Video prueba MINI Countryman 2017

El modelo más grande y polivalente de la historia de MINI ya está a la venta: se trata del nuevo MINI Countryman 2017. He tenido ocasión de probar la segunda generación del SUV compacto británico y os lo cuento en video.

Video prueba MINI Countryman 2017

14 min. lectura

Publicado: 28/02/2017 09:00

El cambio generacional del MINI Countryman ha traído de la mano una mayor dosis de espacio y funcionalidad. Una evolución necesaria para satisfacer las necesidades de polivalencia de quienes buscan un todocamino compacto, segmento al que entra a competir sin tapujos tras crecer notablemente en todas sus dimensiones.

Así, esta generación F60 es el modelo más versátil y de mayor tamaño en los 58 años de historia de la marca. Ha madurado pero sigue siendo uno de los modelos más innovadores del fabricante británico, como ya lo fue el modelo anterior al ser el primer MINI de cuatro puertas, el primero con cinco plazas y el primero con tracción total. Un estilo propio que dio un magnífico resultado comercial con 540.000 unidades vendidas en todo el mundo.

En su renovación, el SUV compacto premium ha crecido 20 cm en longitud para llevar su carrocería hasta los 4,30 m de largo así que este MINI ya no es tan mini. Su diseño mantiene sus señas de identidad con una rejilla hexagonal del radiador, las tres ventanillas laterales claramente definidas, los voladizos cortos, los pasos de rueda marcados y las luces traseras en vertical.

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El nuevo MINI Countryman (F60) ya está disponible en los concesionarios

Uno de los puntos fuertes de la marca británica es la enorme capacidad de individualización de cada una de las unidades. El catálogo nos ofrece múltiples colores para la carrocería, techo en color de contraste, llantas con varios diseños, colores, carcasas para los retrovisores y medidas y vinilos de todo tipo que hacen posible configurar un Countryman a nuestro gusto.

Por supuesto, las opciones de personalización también están muy presentes en el habitáculo con diferentes superficies, molduras decorativas, tapicerías o tonos de iluminación. Un habitáculo que destaca por una calidad sobresaliente tanto por materiales como por ajustes tal y como se espera de un coche con la etiqueta premium.

En ese sentido el punto que más desluce es el cuadro de instrumentos. Su diseño retro no termina de encajar bien en una atmósfera que mantiene muchos trazos tradicionales pero que visualmente transmite modernidad. La instrumentación, sin embargo, está hecha de un plástico poco atractivo, la forma en la que se muestra el nivel de combustible es poco práctica, el display del ordenador de abordo es pequeño y la iluminación naranja está anticuada. Para complementar esta información se puede equipar un Head Up Display.

En el interior, la calidad de realización es excelente

En el salpicadero no falta el anillo central que integra el sistema de infoentretenimiento. Hay dos tipos de pantalla, una con 6,5 pulgadas y otra de 8,8 pulgadas, en ambos casos con una magnífica calidad de imagen. El sistema multimedia más completo cuenta por primera vez con una pantalla táctil, aunque también se puede manejar a través del mando MINI Touch Controller, e incluye el sistema de navegación Profesional MINI, un disco duro de 20 GB y el novedoso MINI Country Timer que unos párrafos más adelante detallaré cómo es.

El Countryman estrenará la tecnología híbrida de MINI

Las mayores dimensiones exteriores se trasladan al interior ofreciendo una habitabilidad mucho mayor que la de su predecesor. Hay más espacio para las piernas, para los hombros y para la cabeza, tanto delante como detrás. El confort está garantizado con unos asientos que me han fascinado por su buen mullido y ergonomía, además de mostrar un diseño muy cuidado.

En la fila trasera dos personas de 1,90 m de estatura encontrarán espacio más que suficiente e incluso hay sitio razonable para tres. La plaza central se puede aprovechar en recorridos cortos porque, aunque es algo más incómoda que las otras, deja un buen espacio para las piernas ya que el túnel de transmisión no es demasiado intrusivo. Opcionalmente, los asientos traseros pueden modificar la inclinación del respaldo y deslizarse longitudinalmente hasta 13 centímetros.

Las plazas traseras destacan por espacio y modularidad

Una de las ventajas de haber crecido en tamaño es poder ofrecer una capacidad de carga mayor. El maletero tiene 450 litros de capacidad, 100 más que el modelo anterior, y cuenta con un práctico doble fondo. El respaldo abatible del asiento trasero se puede dividir en relación de 40:20:40 ampliando el volumen hasta los 1.390 litros. Como novedad, el portón puede tener un sistema de apertura eléctrico e incluso la función Easy Opener que brinda un acceso manos libres con sólo pasar el pie por debajo del paragolpes (450 euros).

Una de las cosas más curiosas en el equipamiento del nuevo Countryman es la posibilidad de contar con dos asientos exteriores. Se trata de un cómodo cojín opcional (150 euros) denominado MINI Picnic Bench que se coloca en el borde del maletero y permite apoyarse para descansar al aire libre o para quitarse con comodidad las botas de montaña después de una excursión, por ejemplo. Original y diferente.

Encontrar una postura de conducción cómoda es muy fácil gracias a las múltiples regulaciones de volante y asiento. Vamos sentados en una posición elevada y la visibilidad es muy buena gracias a las formas cuadradas de la carrocería, los delgados pilares y los cristales de grandes proporciones.

El diseño es continuista, una clara evolución del modelo de primera generación

Los motores del Countryman, dos gasolina y dos diésel, son compartidos con otros modelos de MINI y todos cuentan con la tecnología TwinPower Turbo. La versión de acceso (Cooper) tiene un motor de gasolina de 1,5 litros, tres cilindros y 136 CV. Ofrece un buen rendimiento y posiblemente sea la elección más razonable, no necesitamos más.

La otra opción de gasolina (Cooper S) es el tope de gama, al menos de momento, y se trata de un motor de 2,0 litros y 192 CV que sobresale por sus prestaciones. En cuanto a las alternativas de gasóleo, tenemos un turbodiésel de 2,0 litros con dos niveles de potencia de 150 CV (Cooper D) o 190 CV (Cooper SD).

La transmisión se confía a una caja manual de seis marchas o a una automática Steptronic con 6 u 8 marchas, según la motorización tenga tres o cuatro cilindros. La caja automática es una maravilla, pero ojo al precio porque aumenta la factura en 1.950 euros. Las versiones Cooper S y Cooper SD puede equipar una caja deportiva Steptronic Sport, aún más satisfactoria porque es más rápida, añade levas tras el volante e incluye una función Launch Control.

Los asientos son muy confortables y presentan diferentes opciones de tapizados, colores y diseños

Además, este SUV será el primer modelo híbrido de la marca británica. Dentro de pocos meses llegará una versión híbrida enchufable MINI Cooper S E Countryman ALL4 con una autonomía de hasta 40 kilómetros en el modo puramente eléctrico. Después del verano se sumará el siempre deseado MINI John Cooper Works Countryman 2017 con 231 CV y una puesta a punto deportiva.

En cualquier caso, deportividad no le falta a las versiones estándar del Countryman. Es algo que se puede acentuar con los modos de conducción MINI Driving Modes. Como sucede en el resto de modelos de la marca existen tres opciones denominadas Green, Mid y Sport que se seleccionan con un mando giratorio en la base de la palanca de cambios. Ajustan la dirección, la respuesta del acelerador, la transmisión (sólo con cambio automático), el control de la gestión energética y del aire acondicionado, la suspensión (sólo con el control electrónico de la suspensión) y el sonido del motor.

El sistema MINI Driving Modes nos recuerda en la pantalla que el Countryman también es capaz de transmitir el go-kart feeling del resto de modelos. Sin embargo no, no es tan divertido de conducir como el resto de modelos de la marca. El SUV británico ha madurado, es más racional y quizá por eso es lógico que no busque tanto ese lado más pasional de la conducción que sí brinda un MINI Hatch, por ejemplo.

Pero ojo, madurar no significa ser aburrido. De hecho el Countryman es uno de los modelos más dinámicos y ágiles del segmento SUV. Es muy preciso, reactivo y aplomado en todo momento así que no tiene el nervio de los modelos más pequeños de MINI pero se disfruta mucho tras el volante. La dirección es directa y la suspensión se muestra firme. Hay tres tipos de amortiguación: estándar, deportiva (225 euros) o control electrónico de la suspensión (525 euros).

Todos los Countryman pueden equipar el nuevo sistema de tracción integral ALL4

La tracción total ALL4 se encuentra disponible para todas las variantes de motor y cuesta 2.200 euros adicionales. Nos da una mayor versatilidad y seguridad pero las aptitudes offroad de este modelo siguen siendo algo limitadas. La carrocería tiene una altura libre al suelo de 165 milímetros, mayor que la del modelo anterior pero aún escasa para superar obstáculos complicados.

Antes de terminar, me queda por explicar qué es el MINI Country Timer. Esta función novedosa “mide la diversión en terrenos difíciles”, según la marca. Se trata de un temporizador que muestran con gráficos en la pantalla del instrumento central el tiempo e intensidad circulando fuera del asfalto a través de los datos recogidos por diferentes sensores y del control dinámico de estabilidad, que registra los trayectos por pistas inclinadas, irregulares o sin firme. No es especialmente útil pero añade un factor de jugabilidad que a más de uno le encantará y, una vez más, aporta un detalle diferente al de otros todocaminos.

El nuevo MINI Countryman se ha convertido en el modelo más práctico que haya tenido la marca jamás pero sabiendo mantener el encanto y personalidad al que nos tiene acostumbrados MINI. Su precio de partida de 27.800 euros es elevado y la tarifa crece rápidamente si echamos mano de la lista de extras, un desembolso que trata de compensar con una gran dosis de calidad y diferenciación.

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