El Subaru Impreza es un compacto bastante desconocido en nuestro mercado, pero con historia. Un modelo que ha evolucionado adoptando la denominación EcoHybrid -como sus hermanos de catálogo- y, por tanto, convirtiéndose en un modelo con mecánica híbrida enchufable. Esta mecánica la componen un motor gasolina de 150 CV y otro motor eléctrico de 17 CV de potencia. A diferencia de sus rivales híbridos no enchufables, el Subaru Impreza registra consumos de combustible bastante elevados.
Hay varias características clave en el Subaru Impreza. Una de ellas es su motor, que es de 2 litros de cubicaje y de tipo bóxer; pero también lo es su suspensión, que tiene un comportamiento superior al de casi todos los modelos compactos del mercado. Por otro lado, su precio también hace que sea más atractivo que otros muchos modelos con los que rivaliza de forma directa.
Lo que más penaliza los consumos del modelo es su muy pequeña batería, de tan solo 0,6 kWh. Al tener tan poca capacidad de carga, en muy pocas situaciones se mueve en modo eléctrico y, por lo tanto, casi de forma constante se abusa de la mecánica térmica para mover el vehículo. Su transmisión tipo CVT tampoco ayuda en exceso a mejorar la eficiencia del conjunto mecánico.