Vídeo comparativa Mazda MX-5 vs MX-5 RF, una cuestión de matices
Parecidos pero no por ello iguales. El Mazda MX-5 y el MX-5 RF son dos formas diferentes de ver un mismo concepto. Estamos ante una mera cuestión de estilismo y de pequeños matices. Una decisión que resulta muy fácil tomar.
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Publicado: 14/06/2017 14:00
Si te coges una lista de los 10 mejores inventos ingleses de la historia podrás encontrar la máquina de coser, las chocolatinas, el teléfono, el ordenador, Internet... Lo que no encontrarás en ningún lado son los roadster biplaza. Y es que fueron ellos, a pesar de su mal tiempo, los que los crearon. Sin embargo no supieron hacerlos rentables. Y es ahí donde tomó el testigo el lejano oriente. Japón, y Mazda, se sacaron de la chistera un coche que hoy ya es leyenda; el Mazda MX-5.
De eso hace ya más de 25 años. Los directivos de Mazda cogieron prestada una idea que de por sí ya era buena y la hicieron mejor. Más accesible, pero sobre todo más duradera. Y es que el problema de los pequeños roadster ingleses era su falta de fiabilidad. Parte de la leyenda de la buena fabricación japonesa corresponde al Miata. Es por ello que no resulta extraño que el MX-5, a lo largo de este tiempo, se haya convertido en el roadster más vendido, y posiblemente venerado, del mundo.
Sin embargo los tiempos cambian, evolucionan, y otra de las claves del Miata ha sido la sencillez de elección. Había pocas opciones, al menos de fábrica, y eso por supuesto siempre ha incluido el techo. Un roadster siempre lo imaginamos con la capota blanda, pero el MX-5 ha demostrado que hay vida más allá de ella, y por eso al Soft Top le acompañó una versión de techo duro a partir de la tercera generación. Para la versión lanzada en 2015, la ND, la intención fue la misma, pero resultó una idea bastante compleja de ejecutar. El resultado fue un nuevo Miata, el Mazda MX-5 RF.
Es por ello que hemos decidido saber cuál de los dos es mejor. Una decisión difícil que trataremos de esclarecer en esta comparativa de Miatas, el MX-5 Soft Top vs el MX-5 RF. Hay que decir que ambos coches son iguales, y que ambos coches ya han pasado por nuestras manos de forma individual (prueba Mazda MX-5 2.0 Soft Top), sin embargo enfrentarlos nos hace ver que la elección entre uno u otro puede ser por una mera cuestión estética o de pequeños matices.
Por supuesto el aspecto visual es el que más llama la atención. La decisión de hacer un targa no ha sido en cierto modo querida o buscada, si no necesitada. A la hora de crear el ND, Mazda quiso volver a los orígenes reduciendo el tamaño del Miata, es por ello que el ND tiene unas medidas más semejantes al NA que al NC. Sin embargo quisieron aprovechar la capota dura del último, y por supuesto, ésta no entraba. Así que a los japoneses no se les ocurrió otra que sacar este RF, que lo prefieras o no, resulta espectacular.
Esta es, sin lugar a dudas, la diferencia más notable entre ambos coches. Por lo demás son iguales, tanto por dentro como por fuera. Bueno, para ser sinceros hay un par de cambios en el interior. El primero de ellos es la obligada introducción del botón de accionamiento de la capota, que todo dicho sea de paso tarda 13 segundos en hacer el recorrido completo, la capota dura retráctil más rápida del mercado. Y el segundo cambio es la inclusión de una pantalla LCD en el cuadro de instrumentos. Arroja mucha y valiosa información, y en un tiempo también estará disponible para el Soft Top.
La colección de seguidores del Mazda MX-5 a lo largo del ancho mundo es bastante grande, y aunque para muchos de nosotros los cambios introducidos por el RF no hace sino mejorar la estética y la apariencia del Miata, para los fieles acólitos es casi una bofetada en la cara. Hay que tener en cuenta ese puntito de riesgo que ha corrido Mazda con la creación del RF. Es una cuestión de gustos, y la verdad es que no creo que afecte a la filosofía del coche. Solo es una solución diferente a un problema, como ya explicamos en la prueba particular del Mazda MX-5 RF
Bajo su carrocería y su interior cabe destacar una serie de cambios mecánicos y dinámicos. El RF es exactamente 45 kilogramos más pesado que el Soft Top. Una diferencia que no parece mucha, pero que dado el peso ligero del MX-5 obliga a introducir refuerzos y diferentes ajustes para la suspensión y la dirección. Es aquí donde nos adentramos en el campo de los matices.
Eso sí, no entremos en pánico, ambos MX-5 siguen ofreciéndose con los mismos motores que ya conocíamos. Dos bloques gasolina SKYACTIV-G de 130 y 160 caballos. Potencias cortas pero perfectamente ajustadas para ofrecer la alegría que siempre ha correspondido al pequeño roadster japonés. La salvedad llega en las transmisiones. Hasta ahora conocíamos las cajas manuales de seis velocidades, y ahora el RF incluye como novedad una caja automática con el mismo número de relaciones. Sinceramente no veo la necesidad de hacer esto. El coche pierde todo el sentido.
Comparativa Mazda MX-5 vs MX-5 RF
Ya he dicho que todo en esta comparativa es cuestión de matices, y a la hora de conducir ambos coches, estamos en el mismo caso. Si me centro en el tema del espacio interior, tengo que decir que Mazda, tras más de 20 años, sigue sin dar con la tecla de la habitabilidad. Dentro del Miata se está muy ajustado, de hecho personas por encima del 1.80 lo tienen complicado para ajustarse en los asientos. En este punto el Soft da un poco más de holgura que el RF, apenas son dos centímetros, pero lo suficiente como para estar cómodo o no estarlo.
La solución RF (Retractable Fastback) es ingeniosa desde el punto de vista estético y creativo, pero afecta a la hora de estar cómodo y viajar a gusto. ¿Por qué digo eso? Pues porque los hombros del techo, los paneles que se quedan a la vista, generan un remolino de aire cuando vamos con el techo quitado. Resulta molesto a partir de velocidades medias. El Soft Top suaviza este problema, porque sencillamente el aire fluye sin quedarse atrapado en algún sitio.
Pero dejémonos de problemas, que al fin y al cabo todos asumiríamos a la hora de comprarnos cualquiera de los dos modelos. Si quieres un roadster biplaza económico y divertido solo tienes uno al que echarle el ojo: el MX-5. Las horas de curvas y alegrías las tienes garantizadas en cualquiera de los dos casos, que esto vaya por delante, pero hay pequeñas modificaciones que afectan a la conducción, ligeramente.
Antes he mencionado que los ajustes del RF son diferentes debido al refuerzo de la carrocería y el mayor peso. Los cambios más notables son en la dirección, con un puntito extra de dureza, y la suspensión, que aporta una mayor sensación de aplomo en curva, permitiendo tomarlas de una forma más precisa, más rápida. El RF es un pelín más rígido, más preciso, más deportivo. No mucho, de hecho en la mayoría de los momentos es inapreciable, solo a la hora de entrar en una carretera revirada se dejan ver esos ajustes.
Mazda tomó prestada la idea inglesa de lo que debe de ser un deportivo low cost. Motor delantero, cambio manual y tracción trasera. Una fórmula que lleva repitiéndose a lo largo de la historia. Es una garantía de éxito y diversión, y el MX-5, en cualquiera de sus versiones, la escenifica a la perfección. Jugar con este coche es tan sencillo que resulta adictivo. Descolocar la trasera no requiere mucho esfuerzo, lo mismo que recuperarla. Si por algo los japoneses inventaron eso del Drift.
Si estás dudando sobre qué mecánica elegir, yo recomiendo siempre la opción más potente. Con 160 caballos vas a tener toda la potencia que puedas necesitar e incluso más. El SKYACTIV-G de 1.5 litros y 131 caballos, entrega la potencia de una manera diferente, y es seguro que en más de una ocasión eches de menos algún que otro caballo. Eso sí, lo del cambio automático dejémoselo a otros continentes que solo saben disfrutar de las rectas. El cambio manual es el que hay que coger, y punto.
Otra de las claves de la filosofía Miata ha sido la economía. No es solo por el valor de compra, sino también por el de mantenimiento. Salir a tomar unas curvas no resulta nada caro en ninguno de los dos casos. Puedes ir todo lo alegre que quieras que cualquiera de los dos va a rondar un consumo medio de siete litros a los 100 kilómetros, y para cuando te relajes verás cómo empiezan a asomar, con mucha facilidad, datos muy por debajo de los seis litros de media. Me encanta, gran diversión a un precio muy reducido. Como ir al cine antiguamente.
Conclusiones
No tengas miedo, el MX-5 sigue siendo el MX-5 ya tenga el techo tradicional de lona o el más nuevo y estilizado targa. Sea cual sea la decisión que tomes, ya sea por estilo, precio, clasicismo o lo que te venga en gana, vas a acertar. Aquí no hay respuesta equivocada. La diversión la tienes asegurada tanto con uno como con el otro. Yo te recomiendo, por prestaciones, que escojas la opción más potente de las dos, nunca te quedarás corto.
Para terminar voy a romper una lanza a favor del Soft Top. No me gusta que Mazda haya elevado tanto el precio del RF. Es 2.500 euros más caro que su gemelo de techo blando. Me parece un crecimiento algo exagerado dada la filosofía y el concepto general del coche. En pleno siglo XXI, y con más de 25 años de experiencia acumulada, el MX-5 sigue conservando su esencia. Puede que haya cambiado de cara y línea, pero su base es la misma: hacerte disfrutar de la conducción.