La caja de cambios: partes, tipos y posibles averías

Este elemento indispensable para el funcionamiento de un automóvil se encarga de transferir el par motor a las ruedas para que estas se pongan en movimiento. Cuando el vehículo adquiere velocidad, permite adaptar el mencionado par motor a las necesidades de velocidad y fuerza en función de las circunstancias.

La caja de cambios: partes, tipos y posibles averías

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Publicado: 25/07/2019 12:18

Al seleccionar una marcha con la palanca de cambios de nuestro coche, se activa el selector de ejes, que serán movidos por el motor. El dispositivo sincronizador protegerá el cambio de marcha hasta igualar la velocidad de los engranajes. Como regla general, con la primera marcha se logra que las ruedas giren a un tercio de la velocidad generada por el motor, pero con el triple de fuerza. Las marchas sucesivas permiten aumentar la velocidad a costa de fuerza de un modo similar al de los platos y los piñones de una bicicleta.

Partes que forman la caja de cambios

La caja de cambios cuenta con una serie de ruedas dentadas que se disponen en tres árboles:

  • Primario: recibe el movimiento a la mismas revoluciones de giro del motor y en su mismo sentido. En las cajas longitudinales suele llevar únicamente un piñón conductor.
  • Intermedio: Inexistente en las cajas transversales, es el denominado contraeje u opuesto y consta de un piñón corona que engrana con el árbol primario, así como de varios piñones que forman parte de un todo con el eje y que giran en el sentido opuesto al motor.
  • Secundario: Consta de varios engranajes conducidos que están sueltos, pero pueden unirse mediante un sistema de desplazables. Su sentido de giro coincide con el del motor si se trata de una caja de cambios longitudinal y es opuesto en el caso de las transversales.

Eje de marcha atrás: lleva un piñón interpuesto entre los árboles intermedio y secundario (caja de cambios longitudinal) o entre el primario y el secundario (transversal). De ese modo, invierte el sentido de giro habitual del árbol secundario. En este caso el dentado es recto y no helicoidal.

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Carcasa: se trata de la cubierta que protege todos los componentes de la caja de cambios, además de asegurar la lubricación de los mismos, pues está llena de aceite. Suele estar fabricada en acero, aluminio o magnesio.

Tipos de cajas de cambios

Manual: es la más común y acostumbra a tener tres ejes. El eje primario recibe el par motor a través del embrague y lo transmite al eje intermedio. El conductor debe alterar la transmisión a través de la palanca de cambios.

Automática pilotada: es un tipo de caja automática que incluye un control electrónico para embrague y caja de cambios. Suele contar con dos embragues, uno para las relaciones pares y otro para las impares. Dentro de las cajas automáticas, es la de menor coste.

Automática con convertidor de par: tiene un convertidor que comunica la caja de cambios con la transmisión. Está dotada de trenes epicicloidales y es muy pesada, pero ofrece un buen rendimiento y es resistente. Su principio básico es tener la siguiente marcha preparada para reducir el tiempo de la operación.

Automática de variación continua: Es muy frecuente en ciclomotores, pero este tipo de caja (CVT) es poco utilizada en coches. Incorpora un controlador electrónico.

Posibles averías en la caja de cambios

En las cajas manuales, los síntomas a tener en cuenta son los siguientes:

Bloqueo al intentar cambiar de marcha: Los bolillos de seguridad bloquean el acceso a más de una marcha a la vez, pero si se desgastan entrarán dos a la vez y el eje secundario se quedará atascado al girar a dos velocidades diferentes. Hay que colocar bolillos nuevos.

Ruido al meter una marcha: probablemente hablamos de un desajuste del embrague, algo que se suele solucionar con la tensión del cable del embrague y el reajuste del tope para que la operación de desembrague sea completa. Conviene revisar el desgaste de los sincronizadores y el estado de los anillos.

Dificultad para meter marcha: el mando del embrague podría estar desajustado y habría que tensar de nuevo el cable. En caso de persistir, es recomendable lubricar y ajustar el varillaje de accionamiento del cambio.

En lo que respecta a las cajas de cambios automáticas, los síntomas pueden ser:

Las marchas resbalan al intentar cambiar: mala lubricación, reponer el nivel de aceite.

Aceleración pobre en todas las marchas: Avería en el convertidor de par que impide que el rodamiento unidireccional funcione. Comprobar antes el nivel de aceite.

No cambia de marchas: avería general o mal ajuste del mando. Verificar presiones y ajustar el mismo o realizar revisión completa en el taller.

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