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La bomba de gasolina, un componente vital en los vehículos de combustión interna. Desde su funcionamiento básico hasta su importancia en el rendimiento y la fiabilidad del vehículo, exploraremos a fondo el papel crucial de la bomba de gasolina en el sistema de alimentación de combustible.
El buen funcionamiento de un motor depende en gran medida de la calidad del suministro del combustible al motor, algo en lo que tiene mucha influencia el tipo de combustible utilizado, los inyectores del motor y, por supuesto, la bomba de combustible.
En esta ocasión nos vamos a detener a analizar en profundidad la bomba de gasolina, que es la encargada de garantizar que los inyectores reciban el flujo de combustible necesario a través de los rieles, extrayendo para ello el carburante del depósito en el que se encuentra alojado y que hemos llenado previamente en la operación de repostaje.
Además, este suministro debe ser constante y controlado, algo que se consigue a través de un regulador de presión.
Actualmente, la mayoría de las bombas de gasolina son eléctricas y funcionan a 12 voltios (V), siendo colocadas generalmente en el interior del depósito de combustible o cerca de él. En los coches antiguos dotados de carburador, está colocada en el motor y utiliza un diafragma accionado por el eje de levas.
En cuanto a la presión, es necesario que la rampa de inyectores cuente con un mínimo de 2 bares, debiendo llegar hasta cuatro a medida que aumentamos la velocidad y, por tanto, las revoluciones a las que debe trabajar el motor de nuestro vehículo.
Muchos conductores tienen la costumbre de circular con su vehículo en reserva durante bastantes kilómetros, pero eso no es recomendable en absoluto pues lo único que conseguiremos será que los residuos sólidos almacenados en la base del depósito pasen al circuito de alimentación de combustible, obstruyendo y dañando algunas de sus partes. Esto es especialmente dañino para los inyectores, que trabajan con unas tolerancias muy pequeñas de pulverización del carburante.
En lo que respecta exclusivamente a la bomba de gasolina tampoco es aconsejable, pues el combustible es el que sirve de líquido refrigerante para la misma al encontrarse dentro del depósito. Si apuramos la reserva, este será insuficiente para cubrir la bomba y esta correrá riesgo de sobrecalentamiento.
Como cualquier otro elemento de un vehículo, la bomba de gasolina es susceptible de sufrir deterioro o avería, algo que podemos llegar a anticipar conociendo algunos de los síntomas más habituales:
Esto puede ocurrir porque la bomba no funciona correctamente y no llega combustible a los inyectores o lo hace a presión insuficiente. A su vez, ello impedirá que los cilindros reciban el carburante suficiente para generar la combustión y arrancar el motor.
Si conseguimos que arranque algunas veces, lo más probable es que el problema esté en los contactos eléctricos, que no son capaces de proporcionar el voltaje necesario. Otra causa puede ser un fallo en el relé de la bomba.
En este caso puede darse un agarrotamiento de la bomba y debemos acudir a un taller mecánico para su reparación.
Si el filtro de combustible está obstruido, repercute en el funcionamiento de la bomba, pues esta no es capaz de suministrar gasolina a presión constante y en suficiente cantidad. A consecuencia de ello, el motor funciona a tirones dependiendo de la cantidad de carburante que reciba.
Explicación sencilla del funcionamiento de una bomba de combustible eléctrica.
Para determinar con cierta exactitud si es la bomba de gasolina lo que está fallando o es otro elemento del motor -como una bujía, la sincronización del motor o los inyectores-, podemos seguir estos sencillos pasos:
Como ya hemos avanzado anteriormente, lo primero y más sencillo es no circular con poco combustible en el depósito para asegurar así su correcta refrigeración. Pero, si llegamos al punto en que es necesario repararla o sustituirla, debemos saber que, al igual que ocurren con muchos otros elementos de un vehículo, el mayor coste viene propiciado por la cantidad de horas de mano de obra que precisa.
Cuando es posible reparar la bomba de gasolina, el coste partirá de los 60 euros más la mano de obra necesaria, generalmente entre una y dos horas. Si lo que queremos es realizar la operación nosotros mismos, debemos seguir los siguientes consejos:
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