y arranque sin llave
Limpiaparabrisas con sensor de lluvia
Encendido automático de luces de cruce
Retrovisor interior anti-deslumbramiento
Retrovisores exteriores, calefactables y plegables eléctricamente
Pasos de puerta iluminados
Kit de iluminación en los bajos del habitáculo
Inserciones en color crema en tablero central, tiradores de puerta interiores y brazos del volante
Rivales
El Toyota IQ 1.0 VVTi de 68 CV con cambio manual tiene un precio de 13.350 euros. Su principal rival es el Smart Fortwo.
- Smart Fortwo Coupé 1.0 71 CV Passion. El Fortwo cuesta 12.329,38 euros y es más pequeño, tiene un consumo menor y un maletero más grande (aunque el IQ puede ampliarlo abatiendo los asientos). El IQ por su parte ofrece dos plazas extras, una mejor habitabilidad y un comportamiento en carretera superior.
- Toyota Aygo 1.0 VVTi City 68 CV. Con un precio de 10.750 euros, el Aygo cuesta 2.600 euros menos que el IQ aunque comparten motor. Es 44 centímetros más largo pero no ofrece una calidad interior y un diseño a la altura de su "hermano pequeño".