Más seguridad y equipamiento para todos

Con la creciente racionalización en el automóvil moderno, se está produciendo un efecto secundario muy positivo. Los segmentos de mayor volumen y menor beneficio se pueden beneficiar de adelantos técnicos de clases superiores con pocos cambios, especialmente los de seguridad

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Publicado: 12/08/2016 20:00

Evolución del equipamiento de seguridad en el segmento C Premium de 2007 a 2012 - Fuente: MAPFRE

Los segmentos automovilísticos se basan en dos variables fundamentales: el tamaño y a qué tipo de cliente van dirigidos. Según las necesidades espaciales son más o menos grandes, y cuanto más grandes, más caros. Existe una elevada relación entre tamaño y precio, pero no de forma proporcional. Es decir, un coche de 5 metros no es un poco más caro que uno de 4 metros, es muchísimo más caro, coste de fabricación aparte, ya que se dirige a gente de mayor poder adquisitivo.

Son los modelos más exclusivos y caros los que se suelen beneficiar primero de las tecnologías más punteras, ya que el sobrecoste que implican se puede pagar más fácilmente por los clientes más pudientes. Elementos como el ABS, el airbag o el control de crucero adaptativo (por radar) se estrenaron en vehículos de alta gama con varios años de antelación a los coches del montón.

El ABS tardó en democratizarse casi 30 años en Europa

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El tiempo que es necesario desde que una tecnología va llegando a todos los segmentos no hace sino acortarse. Los fabricantes desarrollan primero la tecnología para los modelos de alta gama, o para aquellos modelos que vayan a suponer un enorme volumen. Cuanto mayor sea el pedido a los proveedores, menor será el precio que pidan por los nuevos equipamientos.

Las plataformas y componentes comunes permiten reducir los costes de fabricación y poder emplear más recursos para tecnología y seguridad

Por ejemplo, Volkswagen adoptó la política de gran volumen para los derivados de la plataforma MQB. El dinero que se ahorró al unificar varias plataformas en una adaptable, y al unificar motores, se pudo dedicar en ampliar el equipamiento disponible para los modelos basados en esa plataforma. No hay que confundir esto con equipamiento de serie, ya que muchas cosas siguen siendo opcionales.

El coste marginal de adaptar uno y otro modelo no hace sino bajar

Una vez que se han recuperado los costes de las tecnologías a partir de alta gama o gran volumen, se puede democratizar su uso en los segmentos menos rentables. Por ejemplo, no tiene sentido para Ford desarrollar elementos como el frenado automático con detección de peatones para utilitarios y furgonetas. Se tardaría mucho en recuperar la inversión, ya que el cliente es muy sensible a aumentos de precio.

En el caso de este fabricante, se apostó por unificar diseños a lo largo del mundo, la política One Ford, para poder ofrecer equipamiento tecnológico a un coste más asequible. Los adelantos que estrenó el Focus están llegando ya a toda la gama, incluso la de vehículos comerciales. Hace solo 15 años este tipo de vehículos no podía ser más rudimentario ni ir peor equipado. ¡Cosas como airbags o aire acondicionado eran lujos!

La tecnología de frenado automático ya está disponible en los industriales ligeros de Ford, los primeros de su categoría

Los segmentos más humildes empiezan a tener acceso a elementos impensables hace muy poco tiempo, como faros integrales en LED, control de crucero con radar, aparcamiento automático, pantallas táctiles integradas, conexión a Internet o una gran disponibilidad de cambios automáticos.

Hay otros elementos menos susceptibles de democratizarse, como las suspensiones adaptativas de tarado variable, los frenos de alto rendimiento, asientos de cuero (del de verdad, no el sintético ni el mixto), cámaras de visión nocturna/infrarroja, equipos de sonido de muy alta gama con 20 altavoces, sistema eléctrico de 48 voltios o tracción total.

Cierto es que las marcas Premium tienden a ofrecer muchas más cosas de las normales incluso en sus modelos de menor precio, a costa de elevar la factura de forma muy apreciable. Estas marcas permiten equipar un compacto hasta el mástil, aunque disponga del motor más modesto, no todo el mundo tiene las mismas necesidades. Los generalistas reservan el mejor equipamiento para las versiones más caras o mejor motorizadas, o ambas a la vez.

Primeros modelos con frenado automático probados por EuroNCAP

Esta democratización no deja de acelerarse. En menos de una década veremos sistemas de conducción autónoma y conexión a Internet incluso en modelos de gama baja, aunque después de su implantación en modelos más caros. En el caso de que los modelos no puedan ofrecer un precio razonable, se orientarán más al uso compartido que al de la propiedad individual, y el usuario pagará por el tiempo que lo necesite.

El paradigma de coche pequeño o barato, coche mal equipado, está en desuso

Tampoco podemos olvidar que esta democratización tiene mucho que ver con el abaratamiento de los componentes electrónicos en un sentido muy amplio, que ponen cada vez a un precio más accesible lo último, o casi lo último. Si a eso le sumamos la producción masiva y a precio contenido, el efecto se retroalimenta.

Los coches modernos podrán convencernos más o menos en términos de diseño, pero en cuanto a tecnología el salto está siendo espectacular respecto a dos generaciones pasadas o más allá. Recordemos cuál era el equipamiento estándar de un modelo de los años 80 o de los 90, si ya el salto desde modelos de principios de los 2000 ya es muy gordo en la actualidad.

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