¿Qué es la bomba de agua? Partes, averías y sustitución
La temperatura de trabajo de un motor es vital para su buen funcionamiento y fiabilidad, pues de lo contrario muchos materiales, elementos como juntas y fluidos como el lubricante sufrirán daños irreversibles o perderán sus propiedades.
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Publicado: 24/03/2020 19:04
La bomba de agua es la encargada de mantener bajo control la temperatura, pues tiene como cometido distribuir el fluido refrigerante para así expulsar el exceso de calor hacia el exterior del motor.
Con la ayuda de un termostato y el radiador, hace circular dicho líquido por los conductos que recorren el bloque motor o la culata, formando un recorrido estanco que impida las pérdidas de fluido.
Este equilibrio térmico se consigue a través de la circulación constante del refrigerante, garantizando así las condiciones óptimas de funcionamiento del motor y, por extensión, de la combustión del carburante, de la reducción de emisiones contaminantes, de la lubricación y, en general, del rendimiento del conjunto.
No debemos olvidar que la combustión en el interior de los cilindros somete a los elementos mecánicos a temperaturas extremas que, si no se contrarrestan con una buena refrigeración, acaban provocando roturas terminales o lo que solemos conocer como gripado del motor.
Partes que forman una bomba de agua
En la actualidad las bombas de hierro han dejado paso a las de aluminio fundido, que suelen estar formadas por los siguientes elementos principales:
- Hélice
- Polea
- Eje de rodamiento
- Eje armado
- Cierre
La hélice se conecta a la polea a través del eje de rodamiento, que suele estar a su vez movido por la correa de distribución o, en algunos casos, por otra correa de servicio o accesorios auxiliares.
Dos elementos vitales en el funcionamiento de la bomba son el eje armado y el cierre, pues son los que aseguran la estanqueidad del conjunto y, si fallan, provocarán sobrecalentamiento en el motor.
Causas de avería en la bomba de agua
Generalmente, las averías en la bomba de agua están relacionadas con la tensión de la correa de accionamiento o con una fuga de líquido refrigerante. Además, la calidad de este incide directamente en la durabilidad de la bomba, así como la frecuencia de sustitución del mismo para evitar que pierda sus propiedades.
Otro de los elementos que más daño puede hacer a una bomba de agua es la errónea creencia de que el agua puede actuar como líquido refrigerante, especialmente en los vehículos modernos en los que el cloro puede oxidar la misma al reaccionar con algunos de los materiales que se utilizan para los motores de última generación. Ello no sólo afecta a la bomba en sí, sino también a elementos como el radiador o la tapa de los cilindros, entre otros.
Las consecuencias de tales fallos desembocan siempre en problemas graves, bien por sobrecalentamiento, como por desacoplamiento o rotura de la correa de distribución o de servicio, que casi siempre implica una avería irreparable en el motor.
Cómo evitar una avería en la bomba de agua
Podemos detectar varios indicios que nos otorguen pistas sobre una posible avería en la bomba de agua, lo que generalmente sucede a consecuencia de un fallo en las juntas, el eje o una de las paletas de la hélice.
- Comprobar si hay goteo de líquido refrigerante o ruidos metálicos con el motor al ralentí.
- Controlar la temperatura para que nunca sobrepase el límite (la ideal es de 95 ºC, pero algunos motores pueden llegar a 104 ºC sin problemas).
- Comprobar el nivel del líquido refrigerante, utilizar el requerido por el fabricante y desechar el de mala calidad.
- Sustituir la correa de distribución cuando lo indique el fabricante, pues es la que se encarga generalmente del giro de la bomba de agua. Evitar que esta se tense en exceso para que no fuerce el eje de rodamiento.
Cuánto cuesta cambiar una bomba de agua
Una bomba de agua nueva implica un coste de entre 60 y 160 euros, pero para que la inversión no pase de ahí deberemos montarla nosotros mismos. Y es que el verdadero desembolso es el de la mano de obra que implica cambiarla en un taller, lo que puede terminar costando del orden de 400 euros.
El proceso no es sencillo ni rápido, pues conlleva varios pasos:
- Vaciar el circuito de refrigeración con el vehículo elevado y el motor frío.
- Desmontar la correa de distribución o de accesorios, dependiendo de cuál mueva la bomba de agua.
- Retirar las mangueras conectadas a la bomba para finalizar el vaciado.
- Soltar el tornillo de anclaje y retirar la bomba.
- Limpiar con cuidado los residuos de las juntas.
- Secar la superficie de contacto del orificio.
- Iniciar el proceso de montaje creando una junta similar a la anterior con masilla o utilizando la misma si está en buen estado.
- Colocar la bomba y apretar el tornillo de anclaje.
- Conectar las mangueras y la correa que mueve la bomba de agua.
- Bajar el coche al suelo y rellenar el circuito del líquido de refrigeración.
- Expulsar el aire del circuito aflojando las válvulas de purga.
- Calentar el motor con el capó abierto para ir rellenando el líquido refrigerante a medida que baja el nivel.
- Esperar a que la temperatura suba para que se active el ventilador.
- Cuando el ventilador se pare, abrir el depósito para aliviar la presión y rellenar de nuevo si es necesario.
- Una vez completado el proceso, dejar que el motor se enfríe durante unas cuatro horas antes de volver a utilizarlo.