Desde hace ya varios años, Toyota es uno de los mayores fabricantes de automóviles del mundo. El único que fabrica, desde 2012, más de 10 millones de vehículos al año. En este aspecto muy pocas corporaciones automovilísticas rivalizan con la japonesa, y no fue hasta 2016 que otra compañía logró adelantar a Toyota, por un estrecho margen, como primer fabricante del mundo por volumen de ventas.
Cuartel general de Toyota en Toyota City
Tratar de resumir la historia de un gigante de este tamaño no es tarea sencilla, pues aunque no cuenta con la edad de otros grandes fabricantes tradicionales, la trayectoria de la marca japonesa no ha sido corta precisamente. Aunque lo más complejo es analizar los antecedentes y las relaciones del complejo entramado industrial que compone su estructura, ya que al contrario que el resto de marcas similares, Toyota no es un simple fabricante de vehículos al uso.
La historia de Toyota es el perfecto ejemplo del silencioso éxito de la industria japonesa. Al contrario que en otras naciones, donde solo se mide y se tienen en cuenta los triunfos, para Toyota, la verdadera victoria reside en la excelencia en el trabajo, lo cual solo es posible gracias a la filosofía Kaizen, que contempla una perpetua mejora continua de los procedimientos y de la propia estructura corporativa, cuya responsabilidad reside en todos los individuos que la componen.
No es habitual que los procedimientos internos de una compañía sean del dominio público, pero en el caso de Toyota, no solo son bien conocidos, sino que el sistema de trabajo de la marca, conocido como TPS o Toyota Production System, ha sido el ejemplo que han seguido la mayoría de los fabricantes para desarrollar su metodología de producción.
El término “Just-in-time”, tan en boga hoy día en muchas industrias, hace referencia a una serie de procedimientos productivos que tratan de obtener en el momento preciso la cantidad realmente necesaria de elementos para poder producir la cantidad justa de productos en el momento adecuado, provocando que el ritmo productivo siempre sea el óptimo y evitando el almacenamiento innecesario de productos o materiales. El sistema de producción Toyota o TPS se basa en esta serie de procedimientos, los cuales se dieron a conocer internacionalmente a inicios de la década de los setenta, veinte años después de que la marca japonesa los desarrollara e implementara, con éxito, en sus plantas productivas.
Podemos valorar un fabricante de múltiples maneras, ya sea por sus ventas, su capitalización en bolsa o incluso por sus éxitos deportivos. Independientemente de como lo hagamos, las cifras de Toyota siempre serán muy altas y por tanto su resultado muy destacable. Sin embargo, si evaluamos la importancia de la marca en función de la influencia que ha tenido esta en el mercado y sobre todo en sus competidores, sean naturales o no, Toyota es simplemente única. En más de un siglo de historia del automovilismo nunca ha habido una marca que haya influenciado tanto al resto de sus competidores, lo cual, curiosamente, ha sucedido casi en silencio.
Muchos conocen los éxitos industriales y comerciales de Porsche, sin embargo, pocos saben que la marca de Stuttgart tuvo que recurrir en su día a Toyota para que la asesorara en materia de eficiencia productiva. Porsche, como muchas otras compañías, fueron clientes de la división de consultoría industrial de Toyota, con el positivo resultado que ya todos conocemos.
Esto es indispensable para poder entender el verdadero éxito de la compañía japonesa, ejemplo para muchas corporaciones industriales, incluidas las no relacionadas con el mundo del automóvil.
Génesis
Precisamente, el nacimiento de Toyota como compañía no estuvo relacionado con el mundo del motor. Toyota Motor Corporation (inicialmente nacida como Toyota Motor Company) fue creada como una división de Toyota Industries (en aquel momento llamada Toyoda Automatic Loom Works, Ltd.). La compañía original fue fundada en 1926 por Sakichi Toyoda, creador de una serie de innovadores telares automáticos industriales. La venta de la patente de uno de estos telares fue el origen del dinero para la creación de la división automovilística en 1933, liderada por Kiichiro Toyoda, hijo mayor del fundador. En 1937 la nueva división automovilística se escindió de la principal formando una compañía independiente, la Toyota Motor Company.
Evolución de los logos de la marca
Al contrario que en muchas historias parecidas, el devenir de ambas entidades fue notablemente exitoso, Toyota Industries sigue siendo hoy día una gran potencia industrial, el mayor fabricante del mundo de carretillas elevadoras.
Nombre
Desde sus inicios la compañía empleó el apellido de la familia fundadora, Toyoda, no obstante, a los pocos años fue sustituido por el nombre Toyota, pues al escribirlo en caracteres japoneses son necesarios 8 trazos, un número de buena suerte en la cultura japonesa, y para no relacionar la marca con el significado agrícola del nombre original, ya que Toyoda significa literalmente “arrozales fértiles”.
Los diferentes logos empleados por Toyota
Historia
La historia de la marca la podemos dividir en dos periodos, antes y después de la Segunda Guerra Mundial. Los primeros vehículos de la marca fueron el turismo A1 y el camión ligero G1, lanzados bajo la marca Toyoda en 1935, pero durante la contienda, la compañía se dedicó casi exclusivamente a fabricar camiones para el ejército japonés. Tras la guerra, como muchas compañías japonesas del momento no se encontraba económicamente fuerte y estuvo a punto de desaparecer, pero la producción de vehículos de turismo comenzó de nuevo en 1947 y durante la Guerra de Corea, recibió un pedido de 5.000 unidades para el ejército estadounidense que logró reflotar la compañía. Desde ese momento, Toyota solo fue a más, logrando en la década de los cincuenta exportar sus primeros modelos a Estados Unidos, además de establecer sus primeras filiales fuera de Japón.
La expansión global de la marca tuvo lugar mayormente en las décadas de los cincuenta y sesenta, llegando ya entonces a la mayoría de continentes. No obstante, el verdadero éxito de la firma llegó, irónicamente, con la primera Crisis del petróleo, en 1973. Hasta ese momento, los tradicionales fabricantes occidentales ya se encontraban plenamente establecidos e incluso, algunos a punto de cumplir su primer siglo de vida, sin embargo, esa primera crisis energética fue todo un traspiés tecnológico, sobre todo para las marcas estadounidenses, cuyas gamas no contemplaban motores de pequeño tamaño ni mucho menos eficientes. Ese fue el espaldarazo definitivo para la implantación de Toyota y el resto de marcas japonesas en occidente, ya que si en algo eran especialistas era en fabricar pequeños y económicos vehículos, también más eficientes en términos de consumo.
La implantación en Europa siguió un camino paralelo pero muy distinto, al contrario que en los Estados Unidos, los modelos japoneses eran más similares en estos aspectos a los europeos, por lo que su expansión en el viejo continente fue más lenta. No fue hasta los años noventa, a finales de esa década en España, que la marca no tuvo una presencia significativa en Europa.
Gama
Desde hace décadas, Toyota ha desarrollado y mantenido no solo modelos, sino gamas completas exclusivas en sus mercados más importantes, diferenciadas siempre de las que podemos encontrar en otros mercados. Un buen ejemplo son Norteamérica y Japón, que cuentan con modelos propios distintos a los que podemos encontrar en Europa, donde también encontramos modelos propios. El entramado industrial de la marca se extiende por todo el globo, por lo que no es raro encontrar gamas muy dispares en distintos continentes.
Aunque sus modelos más conocidos suelen ser globales, lo cierto es que hay numerosos modelos exclusivos para determinados países. En Estados Unidos, el ejemplo más claro, encontramos importantes modelos (en número de ventas) de la firma en segmentos como los pick-ups o los SUVs, que solo podemos encontrar en ese mercado. Los Toyota Tundra o Sequoia son buen ejemplo de ellos. De la misma manera, hay modelos que nunca han salido de Japón, como pudo ser el Toyota Sera, entre muchos otros.
Toyota MR2 mkI
Hitos y curiosidades
La marca japonesa no es solo sinónimo de fiabilidad, también lo es de avances tecnológicos. Como la primera marca en apostar por los modelos de tipo híbrido, es a día de hoy el primer fabricante mundial de este tipo de vehículos, con más de 10 millones de vehículos híbridos comercializados desde el lanzamiento del Prius en 1997. Una marca considerablemente lejana para el resto de sus competidores.
El tamaño de estas corporaciones provoca que en muchas ocasiones las urbes donde se erigen sus principales sedes se vean afectadas, siendo el centro neurálgico de estas localidades, como por ejemplo el caso de Wolfsburg, en Alemania. Sin embargo, pocas marcas pueden presumir de dar nombre a la ciudad donde se encuentra su sede. La sede de Toyota se encuentra en la ciudad Toyota, en la prefectura de Aichi, a la que además se puede llegar por la línea férrea Toyota, una línea de 15 kilómetros operada por la compañía Nagoya Railroad. Esta ciudad ha sido sede histórica de la compañía, y tras el crecimiento de la urbe, gracias al éxito de la compañía, fue rebautizada con el nombre de la marca japonesa.
En 2016 cumplía 50 años el modelo más vendido de la marca, el Toyota Corolla, que con más de 44 millones de unidades vendidas hasta ese momento es el turismo más vendido de la historia. Dejando en cortos los más de 30 millones de Volkswagen Golf y más de 21 millones del Volkswagen Beetle fabricados hasta la fecha. En el momento del aniversario, uno de cada 5 Toyota vendidos en el mundo había sido un Corolla, fabricado actualmente en 16 plantas repartidas por todo el mundo.