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El cigüeñal es una pieza fundamental del motor de combustión interna. Su diseño robusto y precisión en la ingeniería permiten la transformación del movimiento alternativo en potencia continua, impulsando la eficiencia y el rendimiento de los vehículos modernos.
Cuando se produce la combustión en el interior de los cilindros, esta mueve los pistones que trasladan dicha energía a través de las bielas al cigüeñal, que a su vez está conectado al volante motor.
A través del embrague en una caja de cambios manual o de un convertidor de par en una automática, este movimiento es finalmente transmitido a las ruedas.
Así pues, el cigüeñal se encarga de transformar el movimiento lineal de los pistones en circular que pueda ser utilizado para mover las ruedas a través de la transmisión. Las bielas son en cierto modo como los pedales de una bicicleta que hacen girar, en este caso, el cigüeñal.
En esencia, se trata de una sucesión de movimientos lineales y giratorios que finalizan con el vehículo desplazándose a partir de la combustión del carburante y el oxígeno, pero la pieza clave para transformar dicha energía lineal en circular es el cigüeñal.
Este elemento situado en el interior del bloque motor consta de varias piezas que cumplen distintas funciones:
Vídeo en el que podemos ver con exactitud la situación y fisonomía de un cigüeñal en el motor.
En la actualidad se utilizan diversos materiales de aleación para fabricar un cigüeñal, pero todos ellos deben cumplir determinadas características para satisfacer las necesidades de velocidad, fiabilidad y potencia del motor en el que vayan instalados:
Los elementos que componen el cigüeñal están en constante rozamiento y ello puede provocar un excesivo desgaste en los cojinetes, inconveniente que se soluciona con su sustitución.
Pero en ocasiones lo que se genera es un desgaste en la forma de los apoyos o las muñequillas, momento en el que se hace necesario un rectificado antes de que el motor falle y ocasione una avería y coste de reparación mucho mayor.
En este caso lo que se hace es que se rebaja la superficie dañada lo mínimo posible para evitar variar la posición inicial de la zona. Para ello se utilizan muelas abrasivas y posteriormente se realiza un tratamiento de pulimentado que evite imperfecciones. Finalmente, se aplica un control de alineación de los apoyos y las muñequillas mediante un reloj comparador.
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