Qué es un vehículo mixto adaptable, qué diferencias tiene y cómo convertirlo en turismo

Los vehículos mixtos adaptables ofrecen una versatilidad única que se adapta a las necesidades cambiantes de los usuarios. Estos vehículos representan una solución práctica para aquellos que buscan la funcionalidad de una furgoneta junto con la comodidad de un turismo.

Qué es un vehículo mixto adaptable, qué diferencias tiene y cómo convertirlo en turismo
Los vehículos mixtos adaptables, a diferencia de los comerciales, cuentan con filas de asientos para pasajeros.

5 min. lectura

Publicado: 23/11/2023 18:15

En este artículo, exploraremos a fondo las características distintivas de estos vehículos y examinaremos las cualidades inherentes de los vehículos mixtos adaptables, así como el proceso administrativo para convertirlos oficialmente en turismos.

Este trámite, a menudo desconocido para muchos propietarios, es esencial para garantizar el cumplimiento de las normativas y disfrutar de los beneficios asociados con la categoría de turismo.

¿Qué es un vehículo mixto adaptable?

Es un vehículo que puede utilizarse para transportar carga o personas (hasta 9 plazas) tanto simultánea como alternativamente. Es decir, es un vehículo pensado para realizar tareas laborales, pero también para el transporte de personas.

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Para que un vehículo sea considerado un VMA debe cumplir dos condiciones básicas:

  1. Tener una altura igual o mayor a 1,80 metros.
  2. Su propietario debe ser autónomo o una empresa y el vehículo tiene que estar sujeto a una actividad económica en, al menos, un 50 %.

Los vehículos mixtos adaptables ofrecen algunas ventajas. En primer lugar, su versatilidad. Pueden utilizarse para transportar mercancías, personas o una combinación de ambos. También su capacidad de carga, lo que los hace ideales para transportar mercancías voluminosas o pesadas.

Las popularmente llamadas furgonetas pueden ser homologadas como turismo o vehículo mixto adaptable.

Además, los VMA suelen ser más baratos porque permiten desgravar al menos el 50 % del IVA de la compra y el uso del vehículo, en función de qué porcentaje de su uso esté dedicado a la actividad profesional. Los vehículos mixtos adaptables también están exentos del pago del impuesto de matriculación.

Algunas de las desventajas de los VMA son que la velocidad máxima a la que pueden circular en autopista y autovía es de 100 km/h. Además, deben pasar la ITV cada dos años hasta que cumplan seis. A partir de ese momento, lo harán anualmente.

Finalmente, estos vehículos tampoco pueden utilizar los carriles reversibles, salvo que estén catalogados como cero emisiones.

¿Cómo saber si mi coche es turismo o mixto?

Para saber si un vehículo ha sido matriculado como mixto adaptable, consulta la casilla «CL» de la tarjeta de inspección técnica. Si el código numérico empieza por «10», será un turismo. Si empieza por «31», será mixto adaptable.

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¿Puedo cambiar un vehículo de mixto adaptable a turismo?

El primer paso es comprobar si el fabricante ha homologado el modelo para ambas opciones. Para ello, basta con consultar la homologación específica de la ficha técnica.

La letra «C» indica que el vehículo ha sido fabricado para ser utilizado como vehículo mixto de categoría N1, por lo que no puede convertirse en turismo (M1) al no cumplir con la normativa de seguridad.

Si no es el caso y ha sido homologado para turismo, debes solicitar al concesionario de la marca un certificado de conformidad del fabricante, que tendrá un coste aproximado de 100 euros.

Los vehículos mixtos adaptables suelen contar con cinco plazas y un amplio espacio de carga.

Una vez en tu poder, acude a una estación ITV para pasar una inspección no periódica y tramitar así la nueva documentación del vehículo. Lleva, además del certificado, la ficha técnica y el permiso de circulación.

Eso sí, antes es aconsejable que te informes de si debes hacer alguna modificación para poder pasar la inspección. Generalmente asuntos relativos a la seguridad (presencia de reposacabezas en todas las plazas, cinturones de seguridad, etc).

Finalmente, acude a una Jefatura de Tráfico para registrar el vehículo, un trámite que suele costar entre 100 y 200 euros.

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