Qué es el comburente y cómo influye en un motor
El comburente es el encargado de oxidar el carburante para hacer posible la combustión. En el motor de un vehículo, el comburente es el oxígeno, que debe estar presente en una concentración concreta.
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Publicado: 11/05/2022 13:53
La combustión es una reacción química que genera energía a partir de un material oxidable y otro oxidante. En el motor de un coche de combustión, el material oxidable es el carburante, es decir, el combustible. Puede ser gasolina, gasoil, gas, bioetanol, etc.
El oxígeno es el comburente, el elemento que hace posible la oxidación, la combustión. Y, por tanto, la generación de energía. En líneas generales, el oxígeno es el comburente más común y, además de en motores, se utiliza para oxidar moléculas de glucosa de los alimentos. Pero existen más tipos de comburente:
- Las lejías líquidas o en polvo contienen hipocloritos, que suelen descomponerse cuando les impacta la luz o el calor.
- El agua oxigenada, también conocida como peróxido de hidrógeno, es un líquido sumamente oxidante. Por ello, es capaz de generar combustión espontánea en presencia de cierta materia orgánica.
- La mayoría de los compuestos que contienen Cerio, un elemento químico fácilmente oxidable y que se utiliza en el sector industrial.
Proporción adecuada de comburente en un motor
Los motores necesitan una proporción adecuada de carburante y comburente para realizar una combustión óptima. Es lo que llamamos proporción estequiométrica.
Pero esta proporción es variable en función de las necesidades de cada motor y sus circunstancias concretas de funcionamiento. Para calcular la proporción estequiométrica adecuada entra en juego el factor Lambda, que es el que determina la proporción de aire y combustible que debe mezclarse en el cilindro para producir una combustión ideal.
Como patrón de referencia, se establecen las siguientes proporciones estequiométricas para cada tipo de motor:
- Motor de gasolina: 14,7 partes de aire por cada una de gasolina.
- Motor de gasoil: 14,5 partes de aire por cada una de gasoil.
- Motor de etanol: 6,7 partes de aire por cada una de etanol.
- Motor de GLP: 15,63 partes de aire por cada una de gas licuado de petróleo.
- Motor de GNC: 17,4 partes de aire por cada una de gas natural comprimido.
Pero, como hemos dicho, cada situación requiere un ajuste de esta mezcla, ya que no es lo mismo un motor que arranca en frío que uno ya caliente. Otros elementos, como el catalizador, exigen una mezcla más rica con el objetivo de ofrecer el máximo rendimiento con menor porcentaje de emisiones contaminantes.
La mezcla pobre incorpora mayor cantidad de comburente
En función de ello, la mezcla de carburante y comburente, es decir, de combustible y oxígeno, se denominará mezcla rica o pobre. La rica, a la que acabamos de hacer referencia, cuenta con una mayor cantidad de combustible. La pobre incorpora mayor cantidad de oxígeno (factor lambda mayor de 1, es decir, superior a la proporción estequiométrica correspondiente al tipo de motor).
De gestionar y controlar todo esto se encarga la centralita electrónica o ECU, que se sirve de la información que le proporcionan los sensores del motor para calcular las necesidades del mismo en cada momento.