Kit antipinchazos: qué es y cuáles son sus ventajas y desventajas
Cuando sufrimos un pinchazo en un neumático en plena carretera, el kit antipinchazos es una de las soluciones que tenemos para salir del paso. Pero ojo, porque no siempre son la opción ideal o son efectivos.
Los pinchazos en la carretera son más comunes de lo que te crees. En función del equipamiento de tu vehículo, este podría tener la clásica rueda de repuesto original, una rueda de emergencia (también conocida rueda de galleta), o bien un kit antipinchazos.
Nos centramos en esta última opción, la más económica y la que menos espacio ocupa en el maletero de las tres.
Qué es un kit antipinchazos
Conocido también como kit reparapinchazos, se trata de un conjunto de utensilios que nos permiten reparar rápidamente un pinchazo en el neumático. El kit convencional como tal incluye un bote con espuma sellante y un compresor (que se debe conectar al mechero del vehículo), con un precio que puede rondar los 30-50 euros.
Sin embargo, puedes adquirir estos elementos por separado, o recargar el bote de espuma una vez que lo has usado (o este ha caducado), o bien recurrir a otro tipo de soluciones llamadas mechas, más económicas todavía.
Los kit antipinchazos cumple la función de solucionar un pinchazo común, provocado por ejemplo por un tornillo. Pero ojo, porque no podrá arreglar un reventón: este último se produce cuando el neumático pierde la totalidad del aire en cuestión de segundos por una rotura grande en la banda de rodadura.
Tipos de kit antipinchazos y cómo usarlos
Lo más habitual es hablar de tres tipos de kit reparapinchazos, aunque dos de estos son mucho más habituales que el primero que vamos a mencionar: el estándar sin espuma, que dispone de una masilla que se introduce en el pinchazo y lo vulcaniza (como las mechas que comentábamos antes).
Lo más habitual es recurrir a un kit antipinchazos convencional, del cual hay dos tipos: el manual y el automático, ahorrándonos un paso en este último tipo. Toma nota de cómo se utilizan:
Kit antipinchazos manual: deberás conectar el bote de la espuma sellante a la válvula del neumático usando un tubo y vaciar el contenido en el interior de la rueda. Posteriormente, desconecta el tubo e hincha la rueda con el compresor.
Kit antipinchazos automático: en este caso, el bote sellante se conecta al compresor de aire y, a su vez, el tubo del compresor va a la válvula de la rueda. Al enchufarlo al mechero del coche, el compresor introduce la espuma junto con el aire hasta alcanzar la presión adecuada.
Tras sufrir el pinchazo mientras conduces y antes de llegar al paso de inyectar la espuma sellante, debes seguir unos pasos importantes por motivos de seguridad:
Lo primero que debes hacer es advertir del peligro al resto de usuarios de la vía: activa las luces de emergencia y busca un lugar lo más seguro posible para detener el vehículo.
Coloca la baliza de emergencia V-16 o, si todavía no la tienes, deberás señalizar tu posición con los triángulos de emergencia. Antes de bajar del coche, acuérdate de ponerte el chaleco reflectante.
A continuación, siempre que sea seguro, procede a utilizar el kit antipinchazos en función del tipo que hayas comprado o que tengas en el maletero. Prioriza la seguridad: si no puedes realizar la maniobra de forma segura, llama a los servicios de asistencia para que te ayuden.
Es recomendable que, tras recorrer varios kilómetros después de usar la espuma sellante, hagas alguna parada que otra para comprobar que el neumático esté en buen estado y que no haya perdido presión. Estate pendiente del testigo de presión de los neumáticos, si lo tuviera tu vehículo, por si te alertase de alguna pérdida de aire.
Ventajas y desventajas del kit antipinchazos
De un tiempo a esta parte, cada vez es más habitual encontrarnos con kit antipinchazos cuando compramos un vehículo nuevo. Lo más normal es que, en el momento de adquirirlo, tengamos la opción de elegir, como equipamiento extra, la rueda de repuesto o de emergencia.
Sin embargo, el kit antipinchazos se ha destapado como una opción cada vez más interesante para todos: por espacio, ya que el maletero puede ofrecer más capacidad de almacenamiento; por peso, porque al ahorrarnos la rueda (sobre todo la original) arrastramos unos kilos de menos, consiguiendo así un mejor consumo de combustible; y cómo no, por coste, ya que uno de estos kit es mucho más barato que una rueda de repuesto.
Además, con la llegada de los nuevos vehículos híbridos y eléctricos (también los de gas), la colocación de los grandes kits de baterías (o depósitos de gas) va, en la mayoría de casos, en detrimento del espacio disponible en el maletero. Por este motivo, directamente muchos fabricantes ni siquiera dan como opción la rueda de repuesto.
¿Cuál es la mejor opción de las tres? Repasemos, en este caso, las ventajas que tienen los kit antipinchazos:
Son más baratos respecto a la rueda de repuesto original y a la de emergencia.
Ocupan mucho menos espacio en el maletero.
Permiten continuar la marcha con un menor esfuerzo físico, ya que el procedimiento antes descrito es menos engorroso: evita tener que cargar con la rueda de repuesto, aflojar las tuercas, levantar el vehículo…
Como desventajas de sus principales 'rivales', las ruedas de repuesto originales ocupan mucho espacio en el maletero y son más pesadas, pero son las más seguras. Las ruedas de galleta no permiten superar los 80 km/h, ya que ofrecen menos agarre y seguridad, y se recomienda no circular con ellas más de 200 kilómetros.
No parecen muchas ventajas a favor de los kit antipinchazos, pero son importantes. En cambio, conviene conocer también las desventajas:
El procedimiento para hinchar y sellar la rueda es lento: puede durar tranquilamente 15 minutos hasta que podemos seguir circulando.
Como decíamos, solo pone solución a pinchazos comunes, no a roturas ni reventones.
La espuma selladora tiene una caducidad de 4 años, por lo que deberemos estar atentos para reemplazarla si no queremos llevarnos un susto cuando necesitamos utilizarla.
No es una solución permanente: luego tendrás que sumarle el coste de reparación o sustitución del neumático en el taller. Además, la fórmula agresiva de estos líquidos reparadores podría dejar a posteriori el neumático inservible.
Si te ha pillado en pleno viaje, deberás comprobar cada varios kilómetros que el neumático no va perdiendo presión después de su reparación.