Los camioneros rusos no necesitan puentes
En la inhóspita Siberia los camioneros tienen que enfrentarse a la fuerza del agua con sus vehículos pese al evidente riesgo que conlleva. El clima es tan severo que resulta demasiado costoso construir y mantener puentes que crucen los ríos.
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Publicado: 01/12/2011 19:18
Comienza diciembre. El frío ya se está instalado en nuestro país y poco a poco las lluvias y las nevadas serán cada vez más frecuentes en buena parte de territorio, con los efectos que estas delicadas condiciones tienen en la conducción. Sin embargo hay lugares en donde los conductores tienen que enfrentarse a estos inconvenientes de forma extrema durante casi todo el año, como pueden dar fe estos camioneros rusos que no conocen el miedo y desafían caudalosos ríos para llevar la carga hasta su destino.
¿Valientes o locos? Posiblemente un poco de ambas cosas. De lo que no hay duda es que estos conductores se juegan la vida cuando tienen que circular por Siberia, incluso durante el corto verano. La fuerza del agua es grande pero la carga debe llegar a su destino, no hay que pensárselo dos veces.
Si te preguntas por qué no construyen puentes para salvar los cauces de los ríos, algo que parece la solución más obvia, la respuesta la encontramos en la cruda climatología. Los cambios de temperatura y las condiciones ambientales son tan extremos que la erosión de los materiales de cualquier puente que se construya acabaría con él en poco tiempo. Crear y mantener estas estructuras es económicamente inviable, no sale rentable realizar construcciones que habría que rehacer con mucha frecuencia.
Lo mismo ocurre con las carreteras, que serían imposibles de mantener en un estado utilizable. Tampoco hay que olvidarse que, precisamente por culpa del clima, es habitual que las rutas deban abrirse nuevamente cada año y en muchas ocasiones ni siquiera pasan por el mismo lugar que el año anterior. El clima manda.
Así que el recurso más lógico y rentable, por más que cueste entenderlo tras ver el video (te recomiendo que apagues tus altavoces primero), es armarse de valor y pisar el acelerador a fondo esperando que la corriente no tenga la fuerza suficiente como para arrastrar el camión.
Muchas veces no sólo los cauces de agua plantean dificultades sino que la propia carretera se convierte en una combinación de agua y lodo que desafía la capacidad de los vehículos y la pericia de los conductores: