¿Qué es el sobreinflado?
Tan malo es ir con una presión de neumáticos baja como ir con una carga de aire excesiva. Este último caso es el que conocemos como sobreinflado y, al igual que el efecto opuesto, resulta peligroso por diferentes motivos que vamos a analizar.
Aunque un neumático presenta muchas partes y secciones la principal es la banda de rodadura. Esos escasos centímetros, que son los que entran en contacto con el asfalto, son los únicos que mantienen el vehículo unido a él. Por ese motivo es tan importante que el neumático asiente bien sobre la superficie en todo el ancho de la banda de rodadura.
El sobreinflado es el efecto de insuflar exceso de aire al interior de los neumáticos. Y cuando cometemos el error de ir con los neumáticos sobreinflados dicho contacto óptimo se pierde. El exceso de aire hace que únicamente una parte de la banda de rodadura esté en contacto con el asfalto, la central, por lo que el neumático no trabaja al 100% de sus capacidades, con el consabido riesgo que eso supone.
Problemas del sobreinflado
Como ya decimos, tan malo es el sobreinflado como el subinflado del que ya te hemos hablado. En ambos casos provoca una pérdida de adherencia, pero en el caso particular del sobreinflado además conlleva otros problemas que os detallamos a continuación:
- Pérdida de confort en el habitáculo
- Aumento del ruido de rodadura
- Desgaste acelerado y desigual del neumático por el centro
- Reducción del agarre
- Aumento de la distancia de frenado
- Mayor probabilidad de pinchazo y/o reventón
Cómo arreglar el sobreinflado y recomendaciones
El sobreinflado ocurre cuando se nos va la mano con la bomba del aire. Lo más recomendable es revisar de forma periódica la presión de los neumáticos, ajustándola en todo momento a lo recomendado por el fabricante en el libro de mantenimiento de nuestro coche. La solución a este problema es tan sencilla como eliminar el aire sobrante del neumático con la ayuda de un manómetro.
Podremos detectar el problema mientras conducimos si notamos una excesiva dureza del coche en los baches. Dado que el neumático también actúa como un elemento amortiguador, llevar la presión elevada hace que el coche se comporte de forma más rígida. Los vehículos más nuevos llevan instalados de fábrica sensores de medición de la presión que nos alertarán tanto del sobreinflado como del subinflado.
Cuando realicemos la medición, debemos intentar hacerla con los neumáticos fríos. Se considera que, cuando se ha recorrido más de un 1 kilómetro, ya han ganado presión y por tanto debemos sumar 0,2 bares a la presión recomendada para compensar dicho aumento.