EBD: qué es y en qué se diferencia del ABS

El «Electronic Brake Distribution», o sistema de distribución electrónica de frenado, es uno de los mecanismos de seguridad activa que equipan los vehículos modernos. El EBD monitoriza y regula la frenada de cada rueda para maximizar su efectividad.

EBD: qué es y en qué se diferencia del ABS
El EBD mejora la frenada de un vehículo.

8 min. lectura

Publicado: 14/09/2020 18:24

A la hora de frenar, cada rueda de nuestro vehículo se encuentra en una situación distinta, pues el firme no tiene por qué contar con el mismo agarre, ya que podemos encontrarnos ante baches, tierra o cualquier otro elemento que propicie un deslizamiento o disminución del agarre en una o varias ruedas.

De igual modo, la transferencia de pesos propicia que no todas las ruedas soporten el mismo peso ni las mismas inercias, por lo que pensar que aplicar la misma cantidad de frenado a todas las ruedas por igual es lo más efectivo sería un error.

Por ello y muchas otras cuestiones, la seguridad activa de los vehículos modernos se basa en gran medida en sistemas electrónicos como el EBD, que regulan el sistema de frenado para maximizar la capacidad de detención del mismo. Pero, aunque hay quien cree que su función es la misma que la del ABS, no es así y lo vamos a ver en las próximas líneas.

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En qué se diferencia el ABS del EBD

El ABS o sistema de bloqueo de frenos tiene como principal misión evitar que se produzca un bloqueo a la hora de frenar, lo que propicia pérdida de adherencia del neumático y que la distancia de frenado se alargue.

Vídeo en el que se explica el funcionamiento del sistema EBD.

No sólo eso, pues si necesitamos girar al encontrarnos con un obstáculo o trazar una curva, el patinaje evitará que la dirección nos obedezca. Por ello, el ABS se sirve de una serie de sensores que determinan cuando se produce dicho derrapaje, liberando parcialmente los frenos para que la rueda vuelva a tener adherencia, frene más y permita girar.

De ahí que, con los vehículos antiguos, se nos recomendara que, cuando nos encontráramos ante la necesidad de frenar fuerte, lo hiciéramos de manera intermitente para evitar un patinaje prolongado. En la actualidad, el ABS se encarga de hacerlo automáticamente para que la operación sea lo más efectiva posible.

Ventajas del ABS

  • Previene el bloqueo de las ruedas
  • Reduce la distancia de frenado
  • Aumenta el control sobre el vehículo
  • Maximiza la capacidad de frenado en todas las condiciones

Por su parte, el EBD también es un sistema controlado electrónicamente a través de sensores y una centralita (ECU), actuando además sobre el sistema de frenado. Sin embargo, este se encarga de analizar las condiciones en las que debe frenar cada rueda del vehículo, para así determinar qué tipo de frenada necesita cada una de ellas.

En cierto modo, el EBD actúa de manera preventiva, mientras que el ABS entra en funcionamiento cuando ya se ha producido el problema. Y es que, cuando frenamos, cada rueda se encuentra ante un firme distinto y bajo unas fuerzas e inercias diferentes, por lo que cada una de ellas necesita una aplicación de los frenos que se ajuste a dichas necesidades.

Pongamos como ejemplo una frenada en línea recta. En ese caso, y suponiendo que el firme sea uniforme en cuanto a superficie y baches, al aplicar el freno el peso del vehículo se desplaza hacia adelante, por lo que los frenos de ese eje necesitarán más fuerza que los traseros. De lo contrario, los delanteros no tendrían fuerza suficiente para detener el vehículo de manera efectiva, o los traseros bloquearían las ruedas al haber perdido dicho eje gran parte del peso.

Bien es cierto que los vehículos sin sistema EBD cuentan con una válvula de regulación hidráulica que ayuda a distribuir la frenada, pero esta no es suficiente en circunstancias menos ideales que la descrita anteriormente. Por ejemplo, con carga en el vehículo, a gran velocidad, sobre pavimento irregular o en curva.

Es en estas situaciones en las que el EBD desarrolla todo su potencial, pues es capaz de monitorizar la velocidad y el agarre de cada rueda de manera independiente para determinar qué intensidad de frenado necesita cada una de ellas, contribuyendo de ese modo a mantener equilibrado el vehículo y minimizando la necesidad de entrada en funcionamiento del ABS. De manera esquemática, podemos decir que el EBD proporciona las siguientes ventajas:

  • Mejora la estabilidad y reduce la distancia de frenado.
  • Aumenta el agarre en la carretera.
  • Maximiza la eficiencia de frenado

¿Cómo funciona el EBD?

El sistema de distribución electrónica de frenado cuenta con sensores que envían diversa información a la centralita, que a su vez controla el distribuidor de fuerza de frenado. Hablamos de datos como el de rotación de cada rueda, a partir del cual se puede determinar el esfuerzo que esta debe realizar para frenar o si el giro es tal que se está produciendo un deslizamiento.

Las válvulas moduladoras son las encargadas de regular la fuerza de frenado a través del control del suministro de líquido de frenos, determinando la potencia que cada rueda debe recibir. Al ajustar las válvulas hidráulicas, se envía más fuerza a las ruedas que soportan más carga, equilibrando así la adherencia. Finalmente, tenemos el sensor de guiñada, elemento encargado de medir la velocidad angular sobre el eje vertical, es decir, la orientación del coche en las curvas.

El EBD es, por tanto, un práctico sistema de seguridad activa que nos ayudará a frenar el vehículo del modo más eficiente posible, minimizando además el riesgo de derrapaje y/o pérdida de control del mismo. Y, en combinación con el ABS, supone una gran diferencia en nuestro beneficio personal y el del resto de usuarios de la vía.

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